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sábado, 27 de noviembre de 2010

Jamás lo van a lograr...



Llega el fin de semana y uno, contento, ya se va preparando para cumplir con esa obligación de ir a alentar al Ciclón.
Esta vez, por la 16° fecha del Apertura 2010, la cita es en Sarandí, un viernes a las 21 horas.

Cuando te estás yendo para la cancha, un conocido te pregunta... "¿Para qué vas, si no juegan por nada y pierden todos los partidos?"...

Uno lo mira, se sonríe para adentro, le hace una palmada y, sin responder, sigue su camino hacia la cancha pensando bajito: "No entendés nada".

La gente, sobre todo la que no es tan futbolera, se cree que ir a la cancha es sólo ir a ver a 11 tipos que usan la misma camiseta que uno lleva impregnada en la piel. Y, partiendo desde esa base, jamás van a comprender que uno, va a la cancha a compartir sentimientos con amigos, con conocidos o simplementes con hermanos de una misma pasión...

Entonces, esto va más allá de que la camiseta que uno ama la vistan 11 horrendos futbilistas, que a pesar de los millones que se llevan a su casa, fecha a fecha solo nos dan frustraciones. Me atrevo a pensar que en estos tiempos, de vacas escualidas futbolísticamente hablando (e institucionalmente raquíticas) uno ya ni siquiera los va a ver a ellos sino que sólo va a ver a su propia gente. Uno se convierte en un hincha de sí mismo. Si, suena a algo muy fanfarrón, pero uno va a la cancha a disfrutarse de si mismo, porque toda esa gente que ocupa una misma tribuna azulgrana, es la síntesis de uno mismo.

Se juega el partido y los millonarios futbolístas, que ya ni siquiera se respetan a ellos mismos porque no tienen ni un poquito de orgullo propio, vuelven a perder, algo habitual desde hace un buen tiempo. Despedís a tu camiseta con una seguidilla de "el Ciclón, el Ciclón" y comenzás la retirada.... En esos momentos te acordás de quel que te había dicho "para qué vas"... Pero volvés a sonreir porque ya estás pensando en cuando tenés que volver, porque es así hermano, lo llevás en la sangre y eso no te lo cambia un puto resultado.

Llegás al lugar donde dejaste estacionado tu auto y te encontrás con la triste sorpresa de que te lo afanaron... Buscás en otra cuadra, por si te equivocaste, pero no... realmente te lo afanaron. Entonces te mordés los labios y pensás... "la concha de su madre, uno hace un esfuerzo de locos para ver a esos 11 hijos de mil puta, que no te devuelven nada desde el campo de juego (que pierden con Arsenal sobre la hora) y encima te comés el garrón de que te afanen un pedorro Ford Escor modelo 92, con el techo todo picado, que vale dos pesos miserables"... ¿Dónde terminás tu viernes? En la comisaría 4ta de Avellaneda, haciendo una penosa denuncia, ante unos vigilantes que por dentro se te rien en la cara.

Entonces, en ese lapso en que esperás a un amigo que te venga a buscar, volvés a recordar a ese muchacho que antes de ir a la cancha te preguntó "¿para qué vas?"...

Volvés a sonreir, ahora con un poco de resignación, pensás que bondi te vas a tomar para ir al próximo partido y pensas... "Jamás lo van a lograr"....

1 comentario:

Anónimo dijo...

Lindo che.... pero una pregunta, ¿es verdad o solo para la nota lo del auto?