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lunes, 4 de abril de 2011

Rubén Darío Insua: "Mi sentimiento está intacto"

(Edición Impresa 222)

Pocos reflejan como él, el genuino sentimiento del hincha, ese que no borran ni cambian los años, las malas, ni las exigencias del profesionalismo. Pocos se emocionan como él cuando se lo convoca para hablar de su equipo, su club del corazón, ése que siempre estuvo –está- bien presente en su vida más allá de las distancias o de que el fútbol le haya puesto otros colores sobre el pecho. Rubén Darío Insúa, un héroe de la hinchada azulgrana, mano a mano con La Revista del Ciclón en una charla a puro San Lorenzo


por Aquiles Furlone



¿Qué significa San Lorenzo, no sólo en tu carrera sino en tu vida?

Una parte muy importante de ella, sin dudas. Llegué al club de muy chico, a los nueve años. Hice infantiles, inferiores, jugué en Primera y fui entrenador. Pasé mi adolescencia ahí, me formé como persona y me hice muchos amigos.


¿Es cierto que en tu época de jugador rechazaste más de una oferta del fútbol europeo para seguir peleando la situación en San Lorenzo?

Como soy hijo de españoles y no ocupaba plaza de extranjero, tuve varias. En 1979 una del Málaga, y en el 83, en un viaje con la selección, preguntó el Barcelona, donde dirigía Menotti y jugaba Maradona. La verdad es que en San Lorenzo estaba muy cómodo y además para que se concretara tenía que renunciar a jugar en el seleccionado argentino. Ninguna de las dos cosas me parecía bien y por eso decidí seguir con lo que me hacía feliz. Preferí continuar en San Lorenzo y mantener la chance de la selección antes que pasar al Barcelona.


No chamuya, Insúa. Ni vende humo. Habla de verdad, con el corazón, con el sentimiento cuervo a flor de piel. Se percibe al escucharlo y queda claro al toque, en la respuesta siguiente, cuando se le pregunta por una vieja historia que da vueltas en el ambiente.


¿Es verdad que cuando jugabas en Independiente te obligaron a hacerte socio y vos te opusiste por ser fana de San Lorenzo?

-Jajaja, no, nunca sucedió eso. Me lo preguntaron varias veces, debe ser un mito que alguien inventó alguna vez. Lo concreto es que el cuerpo técnico, que en ese momento comandaba el Indio Solari, lo había sugerido, pero para nada era una imposición. Algo similar pasa con eso de que nunca dejé de usar pulseras de San Lorenzo estando en otros equipos. Tampoco es así. Llevaba siempre una porque que me la habían regalado mi señora y mis hijos y daba la casualidad que tenía los colores, nada más.


Sí es cierto que cuando te fuiste del club perdonaste una deuda y la donaste a las divisiones inferiores... Eso es verdad, era un dinero que me correspondía pero me pareció que colaborar con el crecimiento de los jóvenes, algo que a mí siempre me interesó mucho, era una buena manera de retribuirle al club un poco de todo lo que me había dado. 6 de noviembre de 1982.


¿Qué te viene a la memoria?

Imposible olvidar ese día. El gol frente a El Porvenir en cancha de Vélez, para regresar a Primera y reparar en alguna medida lo que había pasado el año anterior. Yo siempre describo esa fecha como la culminación de una fiesta que duró un año. Haber tenido el privilegio, la suerte de marcar ese tanto, es de lo mejor que me pasó en la carrera.


¿Cómo fue ese torneo en la B?

Se jugó más con el alma que con otra cosa, ¿no?

Hubo un poco de cada cosa. Éramos un grupo de jugadores jóvenes formados en las inferiores que, pese a que la mayoría habíamos tenido una participación muy corta en el descenso, nos había tocado vivirlo más como hombres del club que como profesionales. Y fue una experiencia fundamental para afrontar después la Primera división.


¿El paso del tiempo y tantos años como profesional hacen perder un poco el hincha que se lleva adentro?

Creo que no, para mí eso no se acaba nunca. El sentimiento por la gente y por la institución está intacto. Además yo me di grandes gustos en San Lorenzo, donde me quedan un montón de amigos y recuerdos imborrables. Haber sido jugador y entrenador donde uno fue hincha es un privilegio


"Y chupe, chupe, chupe, no deje de chupar..." ¿Cómo sigue? Jajaja, qué lindo recuerdo.

Que el final lo cante el hincha.


Hablando de hinchas, ¿te acordás de ése que apenas se consumó el descenso te pidió por favor que te quedaras?

Sí, claro. Fue cuando nos íbamos del estadio, pero no se dio sólo conmigo sino que era un pedido general para cuatro o cinco pibes jóvenes que éramos del club. Fue algo muy fuerte, que me conmovió.


¿Te gustaría volver a dirigir a San Lorenzo?

Sí, me encantaría. Como técnico ya gané una copa internacional. También, sueño con ganar la Libertadores.


Feliz cumple...

Desde Ecuador, horas antes de pegarse la vuelta a Buenos Aires tras ser despedido del Barcelona de Guayaquil, el Gallego dejó sus felicitaciones antes que el Ciclón soplara sus 103 velitas: “Como mensaje por este cumpleaños les mando un abrazo grande y fuerte a todos los hinchas de San Lorenzo. Mi deseo por este nuevo aniversario es que al club le vaya muy bien en lo institucional. En lo deportivo lo veo muy bien porque tiene a un gran entrenador como Ramón Díaz”.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Rubén.

Esto lo escribo en el 2011 con la vuelta de Asad.
Te merecés una segunda oportunidad maestro.
Sos un Idolo y orgullo de la azulgrana.