
martes, 21 de julio de 2009
Fixture Torneo Apertura 2009

lunes, 20 de julio de 2009
jueves, 16 de julio de 2009
Viggo, un fenómeno azulgrana
Este desinteresado gesto no hace más que seguir demostrando el gran amor que Viggo tiene por San Lorenzo y los cuervos, no podemos dejar de agradecérselo.
Si el fútbol no estuviera de receso, sin dudas esta noble acción del prestigioso actor de Hollywood (que lleva la azulgrana bien adentro de su corazón) hubiese merecido la portada de La Revista del Ciclón.
Por lo pronto, recordamos la edición 164 del 1 de marzo de 2008, en la que Viggo fue tapa de nuestra revista por pasear los colores del Ciclón en Los Angeles, nada menos que en la entrega de los Oscar.
Gracias de todo corazón, Viggo.

miércoles, 15 de julio de 2009
Son un chiste II
Son un chiste I
martes, 14 de julio de 2009
La Vuelta a Boedo

El fin de semana pasado el equipo argentino de Tenis fue derrotado frente a su par de la República Checa, y quedó nuevamente eliminado de la Copa Davis.
miércoles, 8 de julio de 2009
lunes, 6 de julio de 2009
Editorial (Pág. 3)

Se va nomás. Se hizo largo y tedioso, pero este semestre, uno de los peores en la historia de San Lorenzo, al fin, termina esta tarde. Las causas y las razones de esta decepcionante actuación del Ciclón ya fueron analizadas y desmenuzadas reiteradas veces en estas páginas. Ya se habló de los jugadores sin alma, de los planteos insólitamente mezquinos de Miguel Russo en los partidos en los que se jugaba la permanencia en la Copa, de la mano blanda de la dirigencia a la hora de poner en vereda a algunos futbolistas descarriados, campeones para negociar premios y primas, pero con nivel de descenso directo a la hora de correr detrás de la pelotita.
No vamos a redundar sobre eso ahora. Sólo queremos expresar el deseo de que este penoso desenlace de torneo coincida con el fin de todas esas cosas feas arriba mencionadas y que ningún cuervo quiere volver a padecer.
¿Se puede ser optimista de cara al torneo que viene? Y… no nos queda otra. La fe es algo inherente a todo hincha de San Lorenzo que se precie de tal. Igual es difícil, eh. Este plantel se ha ganado un desprecio tan grande que con solo ver la cara de alguno de sus integrantes el hincha ya empieza a ser invadido por el pesimismo. Pero habrá que confiar.
Se va nomás. Este semestre nefasto termina hoy. Ojalá que a fin de año no tengamos que volver escribir una nota como ésta.
La Columna del Hermano Cuervo
Nos dejaron de cama
Escribo esta columna desde mi casa, recluido, aislado, ya que después del partido contra Huracán sucumbí a la enfermedad. Fiebre, malestar, pesadillas. Nada es casual. Aquella mañana, cometí el error de esperar algo de los jugadores de San Lorenzo. Qué iluso. Esperar algo de este plantel, que en los últimos meses entregó campeonatos, perdió los partidos que tenía que ganar y decepcionó a su hinchada como nunca en la historia.
Por suerte, al escribir estas líneas se empiezan a escuchar rumores y certezas acerca de partidas varias. No encuentro a un solo Hermano Cuervo que defienda a más de tres jugadores de este plantel (la mayoría, no defiende a nadie). Y sin contar al querido Romeo, que ni siquiera jugó últimamente. Los paladines de la decepción ya no serán los mismos de cara al Apertura 09. Pero todavía no percibo una bajada de línea clara y enérgica por parte del presidente Savino.
No la escucho. No la hizo. ¿La hará? Un par de meses le bastaron a Simeone para, en privado, quejarse de la mala conducta de este plantel. Y para pedir, ya públicamente, reglas claras (un código de premios y castigos, por caso). Parece que la gente –acusada de “politizada” o de querer ganar protagonismo-- no estaba tan equivocada. Que los jugadores, hace rato, hacen lo que quieren. Que les da todo lo mismo.
Y que no asumen ningún compromiso serio con el club que los contrata: apenas presentarse a los entrenamientos (cuando van) y jugar los partidos (mal). Regalaron el Apertura 08, regalaron la Sudamericana, dieron vergüenza en el torneo de verano, fueron un desastre en la Libertadores y casi se caen de la tabla en este Clausura que, gracias a Dios, terminará mañana. Y después querés que no me enferme…
Torneo Clausura (Pág. 6 y 7)
Fusiladores de ilusiones
Los jugadores de San Lorenzo fracasaron en este primer semestre del año. Hicieron un papelón tanto en la Libertadores como en el torneo local. Sin hambre de gloria y con mucha preocupación por la plata, ejecutaron las ilusiones de millones de cuervos jamás lo olvidarán. ¿Podrá Simeone revertir esta triste historia?
6 de Febrero: Arranca el año azulgrana. San Lorenzo arranca el Torneo Clausura ’09 con un gran triunfo (1-3) ante Tigre en Victoria.
11 de Febrero: La ilusión está en marcha. El Ciclón debuta en la Copa Libertadores con una contundente victoria (4-1) ante el San Luis de México en el estadio Pedro Bidegain.
22 de marzo: San Lorenzo pasa vergüenza en Santa Fe. Pierde por goleada con Colón (3-0), tres de sus jugadores son expulsados infantilmente y prematuramente se despide del campeonato.
8 de Abril: Fin del sueño copero. El equipo azulgrana es derrotado por San Luis (2-0) en México y queda eliminado de la Libertadores.
10 de Abril: Primer escrache, en Ezeiza. Algunos hinchas del Ciclón reciben a los jugadores con insultos y salibasos en el Aeropuerto Internacional tras el regreso del plantel profesional de México.
12 de Abril: Segundo escrache, en el Bajo Flores. San Lorenzo, ya sin Russo como DT, pierde de local con Vélez (0-1) y los la mayoría de sus hinchas insultan a los jugadores durante todo el partido, acusándolos de “mercenarios”.
Después del buen comienzo que tuvo el equipo de Miguel Russo, tanto en el campeonato como en la Copa, ni el más pesimista de los hinchas de San Lorenzo se hubiera imaginado que su equipo terminaría el semestre tan mal como lo terminó. Lo cierto es que en apenas 56 días, jugadores y cuerpo técnico (de turno), se encargaron de fusilar todas las ilusiones que los hinchas de San Lorenzo se habían creado para la primera mitad de este 2009. Y si bien fusilar pareciera un término un tanto exagerado, le podemos asegurar que para el sentimiento del sanlorencista no lo es. Porque después de todas las expectativas que se habían generado, con un plantel de supuestos jugadores de gran nivel y jerarquía, que el equipo ni siquiera supere la primera ronda de la Libertadores y quede sin chances en el torneo local antes de la mitad del desarrollo del mismo, para todos los cuervos, este fracaso futbolístico fue una verdadera ejecución a sus ilusiones.
Algunas causas, muchos responsables
A la hora de interpretar por qué San Lorenzo fracasó tan escandalosamente en este primer semestre del año, los analistas más pacifistas podrían esgrimir como causas las lesiones de Pablo Barrientos y Agustín Orión. Pero si bien es cierto que el Pitu era el jugador más destacado del equipo y que la lesión del arquero, hincha de Midland, cayó en el momento menos oportuno (en el partido contra Libertad de Paraguay), considerar a esos dos hechos como la justificación a semejante frustración futbolística no termina de ser una frívola excusa.
La única realidad es que San Lorenzo tuvo en su plantel a un conjunto de jugadores que lamentablemente no demostraron estar a la altura de la situación para la cual fueron convocados. Le duela a quien le duela, este grupo de futbolistas azulgranas demostraron (algunos más, algunos menos) mayor preocupación para conseguir engordar sus billeteras, que para quedar en la gloria por la conquista de un logro deportivo.
Por su parte, el ex técnico Miguel Russo, también tuvo su cuota de responsabilidad por no saber manejar a un grupo que lamentablemente se le fue de las manos y por no saber dar un paso al costado en el momento adecuado. Pero más allá de ser Russo parte de este fracaso azulgrana, fueron los jugadores los máximos responsables de semejante decadencia.
No hay reconciliación
Apenas aterrizó en San Lorenzo Simeone quiso serenar los ánimos y manifestó: “conmigo todos comienzan de nuevo”. Pero los cuervos no transaron con esa jugada pacificadora del Cholo y de inmediato le colgaron una bandera que sentenciaba: “Jugadores mercenarios: con nosotros no empiezan de nuevo”.
Pasaron ya varios días y partidos de la llegada del nuevo DT pero la gente del Ciclón no emite ningún rasgo de reconciliación con un equipo que ni siquiera pudo cumplir la misión de frustrarle la fiesta al pequeño Huracán. Si bien algunos mantienen el visto bueno de los hinchas (Bergessio y Solari), y otros no son tan condenados porque son nuevos en el club (Papu Gómez, Hilario Navarro y Santana), el resto del plantel, que acumula las frustraciones de las Copa 2007 y 2008 y el Apertura ’07, está en una situación de coma 4 en su relación con los cuervos. Así lo muestra una encuesta efectuada en el blogspot de esta revista (entrá a http://larevistadelciclon.blogspot.com y observá los resultados) en el cual participaron mas de 200 hinchas del Ciclón.
Dentro de toda esta malaria siempre es gratificante recordar al Bernie Romeo que jamás será cuestionado por un hincha del Ciclón porque es un verdadero ídolo del club.
Inmerso en este mediocre presente futbolístico San Lorenzo termina el primer semestre del año sin pena ni gloria y con el ínfimo objetivo de Ganar esta tarde ante Argentinos Juniors para asegurar la clasificación a la Copa Sudamericana.
Será tarea del Cholo Simeone hacer una limpieza adecuada y buscar a los jugadores necesarios para que la última mitad del 2009 termine como todos los cuervos soñamos. ¿Podrá?
Historia (Pág. 8 y 9)

Esta tarde se termina una temporada para el olvido en San Lorenzo. De la ilusión de lograr grandes cosas se terminó en el fracaso de un plantel que no supo ni quiso alcanzar la gloria futbolística. Viene bien el recuerdo de los Camboyanos, un grupo de jugadores a los que les sobraba orgullo.
…“Esto es lo que vale en la vida: la dignidad. Porque los muchachos les han demostrado a todos que en un mundo donde el dinero parece imponerse a los sentimientos se puede tener un cacho de ternura, de amor, de fe. Salieron a la cancha y se mataron por la camiseta, por la hinchada, por su dignidad… Hoy es un día muy feliz para mí, porque sé que lo que pregoné toda la vida sirve. Ellos me lo demostraron. En la vida, sin dignidad no se vive y al plantel de San Lorenzo le sobra”…
Cuánto nos gustaría a los hinchas del Ciclón que estas palabras hubieran sido referidas al plantel actual de primera división. Cómo nos endulzaría los oídos a los cuervos, escuchar que el DT de primer equipo azulgrana dijera que a pesar de la derrota deportiva, sus jugadores “salieron a la cancha y se mataron por la camiseta, por la hinchada, por su dignidad”.
Sin embargo, en este fútbol moderno, donde la mayoría de los jugadores sólo se matan por la plata, transpiran sus pilchas pero en los vestuarios y para reclamar premios, y emigran a cualquier destino del mundo con el único fin de engordar sus billeteras, las declaraciones de Nito Veiga (fallecido en 2004), parecieran estar a años luz de nuestra triste realidad.
Sin embargo, inmersos en esta triste realidad que no toca vivir, viene bien recordar lo que pasaba en San Lorenzo 23 años atrás. Así describía la revista El Gráfico, en su edición 3492 (del 9/9/1986), cómo era la crítica situación que vivía el club:
“San Lorenzo llegó a Avellaneda sin director técnico para enfrentar a Independiente. Y con seis de sus jugadores sin el contrato firmado aún. Nadie recibió un solo Austral por los puntos obtenidos en las primeras ocho fechas. Y esta semana, la del clásico, trabajaron sólo dos días. Pero, a pesar de todo, se mataron en la cancha. Y tras ir a la tribuna a ofrendar sus camisetas, dedicaron la victoria al hombre que los dirigió, apoyó y alentó: Nito Veiga”.
En 1986, San Lorenzo estaba literalmente en la miseria. Además de que no cobraban un sólo peso de lo que les habían prometido, los jugadores tenían sus contratos sin firmar y sin saber cómo sería su futuro. No tenían una buena base física ni mucho menos habían hecho una digna pretemporada. Sin embargo, a la hora de salir a la cancha se olvidaban de todos los problemas y dejaban la vida para que San Lorenzo gane. Por el orgullo que sentían como futbolistas y por el respeto, mutuo, que había con su hinchada.
Así ocurrió aquel 7 de septiembre cuando tuvieron que enfrentarse con Independiente. Llegaron a Avellaneda sin técnico (Nito Veiga había renunciado el día anterior porque no le habían cumplido a sus futbolistas) para enfrentarse con uno de los animadores del campeonato. El Flaco Cousillas, que era el arquero suplente, también se puso el buzo de DT y mandó a la cancha a: Chilavert, Malvárez, Marchi, Luongo, Jorge García, Alul, Giunta, Siviski, Fabián García, Hernández y Perazzo.
El partido fue muy parejo pero el gol de Walter Perrazo, a los 18 minutos del segundo tiempo, le dio el triunfo a los de Boedo. Tras el pitazo final de Francisco Lamolina, llegó el gran desahogo de un grupo de jugadores que, a pesar de los problemas extra futbolísticos, se habían comprometido a dejar todo de sí en la cancha.
Por eso se acercaron a la tribuna visitante a festejar con la gloriosa hinchada azulgrana. Por eso, también le dedicaron el triunfo a su ex técnico, que los miraba desde una de las plateas. Y por actitudes como esas se ganaron el mote de “Camboyanos”.
Cuando uno revive este tipo de situaciones no puede más que emocionarse por lo que alguna vez sucedió. Pero también se llena de bronca, de impotencia, de resignación por lo que le toca vivir. Esta tarde se termina una temporada futbolística para el olvido en San Lorenzo. Se armó un equipo con la intención lograr grandes cosas pero los jugadores, más preocupados por el dinero que por la gloria, no lo supieron interpretar y el fracaso fue gigante.
Ahora habrá que barajar y dar de nuevo. Pero antes de comenzar la nueva historia, sería bueno que los que queden entiendan que en la vida no todo pasa por la plata. Y si es necesario, que aprendan de los Camboyanos. Aquellos jugadores que quedaron en el recuerdo de los hinchas de San Lorenzo, a pesar de no haber logrado ningún título. Aunque como lo señaló quien había sido su conductor, Nito Veiga, el mejor título que se ganaron fue el de la “dignidad”. Y no es poco cosa.
Opinión (Pág. 10)

El Indiecito Solari, que seguramente jugará hoy su último partido con la camiseta del Ciclón, fue el único “refuerzo” que estuvo a la altura de la historia de San Lorenzo. A pesar de estar lejos de su época de esplendor ofreció flashes de su enorme categoría y fue el mejor en los clásicos y en las finales. Además, se comportó como un verdadero profesional y jamás le faltó el respeto a la gente. Tuvo un digno paso por el club.
No resulta sencillo encontrar cosas positivas en los últimos doce meses de vida del Ciclón. Un campeonato que estaba en el bolsillo y que se fue inexplicablemente, una participación indecorosa en la Libertadores y un pobrísimo Torneo Clausura conforman un cóctel que para los hinchas de San Lorenzo aún es imposible de digerir.
La vuelta a Boedo (Pág. 11)

Partidos Locos (Pág. 12)
Nos dejaron en Boli
El 24 de mayo de 1994, en el marco de los festejos por la fecha patria, Lazio vino a Buenos Aires para disputar un partido amistoso contra San Lorenzo, en el que se puso en juego la “Copa Cabildo”. Era de El Ciclón, pero a dos minutos del final, el marfileño Basile Boli marcó el empate y el trofeo viajó hacia Europa. Ayy…
El Ciclón todavía estaba festejando el triunfazo en Avellaneda ante Independiente, con aquella exquisita definición del Totó García, revoleo de camiseta mediante, que selló un 3-2 de antología. Transcurría el Clausura ’94 y allá por mayo de ese año, la Lazio, de Italia, vino de visita a Buenos Aires para disputar un amistoso contra San Lorenzo, en vísperas de los festejos por el 25 de mayo. Se puso en juego, entonces, acorde a la conmemoración, la “Copa Cabildo”, que, como veremos a continuación, estuvo cerquita de quedarse en Boedo.
Sin la estructura titular, con Roberto Castellón adelante, el equipo que conducía Héctor Veira trató de batirse de igual a igual ante un conjunto romano que trajo lo mejorcito que tenía. Había tipos como Alen Boksic, de la gloriosa camada croata de los ’90; el marfileño naturalizado francés Basile Boli y algunos tanos que luego cumplieron una interesante trayectoria como Di Matteo, Negro y Favalli.
Jugado en el entonces flamante Nuevo Gasómetro, el partido pintaba bien para El Ciclón. Una macana de Orsi posibilitó la apertura del marcador por parte del Diablo Monserrat, pero a dos minutos del final, el Negro Boli (ojo, INADI, no mentimos con la descripción ni tampoco con el apellido) estableció la paridad que le hizo adjudicar la copa al conjunto europeo.
Nos quedamos sin la Copa Cabildo. Nos dejaron en Boli… Con el chocolate y los churros atragantados. Todo por culpa de Basile Boli, un verdadero jugadorazo que llegó a jugar 45 partidos en la Selección de Francia y que salió campeón de Europa con el Olympique de Marsella en 1993. El Pedro Bidegain fue testigo de ello.
Síntesis del Partido
San Lorenzo (1). Passet; Escudero, Arévalo, Simionato y Manusovich; Monserrat, Cardinal, Fernando Batista y Roberto García (Gabriel Rodríguez); Biaggio y Castellón (Maydana). DT: Héctor Veira. Suplentes: Dubra, Tuzzio y Néstor Lorenzo.
Lazio (1). Orsi (Torchia); Bonomi, Boli, Cravero (Gorino) y Favalli; Di Matteo (Saurini), Bacci, Sclosa y Negro; Boksic (Di Mauro) y Scoria. DT: Gianfranco Oddi. Suplentes: Calegari e Ingalini.
Goles: PT 27’ Monserrat (SL). ST 43’ Boli (L).
Cancha: San Lorenzo.
Árbitro: Atilio Sanabria.
Cuervos de Ley (Pág. 13)
A pesar del horrible semestre de San Lorenzo, la familia de La Revista del Ciclón tiene un motivo más que importante como para festejar. El pasado 18 de junio ha llegado al mundo (azulgrana, claro) Ana Morena Fuentes, la hija de Jorge, uno de los responsables de este medio. Y sí, la felicidad que tenemos los que hacemos esta revista es infinita. Como para no estarlo, ¿no?.
Siempre intentamos desde La Revista del Ciclón evitar mencionar cuestiones personales o escribir en primera persona. Pero, claro, hay veces en los que estamos obligados a realizar alguna excepción. Y esta es una de ellas: nació Ana Morena, mi hija. Y mi vida, por supuesto, cambió para siempre.
Lo saben aquellos que han experimentado esa alucinante sensación de ser padre por primera vez. Anita, en cierta manera, también es una especie de “mascota” de La Revista del Ciclón, este medio que creamos con mi amigo Gastón García hace casi diez años (los cumplimos el próximo 13 de agosto).
Su llegada no solo me alegró a mí, a mamá Mirna y a todos nuestros familiares, también generó alegría en mis amigos. Los que vienen recorriendo la vida conmigo desde hace mucho tiempo y los que fui cosechando en esta última década gracias a esta revista.
No los voy a nombrar. No por temor a olvidarme de alguno, sino porque son tantos a los que quiero mencionar que no alcanzaría el espacio y ¡la foto de Anita con la camisetita azulgrana que le regaló Gastón tiene que estar sí o sí!
Igualmente, mis amigos cuervos ya saben que me estoy refiriendo a ellos. A todos, gracias por sus saludos y sus deseos de felicidad. Y a los lectores de La Revista del Ciclón, a los que en su gran mayoría no conozco personalmente, también va mi saludo. El cariño que demuestran al recibir la revistita, reconociendo así nuestro humilde pero muy apasionado laburo, hace que también los considere “amigos”.
Nació Ana Morena Fuentes. Y, por supuesto, ya pertenece a la familia sanlorencista. Como el papá. Y como todos ustedes. Por eso se las presento. Esa beba hermosa que está en la foto es Ana, la Azulgrana.
Jorge Fuentes