Por Aquiles Furlone
Cara a cara con La Revista del Ciclón, Alberto Acosta, molesto con los manejos del fútbol de estos días, pasa una que otra facturita interna pero no deja de entusiasmarse con la nueva era de Ramón.
No tanto como sus goles, pero su voz ya se estaba extrañando por Boedo y alrededores. Con palabras justas y precisas, con frases directas y comprometidas y con la sabiduría que regalan los años, el último gran héroe azulgrana, el goleador que se hizo mito y que tanto añora la hinchada en estos tiempos de alegrías flacas, ya no habla en la cancha pero todavía tiene mucho por decir.
Tranquilo, relajado y ya totalmente acostumbrado a una vida alejada del fútbol, el Beto lo dice todo en este mano a mano imperdible con La Revista del Ciclón.
¿En qué andás, Beto?
Tranquilo, ahora sólo con cosas muy personales. Lo último vinculado al fútbol fue el proyecto de Fénix, que dejé cuando el socio gerenciador no quiso seguir más, pero la verdad es que yo también ya estaba un poco saturado.
¿Te costó mucho el post retiro o ya te acostumbraste?
Ya pasó mucho tiempo, pero seguro que no es fácil después de tantos años pensando casi exclusivamente en entrar a una cancha de fútbol. Se sufre porque te falta algo, es como si se te borrara una parte de la vida. Pero ya estaba preparado, hasta te diría que la había estirado de más porque me sentía bien.
¿Vas a la cancha?
Sí, es una debilidad ir a ver a San Lorenzo, no sólo por el afecto al club sino por mis hijas, las dos son hinchas así que me llevan sí o sí. Hace dos años que vamos casi siempre de local, nos perdemos pocos partidos.
¿Seguís ligado al fútbol de algún modo?
No, porque es complicado. Hoy el fútbol no es fácil, hay muchos intereses de por medio y todo está un poco sucio. Sólo tengo una academia con mi hermano en mi pueblo, Arocena. Es un club donde más que nada apuntamos a los chicos, a que encuentren un incentivo en el fútbol.
Se llama Beto Acosta, por supuesto…No, Federico Acosta, en honor a mi viejo.
¿Tenés hecho el curso de DT? ¿Pensás en eso?
Lo tengo empezado pero me falta un año. Lo que pasa es que tampoco estoy muy metido, no estoy enloquecido con eso.
Se te escucha dolido con el fútbol ¿Es así?
Dolido para nada, al fútbol lo viví a full y eso no me lo quita nadie. La pasé bárbaro y soy un agradecido de poder haber elegido esta profesión, pero uno ve cómo se manejan ciertas cosas, los intereses que hay, y se decepciona un poco.
¿En que quedó eso de ser el manager?
Estuve cuando me junté con Tinelli porque me encantó su idea de poner a alguien representativo del club. Estaba todo ok, me junté con el Cholo y con Savino, pero antes de firmar el contrato empezaron a aparecer cosas raras, distintas a la manera que yo suelo manejar, así que di un paso al costado sin haber estado en el cargo. El tiempo demostró que tomé la opción correcta y Marcelo, que al principio no entendía mi decisión, me dio la razón y él también se terminó yendo.
¿Hubo gente que no te quiso?
Los dirigentes, salvo Savino que siempre me abrió las puertas, no estaban muy de acuerdo. Pero no me dolió ni me sorprendió porque yo conozco muy bien el club. Conocí tres presidentes (Miele, Guil y Savino) y sé muy bien cómo se maneja la política de San Lorenzo. El asunto merecía otro tacto, nada más, pero las cosas son así. Hoy estoy muy tranquilo con mi conciencia y sé que en aquel momento hubiera sido la carne de cañón.
¿Cómo ves al equipo actual?
Es una etapa muy formativa, no hay que olvidar que el último año no fue bueno y los cambios de técnico a veces no son lo mejor, pero creo que todos los años se respira un aire nuevo y vuelven las esperanzas de que se puede dar. Además la llegada de Ramón renovó la ilusión de la gente. A nivel jugadores no hay grandes nombres como otras veces, pero eso hasta le puede hacer bien al club porque así se cuida la economía y se va a empezar a mirar las inferiores. Hoy por hoy creo que es ahí donde más se está fallando. Desde la generación del Pipi no salen jugadores de gran nivel, uno cada tanto pero no camadas como antes.
¿Es una buena apuesta el regreso de Ramón?
Se sabe lo que es Ramón y lo que le dio al club en su etapa anterior, pero él no entra a la cancha. Los jugadores se van tener que concentrar en que la van a tener que pelear más que antes y hay que tenerles confianza. Hoy veo un equipo combativo y con muchas ganas de demostrar que quieren cambiar la cara de los últimos tiempos, y creo que teniendo en un noventa por ciento al Pipi se puede soñar. Los jugadores como él, diferentes, son la esperanza.
El Beto y su mirada sobre el caso Romeo
Varias cosas unen a Alberto Acosta y Bernardo Romeo. Ambos fueron goleadores, campeones e ídolos de la hinchada azulgrana. Ambos dejaron su sello y se metieron de lleno en la historia cuerva. Las que no se parecieron para nada fueron las salidas del club de uno y otro. Mientras el Beto tuvo su fiesta de despedida con todos los honores, como le cabe a los héroes de su talla, Bernie se fue por la puerta de atrás, sin recibir un solo aplauso, algo que al santafecino no le gustó para nada: “Me dolió muchísimo porque Bernardo merecía otra salida del club. Un jugador como él, que le ha hecho tan bien a la historia de San Lorenzo, no merece irse así. Más estando tan cerca del gol 100. Yo pasé por eso y sé con qué ansiedad se vive. La verdad es que me dolió mucho por la amistad que tengo con él, porque es el último gran ídolo goleador del club y sobre todo porque es un hombre de bien”.
Cara a cara con La Revista del Ciclón, Alberto Acosta, molesto con los manejos del fútbol de estos días, pasa una que otra facturita interna pero no deja de entusiasmarse con la nueva era de Ramón.
No tanto como sus goles, pero su voz ya se estaba extrañando por Boedo y alrededores. Con palabras justas y precisas, con frases directas y comprometidas y con la sabiduría que regalan los años, el último gran héroe azulgrana, el goleador que se hizo mito y que tanto añora la hinchada en estos tiempos de alegrías flacas, ya no habla en la cancha pero todavía tiene mucho por decir.
Tranquilo, relajado y ya totalmente acostumbrado a una vida alejada del fútbol, el Beto lo dice todo en este mano a mano imperdible con La Revista del Ciclón.
¿En qué andás, Beto?
Tranquilo, ahora sólo con cosas muy personales. Lo último vinculado al fútbol fue el proyecto de Fénix, que dejé cuando el socio gerenciador no quiso seguir más, pero la verdad es que yo también ya estaba un poco saturado.
¿Te costó mucho el post retiro o ya te acostumbraste?
Ya pasó mucho tiempo, pero seguro que no es fácil después de tantos años pensando casi exclusivamente en entrar a una cancha de fútbol. Se sufre porque te falta algo, es como si se te borrara una parte de la vida. Pero ya estaba preparado, hasta te diría que la había estirado de más porque me sentía bien.
¿Vas a la cancha?
Sí, es una debilidad ir a ver a San Lorenzo, no sólo por el afecto al club sino por mis hijas, las dos son hinchas así que me llevan sí o sí. Hace dos años que vamos casi siempre de local, nos perdemos pocos partidos.
¿Seguís ligado al fútbol de algún modo?
No, porque es complicado. Hoy el fútbol no es fácil, hay muchos intereses de por medio y todo está un poco sucio. Sólo tengo una academia con mi hermano en mi pueblo, Arocena. Es un club donde más que nada apuntamos a los chicos, a que encuentren un incentivo en el fútbol.
Se llama Beto Acosta, por supuesto…No, Federico Acosta, en honor a mi viejo.
¿Tenés hecho el curso de DT? ¿Pensás en eso?
Lo tengo empezado pero me falta un año. Lo que pasa es que tampoco estoy muy metido, no estoy enloquecido con eso.
Se te escucha dolido con el fútbol ¿Es así?
Dolido para nada, al fútbol lo viví a full y eso no me lo quita nadie. La pasé bárbaro y soy un agradecido de poder haber elegido esta profesión, pero uno ve cómo se manejan ciertas cosas, los intereses que hay, y se decepciona un poco.
¿En que quedó eso de ser el manager?
Estuve cuando me junté con Tinelli porque me encantó su idea de poner a alguien representativo del club. Estaba todo ok, me junté con el Cholo y con Savino, pero antes de firmar el contrato empezaron a aparecer cosas raras, distintas a la manera que yo suelo manejar, así que di un paso al costado sin haber estado en el cargo. El tiempo demostró que tomé la opción correcta y Marcelo, que al principio no entendía mi decisión, me dio la razón y él también se terminó yendo.
¿Hubo gente que no te quiso?
Los dirigentes, salvo Savino que siempre me abrió las puertas, no estaban muy de acuerdo. Pero no me dolió ni me sorprendió porque yo conozco muy bien el club. Conocí tres presidentes (Miele, Guil y Savino) y sé muy bien cómo se maneja la política de San Lorenzo. El asunto merecía otro tacto, nada más, pero las cosas son así. Hoy estoy muy tranquilo con mi conciencia y sé que en aquel momento hubiera sido la carne de cañón.
¿Cómo ves al equipo actual?
Es una etapa muy formativa, no hay que olvidar que el último año no fue bueno y los cambios de técnico a veces no son lo mejor, pero creo que todos los años se respira un aire nuevo y vuelven las esperanzas de que se puede dar. Además la llegada de Ramón renovó la ilusión de la gente. A nivel jugadores no hay grandes nombres como otras veces, pero eso hasta le puede hacer bien al club porque así se cuida la economía y se va a empezar a mirar las inferiores. Hoy por hoy creo que es ahí donde más se está fallando. Desde la generación del Pipi no salen jugadores de gran nivel, uno cada tanto pero no camadas como antes.
¿Es una buena apuesta el regreso de Ramón?
Se sabe lo que es Ramón y lo que le dio al club en su etapa anterior, pero él no entra a la cancha. Los jugadores se van tener que concentrar en que la van a tener que pelear más que antes y hay que tenerles confianza. Hoy veo un equipo combativo y con muchas ganas de demostrar que quieren cambiar la cara de los últimos tiempos, y creo que teniendo en un noventa por ciento al Pipi se puede soñar. Los jugadores como él, diferentes, son la esperanza.
El Beto y su mirada sobre el caso Romeo
Varias cosas unen a Alberto Acosta y Bernardo Romeo. Ambos fueron goleadores, campeones e ídolos de la hinchada azulgrana. Ambos dejaron su sello y se metieron de lleno en la historia cuerva. Las que no se parecieron para nada fueron las salidas del club de uno y otro. Mientras el Beto tuvo su fiesta de despedida con todos los honores, como le cabe a los héroes de su talla, Bernie se fue por la puerta de atrás, sin recibir un solo aplauso, algo que al santafecino no le gustó para nada: “Me dolió muchísimo porque Bernardo merecía otra salida del club. Un jugador como él, que le ha hecho tan bien a la historia de San Lorenzo, no merece irse así. Más estando tan cerca del gol 100. Yo pasé por eso y sé con qué ansiedad se vive. La verdad es que me dolió mucho por la amistad que tengo con él, porque es el último gran ídolo goleador del club y sobre todo porque es un hombre de bien”.