No se olvidan del Pana
Facundo Pittera tenía 20 años, vivía en Tablada y era fanático de San Lorenzo. El 1 de enero de 2008, en un accidente automovilístico, perdió la vida y dejó un enorme vacío en el corazón de sus seres queridos que, damos fe, son muchísimos. A más de un año de su fallecimiento, sus familiares le enviaron una carta a La Revista del Ciclón, que Facundo leía habitualmente cada vez que venía al Nuevo Gasómetro, para contarle a los cuervos que el Pana jamás podrá morir en sus corazones.
Hace ya más de un año que nos dejaste. Pero no podemos parar de pensar ni un minuto en vos porque nos dejaste una gran cicatriz en la mente y en el corazón de tus padres, hermanos, tíos, primos y abuelo.
Queremos recordarte tal cual eras: BUENO, así con las letras grandes.
Te extrañamos y siempre te extrañaremos. Tus padres estamos orgullosos del buen hijo que tuvimos. Esperamos que desde ahí arriba, donde estás, nos estés cuidando hasta el día que nos volvamos a encontrar. Porque seguro que nos vamos a volver a ver. Siempre miramos hacia el cielo y te digo que nos vamos a encontrar para darnos un abrazo. Y cuando eso suceda, estas lágrimas se convertirán en alegría.
Siempre estarás con nosotros. Con amor. Toda tu familia.
Facundo Pittera tenía 20 años, vivía en Tablada y era fanático de San Lorenzo. El 1 de enero de 2008, en un accidente automovilístico, perdió la vida y dejó un enorme vacío en el corazón de sus seres queridos que, damos fe, son muchísimos. A más de un año de su fallecimiento, sus familiares le enviaron una carta a La Revista del Ciclón, que Facundo leía habitualmente cada vez que venía al Nuevo Gasómetro, para contarle a los cuervos que el Pana jamás podrá morir en sus corazones.
Hace ya más de un año que nos dejaste. Pero no podemos parar de pensar ni un minuto en vos porque nos dejaste una gran cicatriz en la mente y en el corazón de tus padres, hermanos, tíos, primos y abuelo.
Queremos recordarte tal cual eras: BUENO, así con las letras grandes.
Te extrañamos y siempre te extrañaremos. Tus padres estamos orgullosos del buen hijo que tuvimos. Esperamos que desde ahí arriba, donde estás, nos estés cuidando hasta el día que nos volvamos a encontrar. Porque seguro que nos vamos a volver a ver. Siempre miramos hacia el cielo y te digo que nos vamos a encontrar para darnos un abrazo. Y cuando eso suceda, estas lágrimas se convertirán en alegría.
Siempre estarás con nosotros. Con amor. Toda tu familia.
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