Nota de la edición impresa 243
San Lorenzo se armó en tiempo y forma como para ser protagonista de todos los torneos que tenga que disputar. Ahora, Pizzi tiene la enorme responsabilidad de armar un buen equipo que esté a la altura de la gran expectativa que tienen los hinchas.
San Lorenzo se armó en tiempo y forma como para ser protagonista de todos los torneos que tenga que disputar. Ahora, Pizzi tiene la enorme responsabilidad de armar un buen equipo que esté a la altura de la gran expectativa que tienen los hinchas.
Por Jorge Fuentes
La tabla de los promedios, la calculadora, la página
www.promiedos.com.ar, la promoción contra Instituto, hinchar obligadamente por
Boca, River y otros indeseables… Todas
esas pesadillas parecen haber quedado atrás. Y hay que decir “parecen” porque
si algo hemos aprendido en estos últimos años de sufrimiento es que no hay que
subestimar ninguna situación. Ni siquiera las que aparentan cierta
tranquilidad. De todos modos, es evidente que el momento de San Lorenzo,
felizmente, es muchísimo más placentero que el que sufrimos hasta hace poquito.
Y esperanzador, claro. Porque, vamos, cuando falta un puñado de minutos para
que arranque un nuevo torneo, ¿quién puede negar que tenemos una ilusión grande
como el Pedro Bidegain? Y no es para menos. Es que se armó un plantel rico en
cantidad y calidad, con opciones más que potables en casi todos los puestos.
Eso puede suponer un (lindo) problema para Juan Antonio Pizzi, quien será el
encargado de seleccionar entre todo el material disponible a once
“privilegiados” para que salgan a la cancha. Allí estará la clave del éxito o
del fracaso para esta segunda mitad de 2013: en la capacidad del DT para saber
elegir entre la abundancia.
Asume riesgos
No hay que ser muy perspicaz para advertir que el plantel
ofrece más variantes ofensivas que defensivas. Y por lo que viene mostrando
Pizzi desde que asumió como DT, se sabe que su San Lorenzo prefiere salir a
buscar los partidos y a forzar el error del rival antes que esperar agazapado a
que el contrincante dé un paso en falso. Esos dos datos nos hacen suponer que
el Ciclón intentará ser protagonista en todas las canchas. Obvio que esta
apuesta ofensiva tiene su contraindicación, que es quedar desguarnecidos en
defensa si el retroceso de los volantes no es el correcto. De todos modos, es
un riesgo que la historia del club obliga a tomar.
De acuerdo a lo observado en los amistosos de pretemporada,
Pizzi ha vuelto a utilizar su esquema favorito:el 4-2-3-1, el dibujo con el que
comenzará a jugar en este campeonato. Y esta decisión puede generar algunas
dudas, teniendo en cuenta que lo mejor de San Lorenzo en el certamen pasado fue
cuando el DT resolvió pararse con el clásico 4-4-2. No obstante, vale aceptar
que las opciones que hay en este plantel le da el crédito como para regresar a
su dibujo preferido, fundamentalmente teniendo en cuenta que Martín
Cauteruccio, el único delantero advertir que el plantel ofrece más variantes
ofensivas que defensivas. Y por lo que viene mostrando Pizzi desde que asumió
como DT, se sabe que su San Lorenzo prefiere salir a buscar los partidos y a
forzar el error del rival antes que esperar agazapado a que el contrincante dé
un paso en falso. Esos dos datos nos hacen suponer que el Ciclón intentará ser
protagonista en todas las canchas. Obvio que esta apuesta ofensiva tiene su
contraindicación, que es quedar desguarnecidos en defensa si el retroceso de
los volantes no es el correcto. De todos modos, es un riesgo que la historia
del club obliga a tomar.
De acuerdo a lo observado en los amistosos de pretemporada,
Pizzi ha vuelto a utilizar su esquema favorito:el 4-2-3-1, el dibujo con el que
comenzará a jugar en este campeonato. Y esta decisión puede generar algunas
dudas, teniendo en cuenta que lo mejor de San Lorenzo en el certamen pasado fue
cuando el DT resolvió pararse con el clásico 4-4-2. No obstante, vale aceptar
que las opciones que hay en este plantel le da el crédito como para regresar a
su dibujo preferido, fundamentalmente teniendo en cuenta que Martín
Cauteruccio, el único delantero-delantero en esta formación actual, tiene mucha
más movilidad que Denis Stracqualursi, el nueve con el que intentó jugar con
esa diagramación táctica en gran parte del campeonato pasado. El 4-2-3-1,
además, obliga a que los volantes pisen seguido el área rival y a que colaboren
con el doble 5 en la recuperación del balón, y a que los laterales se ofrezcan
como salidas de manera permanente. En definitiva, aceitar ese funcionamiento
será la tarea que Pizzi tendrá que lograr. Difícil, por supuesto. Pero para
nada imposible si se repasa los nombres que hay en el plantel del Ciclón.
Nuestra tarea (la de los hinchas, claro), en tanto, será la
misma de siempre, esa que nos sale a la perfección: Alentar desde el principio
hasta el final. Con alegría, con ilusión y, principalmente, con paciencia. En
definitiva, la misma receta que nos permitió, luego de mucho sufrimiento,
guardar la calculadora en un cajón.
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