El último sábado, más de 700
hinchas de San Lorenzo se dieron una vuelta por la sede que el club posee sobre
Avenida La Plata para participar de la “1° Adhesión Masiva” al Fideicomiso por la
Vuelta a Boedo. Los cuervos fueron llegando desde las primeras horas de la mañana,
en familia. Los más madrugadores hicieron una parada previa en el Bar San
Lorenzo, donde se tomaron un cafecito disfrutando de un ambiente bien
azulgrana. Luego, se cruzaban a la sede a concretar esa promesa que habían
hecho meses atrás: comprar uno o más metros cuadrados. Pero la mayoría fue
llegando a medida que orillaba el mediodía.
El trámite se realizaba en el primer
piso de la sede, donde se habían instalado alrededor de diez mesas y varios cuervos
¡voluntarios!, en su mayoría de la Subcomisión del Hincha, recibían a los comparadores
simbólicos de metros cuadrados. Así, fueron desfilando cientos de hinchas del
Ciclón, dejando una cifra elocuente: 745 adhesiones, lo que da un equivalente a
2.145.600 pesos. Si bien la mayoría realizó su aporte mediante la
modalidad de pago en 36 cuotas, hubo otros que escogieron otras alternativas, como el sistema de tarjeta de crédito o débito en menor cantidad de
cuotas.
Durante la jornada, además de los
cientos de hinchas, se dieron cita hinchas algunos dirigentes, como el vicepresidente
2º, Hernán Etman; el secretario del club, Marcelo Vázquez; el intendente,
Alejandro Maccio y el gerente de esa sede CASLA, Ernesto Losa. También estuvieron
los vocales Adolfo Res y Claudio De Simone, vocales de la agrupación Cruzada
por San Lorenzo y miembros de la SCH CASLA, que dispuso de alrededor de treinta voluntarios para organizar y colaborar en el evento. Entre ellos, vale destacar
a Marcelo Culotta, uno de esos laderos incansables que siempre dejó todo en cada uno de los actos
que se realizaron por la causa Volver a Boedo.
Pasado el mediodía, llegaron
algunos jugadores del plantel profesional. Si bien se esperaban a algunos más,
las presencias de los pibes Leandro Navarro, Matías Catalan y Ángel Correa les
sacó una sonrisa a más de un cuervo, sobre todo a los cuervitos, que se
llevaron una foto y algún autógrafo.
Los momentos más emotivos de la
jornada se pudieron observar cada vez que un cuervo se levantaba de la silla y
comenzaba la retirada de la sede, tras haber firmado su contrato “irrevocable”.
Muchos salieron de la sede con los ojos llenos de lágrimas. Otros miraban al
cielo y quizás hablándole a un padre, a un abuelo o a un tío, decían “misión
cumplida”. Todos, se fueron con la inmensa alegría de sentirse parte de la gesta
más hermosa que haya logrado un equipo de fútbol. Y no es para menos, todos
ellos, los 745 del sábado, como muchos otros miles que ya lo han hecho días
atrás, tienen en su interior la enorme satisfacción de sentirse ser Socios
Refundadores. Y creamé, ese es un orgullo que no tiene precio. ¡Avenida La
Plata nos espera!
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