Por Ramiro Azemar
Hoy recordamos una canción que irremediablemente nos remite a uno de los momentos más preciados en la historia sanlorencista de los últimos años. Un tema de los Fabulosos Cadillacs que fue hit en América Latina pero en Boedo se convirtió en amuleto.
Un éxito con delay. Nacida de la exquisita mano compositora del cuervo Gabriel Fernández Capello, más conocido como Vicentico, frontman de Los Fabulosos Cadillacs, Vasos Vacíos es una canción que fue parte del tercer disco de la banda, en tiempos en los que todavía buscaban su lugar dentro del gran espectro que significaba el rock, en los últimos años de la primavera alfonsinista. Titulado “El Ritmo Mundial”, aquel álbum contenía notables hits como el “Revolution Rock”, “Conversación Nocturna”, “N° 2 de tu Lista”, o el que recordamos en esta nota.
Este temazo, editado en 1988, no gozó del éxito repentino pero en una recopilación publicada cinco años más tarde, también llamada “Vasos Vacios” (donde se incluía el hasta esos momentos inédito “Matador”), hizo impacto en toda Latinoamérica, convirtiéndose en uno de los discos más vendidos por la banda. En el tema se incluyó un dueto formado con la mítica voz de la cubana Celia Cruz, mezclada con el sonido ronco y gastado de Vicentico, dando como resultado una canción para todos los gustos, radialmente irresistible.
Toda esta intro sirve para remontarnos a aquel maravilloso año 1995, donde los cuervos enfrentábamos fríos y desazones, donde toda una larga espera de 21 años se quebraría un 25 de junio. Pero ese logro no podía ser tal sin el sello distintivo del amor cuervo, representado con una reversión de Vasos Vacios pero made in la Gloriosa, para San Lorenzo. Letra donde el “Yo soy del Barrio de Boedo y siempre lo voy a seguir”, se aplicara a rajatabla y aquello de “aunque juegues en cualquier cancha, contigo yo tengo que ir”, se cumpliera con santa fidelidad como pasó en Avellaneda, Corrientes, Córdoba y ni hablar de Rosario, donde la gente llenó lo imprevisto y enrojeció sus gargantas a más no poder para que el “La Hinchada quiere el campeonato, quiere ser campeón”, se haga realidad casi en forma mágica, milagrosa, muy al modo de San Lorenzo.
Una vez más, la Gloriosa convirtió en himno una canción creada por un Cuervo, uno como vos o como yo, que bien se habrá emocionado al escuchar al unísono a miles de almas azulgranas entonando su “Oh, Oh, Oh,” guerrero y arengador .
La letra de la Gloriosa
“Yo soy del barrio de Boedo,
y siempre te voy a seguir…
Aunque juegues en cualquier cancha,
contigo yo tengo que ir.
Por eso te aliento esta tarde,
te llevo en el corazón…
la hinchada quiere el campeonato,
quiere ser campeón, oh oh oh”.
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