A sorprenderse e interiorizarse
Los torneos del interior del país son un terreno fértil para los ex cuervos. Especialmente, para aquellos que les queda poco combustible en el tanque. A continuación, un recorrido federal por los distintos rincones argentos, en busca de nuestros queridos Jugadores Olvidados.
por Fernando Fuentes
De no haber sido por Rodrigo Astudillo, tal vez, este informe nunca hubiera sido engendrado. La noticia de su incorporación al club Colón de Colonia Caroya (Argentino C) fue el disparador para zambullirnos en esta quijotesca investigación. El delantero de 33 años (2002-04, 35/14), luego de jugar el último semestre en Colegiales, prefirió la tranquilidad y el aroma a salamines y longanizas antes que andar haciéndose mala sangre en las canchas del Ascenso bonaerense.
Lo curioso es que el equipo del Potro, hasta que refaccione su humilde estadio, hará de local en el anfiteatro José Hernández de Jesús María, escenario veraniego del clásico Festival de Doma y Folclore. De ahí a jugar con su apodo hay un pasito… Pero no. Elegimos imaginarlo en el tercer tiempo, meta quesitos, embutidos y barriles de fernet. Un grande, el Potro… el otro gran Potro cordobés.
No muy lejos de allí, en San Luis, aparece una dupla que nos suena conocida. Se trata de Celso Esquivel (1999-05, 61/1) y Claudio Sarría (2002, 16/2), ambos desempeñándose en Juventud Unida Universitario (Argentino A). El lateral paraguayo ya lleva seis meses en tierras puntanas, mientras que el enganche cordobés llegó a comienzos de este año (proveniente de Sarmiento de Junín), con la etiqueta de jugador desequilibrante. Los Rodríguez Saá no saben lo que les espera con Capé.
Siguiendo esta línea de parejas, otro dueto con sangre sanlorencista hace patria en el interior del país, precisamente, en Sportivo Patria, de Formosa (A). Dos avezados; colosos, podríamos decir: Héctor Núñez, mil años, delantero noventa por ciento paraguayo (el diez se lo damos a Morón, su lugar natal) y Juan Ignacio Piombo, quien anduvo con la mochila por Ucrania y el Ascenso de Italia y España. Claro, también carga con la mochila de haber salido con la vedetonga Cecilia Oviedo.
Núñez (1996/97 y 1999, 17/2), todo un romperredes en Paraguay, también estuvo un año en Almagro (2000) y seis meses en Huracán, en 2006. Seguirá insistiendo, parece, a pesar de los 38 que acusa en el DNI.
Y Piombo, a quien algunas webs formoseñas lo bautizaron como Biombo, es todo un tema. No le podemos pegar mucho porque es íntimo de Gonzalo Rodríguez, un amigo de la casa. Entonces, diremos que su último equipo fue Citta di Marino, de la Tercera de Italia. De la Chechu Oviedo (ahí sí necesitaba un biombo para salir a la calle), por supuesto, no vamos a decir que es una mezcla de Rocky Balboa con Maxi López. Un poco de respeto, che.
Viene romanticona la cosa. Seguimos escribiendo de a pares, porque en Crucero del Norte, cuadro misionero del Argentino A, se alistan Germán Gamarra (1998, 4 partidos) y Lucas Rodríguez (2002, 2 partidos), ambos cuervitos con poco vuelo en Boedo. Gamarra, rosarino, debutó en Primera con Oscar Ruggeri y luego deambuló por varias provincias; Luquitas, alias Kily, pintaba como promesa pero nunca logró confirmar lo que se decía de él. Se radicaron en el Ascenso del Interior y de allí nada pareciera moverlos.
A la pasada, decimos que Walter García (2004-06, 69/4) es la garantía defensiva de Juventud Antoniana, de Salta, otro de los conjuntos que aspira a llegar a la B Nacional. Lo que también es garantía es su presencia en los boliches de la noche salteña…
Y para despedirnos, lo hacemos a lo grande, mejor dicho, a lo grande y a lo alto. Porque Daniel Bilos (2007-08, 18/1) regresó a su Pergamino natal y, pese a portar músculos atrofiados y articulaciones obsoletas, firmó para Douglas Haig, siendo uno de los fichajes estrella del mercado de pases. ¡Y eso que casi juega un Mundial para Croacia!
Gracias, Potro. Vaya y demuestre lo que sabe, haga cantimpalo y a la bolsa. Eso sí, espérenos con la picada lista y ponga el fernecito en la heladera.
Gracias, Potro. Vaya y demuestre lo que sabe, haga cantimpalo y a la bolsa. Eso sí, espérenos con la picada lista y ponga el fernecito en la heladera.
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