(Edición impresa 234)
Calculadora en mano los
hinchas de San Lorenzo no podemos parar de sacar cuentas, algo que ocurrió
durante todo el campeonato. El panorama viene complicado, pero nada es
imposible. Menos, cuando se trata del San Lorenzo de los Milagros.
Por Gastón García
A cuatro fechas del final de la
temporada el futuro de San Lorenzo es totalmente incierto. Y, como reza el
título de esta nota, “puede pasar cualquier cosa”. Según como se den los
resultados, propios y ajenos, el Ciclón podría zafar de todo, jugar una
Promoción o, asusta escribirlo, irse al descenso en forma directa.
Está claro
que esta situación no viene de ahora. Desde aquella derrota frente a Lanús
(0-1) por la primera fecha del Apertura 2011, los cuervos, o algunos cuervos, empezábamos
presentir que algo malo se acercaba. Muchos
preferían esquivar la realidad sosteniendo que todo era una paranoia producto
de lo que le había sucedido a River. Otros, realmente intuíamos que el futuro inmediato
no era nada alentador. Por algo será que desde esta revista, ya en la última
edición de la temporada 2010/11, el título nota fue “La Promoción que no
miramos”, dando a entender que no solo River estaba en graves problemas. El
tiempo, lamentablemente nos dio la razón.
Se tuvo que ir el Turco Asad, que nos
dejó un desastre, y su lugar lo ocupó el camboyano Madelón. Pero los malos
resultados continuaron y también arrastraron a Leonardo Carol, a quien,
evidentemente, le quedó bastante grande el buzo de entrenador azulgrana. Luego
llegó el turno de Caruso Lombardi.
Pero claro, cuando el DT de los milagros
arribó a Boedo, ya era bastante tarde. No hay duda alguna que la llegada de
Caruso generó un cambio de actitud en el plantel. Como hacía mucho que no
ocurría, San Lorenzo llegó a estar seis partidos sin conocer la derrota (dos
triunfos y cuatro empates). Pero no fue suficiente. Ante el primer traspié (Unión)
vino la hecatombe. Claro, Caruso llegó tarde, cuando las cartas ya estaban casi
echadas.
Ahora estamos parados en una situación que asusta. Nos pasó Tigre (que
arrancó la temporada ¡17 puntos abajo nuestro!), no pudimos alcanzar a Banfield
(que apenas consiguió ¡dos de los últimos 21!) y, en consecuencia, estamos dependiendo
de los recién ascendidos, que, para colmo de males, todos hicieron campañas de
dignas para buenas. Así las cosas, con Olimpo destinado a perder la categoría
(¡No le pudimos ganar en la temporada!), saber quiénes serán los otros tres condenados
será una acertijo difícil de descifrar. Son cinco equipos (San Marín de San
Juan, Rafaela, Tigre, Banfield y San Lorenzo) para tres lugares. Seguiremos
sufriendo. Con la calculadora en la mano y esperando el milagro.
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