Por Jorge Fuentes
¿Debe venir Ramón?
Ramón Díaz es el candidato más firme a ocupar el cargo de director técnico en el próximo torneo. Es un secreto a voces que los dirigentes ya han mantenido contactos con él y que el riojano vería con muy buenos ojos tener una segunda etapa como entrenador del Ciclón. Hasta aquí, esto es una información que podría concretarse en poco tiempo más. Un mes, aproximadamente.
Ahora ingresemos al terreno de las suposiciones e imaginemos que sí, que finalmente Ramón Díaz vuelve a ser el técnico de San Lorenzo. ¿Cuál sería la reacción de los cuervos? Se descuenta que no habrá unanimidad en las opiniones. Entonces, pongamos sobre la mesa los pro y los contra del hipotético arribo del Pelado
A favor. El tipo, evidentemente, tiene ángel. Y uno no se refiere a su segundo nombre, sino a un carisma especial que hace que mucha gente caiga rendida a sus pies. Con sólo sonreír, le alcanza para generar un buen clima con los jugadores, con los dirigentes, con los hinchas y con los periodistas. Y gracias a esa forma de ser, logra sacarles presión a los futbolistas, quienes hacen su trabajo sin ataduras, mientras él se hace cargo de los flashes. Además de acaparar la atención de la prensa (de muchísima prensa), también consigue que vaya más gente a la cancha. En 2007, por caso, cuando desembarcó en San Lorenzo, el Nuevo Gasómetro estuvo lleno desde la primera fecha. Y, finalmente, por más que en muchas ocasiones se lo ha ridiculizado, el hombre sabe. Lo demostró varias veces en River y también en San Lorenzo, donde ganó el último título que festejamos los cuervos (el Clausura 2007, por si hay algún lector desmemoriado), y realizó una muy buena Copa Libertadores en 2008.
En contra. Si Ramón hoy tiene chances de ser el DT de San Lorenzo se debe, en primera medida, a que en River le cerraron la puerta en las narices. El Ciclón nunca estuvo entre sus prioridades. Y ahora, con Ángel Cappa en el banco millonario, el Pelado, despechado, intentará utilizar a San Lorenzo para vengarse de Passarella y compañía. Uno preferiría que el técnico que llegue al club lo haga porque se muere de ganas por triunfar en el Ciclón, no para dedicárselo a terceros. Y hay más. Su aterrizaje, también, aparenta ser una jugada del oficialismo para, en caso de realizar Díaz una buena campaña, obtener réditos en las elecciones de fin de año. Desde un punto de vista político, esto puede ser observado como algo lógico. Pero no sería lo mejor para la institución que Ramón influya, directa o indirectamente, en la decisión que deberán tomar los socios en diciembre. En todo caso, podría hacerlo en River, el club con el que está ligado sentimentalmente. Su pasado en Boedo, además, tiene algunos puntos grises, tirando a negros. La incorporación de sus hijos a la Primera de San Lorenzo fue (y lo sigue siendo) algo indefendible. Y en aquella pelea por los premios, horas antes de que se jugara el decisivo partido ante la Liga de Quito, por la Copa, los culpables no sólo fueron Agustín Orión, Adrián González y compañía. Él también tuvo que ver. Y mucho.
Ramón Díaz puede llegar a ser el próximo técnico de San Lorenzo. ¿Está bien? ¿Está mal? El debate está abierto. ¿Qué pensamos en La Revista del Ciclón? Luego de releer lo escrito arriba, quien firma esta nota, tiene más dudas que certezas. Pero el espacio utilizado en “En contra” es mayor al usado en “A favor”. No debe ser casualidad.
¿Debe venir Ramón?
Ramón Díaz es el candidato más firme a ocupar el cargo de director técnico en el próximo torneo. Es un secreto a voces que los dirigentes ya han mantenido contactos con él y que el riojano vería con muy buenos ojos tener una segunda etapa como entrenador del Ciclón. Hasta aquí, esto es una información que podría concretarse en poco tiempo más. Un mes, aproximadamente.
Ahora ingresemos al terreno de las suposiciones e imaginemos que sí, que finalmente Ramón Díaz vuelve a ser el técnico de San Lorenzo. ¿Cuál sería la reacción de los cuervos? Se descuenta que no habrá unanimidad en las opiniones. Entonces, pongamos sobre la mesa los pro y los contra del hipotético arribo del Pelado
A favor. El tipo, evidentemente, tiene ángel. Y uno no se refiere a su segundo nombre, sino a un carisma especial que hace que mucha gente caiga rendida a sus pies. Con sólo sonreír, le alcanza para generar un buen clima con los jugadores, con los dirigentes, con los hinchas y con los periodistas. Y gracias a esa forma de ser, logra sacarles presión a los futbolistas, quienes hacen su trabajo sin ataduras, mientras él se hace cargo de los flashes. Además de acaparar la atención de la prensa (de muchísima prensa), también consigue que vaya más gente a la cancha. En 2007, por caso, cuando desembarcó en San Lorenzo, el Nuevo Gasómetro estuvo lleno desde la primera fecha. Y, finalmente, por más que en muchas ocasiones se lo ha ridiculizado, el hombre sabe. Lo demostró varias veces en River y también en San Lorenzo, donde ganó el último título que festejamos los cuervos (el Clausura 2007, por si hay algún lector desmemoriado), y realizó una muy buena Copa Libertadores en 2008.
En contra. Si Ramón hoy tiene chances de ser el DT de San Lorenzo se debe, en primera medida, a que en River le cerraron la puerta en las narices. El Ciclón nunca estuvo entre sus prioridades. Y ahora, con Ángel Cappa en el banco millonario, el Pelado, despechado, intentará utilizar a San Lorenzo para vengarse de Passarella y compañía. Uno preferiría que el técnico que llegue al club lo haga porque se muere de ganas por triunfar en el Ciclón, no para dedicárselo a terceros. Y hay más. Su aterrizaje, también, aparenta ser una jugada del oficialismo para, en caso de realizar Díaz una buena campaña, obtener réditos en las elecciones de fin de año. Desde un punto de vista político, esto puede ser observado como algo lógico. Pero no sería lo mejor para la institución que Ramón influya, directa o indirectamente, en la decisión que deberán tomar los socios en diciembre. En todo caso, podría hacerlo en River, el club con el que está ligado sentimentalmente. Su pasado en Boedo, además, tiene algunos puntos grises, tirando a negros. La incorporación de sus hijos a la Primera de San Lorenzo fue (y lo sigue siendo) algo indefendible. Y en aquella pelea por los premios, horas antes de que se jugara el decisivo partido ante la Liga de Quito, por la Copa, los culpables no sólo fueron Agustín Orión, Adrián González y compañía. Él también tuvo que ver. Y mucho.
Ramón Díaz puede llegar a ser el próximo técnico de San Lorenzo. ¿Está bien? ¿Está mal? El debate está abierto. ¿Qué pensamos en La Revista del Ciclón? Luego de releer lo escrito arriba, quien firma esta nota, tiene más dudas que certezas. Pero el espacio utilizado en “En contra” es mayor al usado en “A favor”. No debe ser casualidad.
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