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jueves, 30 de agosto de 2012

La columna de Viggo Mortensen: “Ni pies no cabeza”


Esta columna fue extraída del sitio oficial de San Lorenzo de Almagro: http://www.clubsanlorenzo.com.ar/


Desafortunadamente no pude estar en el "Gallinero" para apoyar al Ciclón en vivo, pero vi el partido en la compu. Se notó desde el vamos que los de Almeyda le daban importancia a este encuentro. Hicieron todo lo que les era posible para buscar el gol, conscientes de que ganarle a un grande ayudaría a reivindicar el retorno a la Primera División. Bastante desordenados, en realidad, pero trataron de ganar. El planteamiento de San Lorenzo fue el conservador al que nos vamos acostumbrando últimamente, dejándole el medio campo al adversario. Menos mal que Migliore estuvo tan atento, salvándonos de la derrota varias veces. Jara hizo un gran partido, pero se fue al banco frustrado, con ganas de más, de ir a por la victoria. Él y sus compañeros saben que sin riesgo no hay gloria ni juego lindo, pero hicieron lo que se les pidió, y pudieron evitar una segunda derrota en este nuevo torneo. Pase lo que pase, los hinchas cuervos siempre estaremos con el equipo. A ver si de verdad sigue afinándose el juego colectivo y San Lorenzo puede empezar a sumar de a tres. Hasta que eso ocurra, para mí la noticia más positiva con respecto al CASLA es que la operación a la rodilla izquierda de Romagnoli ha sido un éxito. ¡Qué bien! Te esperamos con los brazos abiertos, Pipi.

Lamento que, estando físicamente tan cerca del equipo la semana pasada mientras presentábamos la película "Todos tenemos un plan", no pude librarme para verlo jugar o entrenar. Tuve una agenda muy llena, haciendo entrevistas hasta el último momento de mi demasiada breve visita a la capital, y eso hizo imposible acercarme a la Ciudad Deportiva. Al menos pude pasar, como siempre lo hago por cábala cuando vuelvo a Buenos Aires, un momento por Avenida La Plata después de llegar a Ezeiza. Era muy temprano, antes del amanecer, y cuando me bajé del auto a la altura de la sede del CASLA, me encontré totalmente solo. Caminé sin prisa de Las Casas a Inclán, comprobando que ese supermercado no se ha caído todavía, pero que el lugar sigue poblado de un millón de almas cuervas coreando su apoyo inquebrantable. Solo entonces seguí el viaje al centro donde tenía que trabajar. Ya en el auto, pasando la esquina de San Juan y Boedo, pensé que las generaciones de hinchas que llenaron los tablones del Viejo Gasómetro estarían perplejos si pudieran ver el juego de pelotazo ciego y marcha atrás al que se le da preferencia en el San Lorenzo de ahora.

El martes vinieron al avant-premiere de la película dos de nuestros jugadores más corajudos, el legendario Pipi Romagnoli y nuestro arquero el Loco Migliore. Fue una hermosa sorpresa -- y un alivio -- verlos ahí en medio del quilombo mediático. Mientras los invitados daban sus vueltas ansiosas por los pasillos del Hoyts DOT antes de la proyección, ahí estaban nuestros guerreros imprescindibles esperándome tranquilamente cerca de la entrada a la sala principal.  Imperturbables, seguros de si mismos, parecían superhéroes de otra galaxia al lado de todos nosotros, los mortales con sus pochoclos, micrófonos, cámaras y efímeras urgencias. Pipi quiso permanecer de pie, a pesar del dolor que seguramente sentía en su rodilla izquierda. Un torero, un matador de verdad. Vino a ver la película en vez de quedarse en casa descansando antes de la operación que le iban a hacer. La presencia y la actitud luchadora de Romagnoli nos honró a todos los que participamos en la producción más que toda la atención que nos pueda llegar del público y los medios. Como sabrán muchos cuervos, Pipi ha ido a los entrenamientos de San Lorenzo desde su lesión en el partido contra Belgrano, alentando a sus compañeros e insistiendo silenciosamente con su presencia en el más alto nivel de entrega. Según me han contado, estuvo presente los primeros días después de sufrir la lesión a pesar del dolor que estaba pasando. Un Grande, la conciencia del equipo. Agradezco de todo corazón que Migliore y Romagnoli hayan venido a representar a San Lorenzo en nuestro estreno. Nos sentimos muy orgullosos por haber contado con su presencia.

Por último, cierro esta breve entrega agradeciéndole a nuestra directora y guionista, Ana Piterbarg, por llevarnos en un viaje inolvidable. Para mí era una deuda pendiente rodar en Argentina, sumarme a la historia cinematográfica de este país. Sabía que los actores y los equipos técnicos argentinos eran de lo mejor que existe en el mundo del cine, pero nunca esperé encontrarme con un cuento tan lindo y original como "Todos tenemos un plan", o una jefa tan habilidosa y justa. Bostera incurable, eso sí, pero mejor capitán no tuvo nunca un barco.


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