El censo que más nos importa
Sabemos que el recuento poblacional es necesario para el andamiaje de un país. Pero también consideramos que golpear puertas para buscar a los ex cuervos, es nuestra obligación como periodistas-sanlorencistas. Prestá atención a los datos que consiguió este censista…
por Fernando Fuentes
Continuamos en la búsqueda que nos identifica. Sintonizamos la antena parabólica y empezamos a recibir algunas interferencias. Y los reconocemos enseguida: son los ex cuervos que se meten en la frecuencia y nos piden a gritos que los rescatemos. Aquí va, entonces, un nuevo informe de nuestros queridos Jugadores Olvidados.
Bien lejos, desde el otro lado del mapamundi, nos chifla Roberto Cornejo (2001-04, 11/1), ahora en el Wellington Phoenix de ¡Nueva Zelanda! Sí, el Toto (¿se habrá llevado a su hermana, la Tota, que la movía lindo en las Santitas?) sigue buscando en el extranjero lo que no logró hacer en Argentina: afirmarse. El volante ofensivo ya se había desempeñado en México, Colombia, Chile y Perú. Pensar que cuando debutó, le metió un gol a Rosario Central y nos pensamos que estábamos en presencia del nuevo Gorosito. En fin…
Ahora el itinerario nos conduce a Europa, La Meca de los sueños del futbolista sudamericano. Y allí también nos topamos con algunos exponentes. Renato Civelli (2009, 12/1) es uno de ellos. El lungo de Pehuajó, como Manuelita, un día se marchó. Nadie supo bien por qué y a Niza él se fue. Desde 2010, entonces, el defensor juega en la Primera de Francia, una tierra que ya conocía por haber integrado las filas del Olympique Marsella en 2006 y 2008.
Un poquito caminando y otro poquitito a pie, nos trasladamos a Inglaterra. Allí nos aguarda Guillermo Franco (1996-2002, 129/29), quien fichó para el Wigan Athletic, equipo que comparte con Mauro Boselli, Franco Di Santo y el colombiano Hugo Rodallega. Una auténtica banda, sí, en el Quilmes de la Premier League. El delantero nacionalizado mexicano intervino en la temporada anterior en West Ham United, sin mucha fortuna.
Siguiendo con los vendepatrias, saludamos a Jonathan Santana (2001, 2003-05 y 2009, 89/7) en Kayserispor, de Turquía, destino al que llegó procedente del Wolfsburgo de Alemania. Mundialista por Paraguay, el volante está construyendo una interesante campaña en el Primer Mundo. Como lo hace también su tocayo Mario Santana (1999-01, 48/3), quien desde cuatro temporada se desenvuelve en Fiorentina. El Gomero de Comodoro Rivadavia, ése que alguna vez huyó de Boedo porque no le daban un mango, representa uno de esos ejemplos que tanto se dan en el fútbol criollo. El de aquellos que no pintaban para mucho y que terminan jugando en el Calcio como si lo hicieran en el patio de su casa.
¿Se acuerdan de Bruno Fornaroli? El delantero uruguayo (2009, 12/2), de vuelo rasante por Boedo, volvió a Sampdoria, el club dueño de su pase y que todavía no ha podido verlo en acción. Anduvo por Recreativo Huelva y hasta se contempló la posibilidad de cederlo por seis meses a Nacional de Montevideo. Pero, se ve que le tienen fe… Aquí, el Tuna, solamente festejó contra el Lobo jujeño.
Otro de nuestros abanderados es el gigantón Leonardo Ulloa (2005-06 y 2007, 32/3). Nacido en General Roca, sí, justamente, era una roca, el delantero que jugó dos partidos en el equipo campeón de 2007, hizo pata ancha en España. En julio de 2008 fichó para el ascendente Castellón y ahora pegó el salto a la máxima categoría, al enrolarse en Almería. Encima, en el resumen del fin de semana pasado de la liga ibérica, entre goles de Cristiano Ronaldo, Ozil y Gonzalo Higuaín, se coló uno suyo. Cosas del fútbol…
El saludo final se lo reservamos a Bruno Lorenzo Díaz, quien, pese a no haber vestido la camiseta azulgrana de manera oficial, supo entrenarse en 2007 con la yunta de los otros Díaz: Ramón, Michael y Emiliano. Al pobre lo gastaban por llamarse igual que la identidad secreta de Batman. Chistes fáciles, notas en los diarios y todo eso… Había venido de Villa Dálmine, luego siguió en Los Andes y ahora lo hace en Pérez Zeledón, de Costa Rica. Cuando llegó a ese país, claro, otra vez con lo mismo. Que Batman de aquí, que Batman de allá… Él, lejos de enojarse, se rió pero se apuró en desviar el tema para hacer gala de sus pergaminos. “Jugué en San Lorenzo con Ramón Díaz”, exageró. Un grande.
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