por Gastón García
El inicio de un campeonato genera, siempre, la ilusión de
los hinchas de terminar festejando una vuelta olímpica. Y, para los cuervos,
este semestre será especial. Después de dos años de estar muy comprometido con
los malditos Promedios, San Lorenzo arranca la temporada con otro tipo de
expectativas. Se terminó eso de padecer cada partido como si fuera el último y
la calculadora fue a parar a esos cajones que uno nunca suele utilizar. Ahora,
se piensa en otra cosa. Al Ciclón se le avecinan tres competencias y la
dirigencia azulgrana estuvo a la altura de las circunstancias: contrató
futbolistas para “reforzar” el plantel. Y ese es un punto a destacar, porque no
es lo mismo incorporar que reforzar. Álvarez, Fontanini, Más y Cauteruccio son
apellidos de jugadores consolidados y que rindieron con creces en sus clubes
anteriores. Cavallaro y Elizari son dos “jóvenes” que prometen mucho y el
regreso de Ortigoza no deja de ser positivo. Todos conocemos la calidad del
Gordo. A esto hay que sumarle que el plantel no se desmanteló, sino todo lo
contrario. Al menos hasta ahora, sólo se fueron los que se tenían que ir. Este
combo, que ojalá sea perfecto, lo cierran los pibes del club: Villalba, Verón,
Navarro, Contreras, Catalán, el ya viejo Kanneman. Son todos purretes surgidos
de la cantera azulgrana (salvo Verón, que llegó hace un par de años de
Italiano) que prometen mucho, algo que hace tiempo no ocurría en San Lorenzo.
No se asuste, no nos olvidamos de Correa. A “Correita”, como le dice la
mayoría, lo dejamos en un párrafo aparte porque es esa joyita que enloquece a
todos los sanlorencistas y al fútbol en general. “Es mejor que yo”, dijo el
Pipi días atrás. ¡Mamita, hay que ser mejor que Romagnoli! Ojalá lo podamos
disfrutar mucho tiempo desparramando fútbol con la azulgrana en el pecho. Todo
esto invita a ilusionarnos. Y está bien que así sea, porque después de tanto
sufrimiento, los cuervos nos merecemos terminar descorchando en San Juan y
Boedo.
La otra vuelta que queremos es a Boedo, esa locura linda (la
más linda de todas) que nos tiene súper enganchados a todos los hinchas del
Ciclón. No hace falta enumerar otra vez cada uno de los milagros que en este
sentido logramos los “Guardianes de la Vuelta a Boedo”, pero sí es bueno
recordar e insistir en que la causa avanza a paso firme y no se puede detener
ni un segundo. Los cuervos siguen comprando metros cuadrados y ya hay más de 8
mil que están activamente dentro del Fideicomiso CASLA. Ser Socio Refundador
es, sin duda alguna, el máximo orgullo que puede tener un hincha de San
Lorenzo. Es la chapa más hermosa que uno puede sacar cuando entabla una
conversación con algún amigo o familiar y se habla de pasión por los colores.
Es, verdaderamente, entrar en la historia del club. Por eso, es imperioso
insistir con la causa. Si tenés algún conocido que aun no firmó su contrato
irrevocable, comele la cabeza para que lo haga. Compromete y comprometelo.
Refrescale todas las posibilidades que tiene para sumarse a esta gesta
histórica. Recalcale que Volver a Boedo será algo más emocionante que ganar
cinco Libertadores juntas. Porque es algo nuestro, de los hinchas, que sólo
nosotros logramos que sea posible. Porque como decimos siempre desde esta
revista, “la vuelta depende de nosotros”. Ya verás cómo se te pone la piel de
cuervo cuando recibas un mensaje del club que te diga: "Ser Socio
Refundador es una caricia a nuestro corazón". Dale, no te permitas quedar
afuera.
Para cerrar, no podemos hacerlo sin repudiar la decisión que
tomó la AFA de prohibir el acceso de público visitante a los estadios de
fútbol. Encima, como si eso fuera poco, también comunicaron que durante dos
fechas sólo podrán asistir a los partidos los socios de los clubes. Señores, el
fútbol es con hinchas. Con hinchas y sin barras. Por eso, pedimos a gritos:
¡Que vuelvan los hinchas!
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