Suena raro caerle con una crítica al gran Don Ramón. También resulta chocante la portada de esta revista, en la cual se le pega un chirlito al Riojano. No menos extraño fue, para quien firma este Editorial, hacer un cuestionamiento a uno de los mejores entrenadores del país.
Y si insistimos en remarcar que nos resulta raro pegarle un palito al DT azulgrana es porque tenemos buena memoria y no nos olvidamos que, quince días atrás, en esta re
vista se escribió: “Todavía falta para el excelente y el felicitado pero el balance de la segunda era de Ramón en Boedo hasta ahora es positivo”. De más está aclarar que no hace falta que seamos nosotros los que resaltemos las virtudes del Pelado. Los créditos se los ganó por méritos propios. Sobre todo en este San Lorenzo sin estrellas, que sólo un DT con espalda ancha como el riojano logró convertir en protagonista, al menos en lo que va del campeonato.Pero Ramón Ángel Díaz es un hombre común y corriente y, como todo mortal, tiene derecho a equivocarse. Si no lo hiciera, no sería de este mundo.
El Pelado (cada día más cuervo), viajó a Santa Fe con un planteo llamativamente cauteloso. Imposibilitado de contar con un Menseguez al 100 por ciento, el Riojano reemplazó al delantero con un volante y plantó un 3-6-1 en el Cementerio de los Elefantes, poco acorde a su (ganadora) historia y a la de San Lorenzo. Obviamente, le fue bastante mal: el Ciclón no creó situaciones de peligro y casi ni pateó al arco rival. En consecuencia, perdió el partido, el invicto y la punta.
Haciendo un pequeño flash-back no es la primera vez que Ramón le pifia en el planteo de un partido. Tristemente será recordado aquel 0-2 con Boca en 2008, cuando el Pelado fue a la Bombonera sin delanteros. “Andá al frente, Ramón”, fue la tapa, crítica, de esta revista en aquella ocasión.
Pero volvamos a la actualidad. Antes de jugar con San Lorenzo, Colón arrastraba una racha de siete partidos sin conocer la victoria jugando de local. Además, en este torneo los Sabaleros apenas pudieron ganar un solo encuentro (a Raiong, je). Encima, era vox populi que el Turco Mohamed había renunciado a su cargo por “no encontrarle la vuelta al equipo”. Estos datos hacen todavía más inentendible el mezquino planteo que el Riojano llevó a Santa Fe. No lo entendemos porque el hincha de San Lorenzo está acostumbrado a que sus equipos, malos o buenos, salgan ganar y eso es algo que los cuervos no lo negociaremos nunca.
“Esta derrota nos hará crecer”, dijo Ramón en las puertas del vestuario visitante de Colón, luego de que San Lorenzo perdiera el invicto y la punta del campeonato. Tal vez, orgullo de por medio, esas palabras fueron una disimulada manera de reconocer que jugando así, tan avaramente, su equipo obtendrá más derrotas que victorias en lo que resta del Apertura.
No dudamos de las capacidades de Ramón. No descubrimos nada si decimos que es uno de los mejores y más ganadores entrenadores del fútbol argento. Pero también sabemos que se puede equivocar. Pasó en Santa Fe en la fecha pasada y no debe ser un dato menor. Hay un famoso dicho que dice que “de los errores se aprende”. Ojalá lo asimile el Riojano, así lo disfrutamos todos los sanlorencitas. Porque el Falcon, todavía está en carrera.
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