En el Bar San Lorenzo se están juntando llaves para realizar
la escultura de bronce de Leandro Atilio Romagnoli. Será un merecido
reconocimiento al último gran ídolo azulgrana. Sumate a la movida y dejá las
tuyas. El 10, se lo merece…
Leandro Romagnoli se ganó el mote de ídolo cuervo en su
primera etapa como jugador del club. Su exquisita forma de tratar a la redonda,
más los tres títulos de los que fue partícipe (Apertura 2001, Mercosur 2001 y
Sudamericana 2002) le alcanzaron para ganarse un lugar en el corazón de los
sanlorencistas. Sin embargo, el amor recíproco entre los cuervos y el 10
moderno del Ciclón se profundizó a ultranza en los últimos dos años. El Pipi
terminó siendo un emblema en el San Lorenzo que el año pasado estuvo a minutos
de irse al descenso por segunda vez en su historia. Con casi
15 años más que en la etapa de su debut (diciembre de 1998)
y baqueteado por varias lesiones a cuestas, el viejo Pipi fue el alma de un
Ciclón en llamas. Sacó fuerzas de donde no tenía, se bancó sin chistar ser
muchas veces suplente, jugó más de un partido con lágrimas en sus ojos y hasta
con un ligamento roto, agravando su lesión de rodilla. En síntesis, jugó como
un hincha. O como lo hubiera hecho un hincha, de haber tenido la posibilidad:
dejando la vida por los colores. Por todo eso, cada vez que San Lorenzo sale a
la cancha, el “ole, olé, olé, Pipi, Pipi…” es un grito de guerra que baja de la
tribuna poblada de cuervos. Y ese, es un premio que se lo ganó solito.
Desde hace un tiempo, en el Bar San Lorenzo (avenida La
Plata y Avelino Díaz) surgió la iniciativa de homenajear a Leandro Romagnoli.
La idea, propuesta por Eduardo y Diego (dueños del bar), es
juntar llaves para regalarle una estatua de bronce. “Es un merecido
reconocimiento al último gran ídolo del club, por su sacrificio y amor a la
camiseta”, cuentan desde el Café más azulgrana del país. Hasta el momento, se
llevan juntados más de 100 kilos de bronce y en poco tiempo se mandará a hacer
la escultura. En esta nota con
La Revista del Ciclón, el Pipi cuenta sus sentimientos y
dónde le gustaría que vaya a parar ese regalo…
¿Estás al tanto que la gente del Bar San Lorenzo te
quiere hacer una estatua?
Sí, sí… Hace un tiempo me comentaron la idea y que iban a
empezar a juntar las llaves.
Y parece que la movida avanza a paso firme…
Sí, algo de eso sabía. El otro día me encontré con uno de
los muchachos del Café y me comentó que tenían bastantes y que estaban viendo
con quién hacer la estatua.
¿Qué te genera?
Alegría, mucha emoción. Una cosa así no es algo de todos los
días. No hay muchos jugadores que tengan una estatua. Es algo que me pone muy
contento. Espero que puedan juntar todas las llaves que necesitan y la puedan
hacer. Tengo entendido que todavía les falta juntar un poquito más.
Es parte del cariño que siempre me da la gente. No sólo por
esto de la estatua, también cuando entro a una cancha o me ven en la calle. Yo
trato de devolver todo ese cariño en el campo de juego.
¿Los conoces a Eduardo y a Diego?
Si, más de una vez charlé con ellos. También fui a comer al
Bar y recuerdo haber presenciado la entrega de una plaqueta. Fui varias veces.
En una de ellas me comentaron la idea de hacer la estatua. Es algo lindo, ojalá
puedan concretarlo.
¿En qué lugar te gustaría que la ubiquen?
Podría ser en el estadio. Aunque en realidad sería muy lindo
que se
pueda concretar la nueva cancha en avenida La Plata y la
pongan ahí. Creo que sería la mejor ubicación que podría tener y un gran
orgullo para mí. Es lo que se me cruza en la cabeza ahora y lo que me gustaría.
Aunque con que la hagan ya sería hermoso. Si no, podría estar en el Nuevo
Gasómetro, en el Museo o en algún lugar que todos los hinchas la puedan ver.
Imaginas tu estatua en avenida La Plata. ¿También pisar
como futbolista ese campo de juego?
Por supuesto. Sería muy lindo poder jugar un partido en la
cancha de avenida La Plata, que es donde siempre tuvo que estar San Lorenzo. Es
un sueño a cumplir, creo que se puede hacer realidad si se concreta en 2016,
como se dice.
¿Todo este cariño recíproco entre la gente y vos despeja
cualquier duda sobre tus sentimientos?
Jamás tuve dudas de si soy hincha de San Lorenzo o no y la
gente tampoco por el cariño que me tiene. El club siempre me dio todo y yo
traté de darle todo también. Aunque creo que San Lorenzo me dio más de lo que
yo le di.
Entonces, Ruggeri está equivocado…
Siempre lo dije y lo seguiré diciendo: soy hincha de San
Lorenzo. Lo que digan los demás o en un programa de televisión me tiene sin
cuidado. No le doy importancia a eso. Soló me preocupo por lo que le puedo dar
al club. La gente me conoce y sabe quién soy.
Una idea surgida en el Café
“La ganas de hacerle este homenaje surgieron durante el
campeonato que nos salvamos del descenso. Mientras muchos estaban cagados en
las patas, el Pipi, con una pierna menos, empezó a agarrar la pelotita y
hacerse cargo de la situación. Se notaba que estaba jugando como un hincha. Por
eso, con mi viejo nos dijimos este tipo se merece una estatua. Entonces,
pegamos su foto en un bidón y empezamos a convocar a los cuervos a traer
llaves. Ya tenemos juntados más de 100 kilos. Un poco más y la mandamos a
hacer. El Pipi se lo merece”.
Diego Facián - Socio 9454
No para de llevar llaves
“Soy un afortunado por compartir una mesa con amigos todos
los jueves y sábados en el Bar San Lorenzo. Después de varios desayunos, un día
vi los bidones que Eduardo y Diego pusieron para que todos los cuervos ayudemos
a construir la estatua del Pipi. Hubo una semana que cambiaron las llaves en el
edificio donde vivo y las que quedaron en desuso las llevé al Bar. Desde ese
momento, intento dejar alguna cada vez que voy. El Pipi, al revés de muchos
ídolos de los otros clubes, se hizo más grande en las malas. Eso, para mí, no
tiene precio. Merecida será su estatua”. Juan Hernando - Socio 26847
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