El Ciclón lleva el sello distintivo de su entrenador. El equipo puede cambiar de sistemas o de jugadores, pero nunca resigna el protagonismo ni las ganas de ir a buscar el triunfo. Además, contra la opinión de muchos hinchas, el Cholo se la jugó por Rivero, Migliore, Bottinelli y Kily González y no se equivocó. Hasta le dio pista a varios pibes, algo que por Boedo hacía rato no veíamos. Sin dudas, el DT está cumpliendo un gran trabajo.
Por Jorge Fuentes
Es cierto que el balance de un trabajo hay que realizarlo cuando se llega al final de la tarea. Ese es el momento preciso en el que se evalúa si los objetivos fueron alcanzados o si quedan algunos puntos pendientes en la columna del debe. El fútbol no escapa de esta lógica, pero permite hacer alguna especie de revisión previa al desenlace definitivo.
De hecho, muchas veces los formas de buscar los objetivos (léase títulos, en el caso del Ciclón) son un objetivo en sí mismo, más allá de si se llega a arribar al puerto deseado. Partiendo de esta premisa, se puede decir que el San Lorenzo de Simeone ya logró algo que todos los hinchas agradecen: ser un equipo protagonista, en cualquier cancha y ante cualquier circunstancia.
Puede que a veces lo haga de manera equivocada o sin tanta lucidez, pero el Ciclón prioriza atacar para generar el error del rival a esperar a que la victoria llegue por obra y gracia de la fortuna o de alguna falla accidental del contrincante. Aquí está la faceta más elogiable de Simeone: esa actitud irrenunciable de ir al frente. Pero tiene otras que también merecen subrayarse.
No me importa lo que digan
En la edición 191, en este mismo espacio, se pusieron en duda varias de las decisiones que había tomado Simeone antes del inicio de este torneo. “El Cholo y una apuesta arriesgada”, se tituló en aquella ocasión. ¿Cuáles eran esas “dudas” que se planteaban? El visto bueno del DT para las llegadas de Migliore y Kily González, la insistencia para que se quede Jonathan Botinelli, uno al que le quedaba poco crédito con los hinchas, y la decisión de darle la cinta de capitán a Diego Rivero, un jugador que tenía un pie en Rosario Central y que estaba enfrentado con la tribuna, luego de un gesto desubicado a la gente en el 0-1 ante Vélez, después de la indigna eliminación del Ciclón en la Copa.
Y luego de ocho fechas en el Apertura, y clasificado a cuartos de final de la Sudamericana, hay que decir que el rendimiento de los jugadores mencionados le terminó dando la razón al técnico. Migliore, más allá de su exabrupto ante Tigre, es uno de los puntos más altos del equipo. Transmite seguridad y parece ser muy importante para el ánimo del grupo. Mientras mantenga este nivel, su discutido pasado seguirá archivado y sin abrirse.
El Kily, con 35 pirulos, está mostrando un compromiso y una profesionalidad que los más jóvenes (incluidos los que juegan en la Selección) deberían observar con atención. Ya sea como lateral por izquierda, como volante central o como carrilero, su aporte es muy valioso. Hasta marcó un gol clave en Cusco, para abrochar el pase a cuartos de final.
Bottinelli parece haber dejado atrás el nerviosismo que tantas veces le (nos) jugó en contra y ofrece una solidez que sus compañeros (y los hinchas, claro) agradecen. El Burrito, en tanto, está mostrando el nivel más alto desde que llegó al club en 2006. A su habitual despliegue le agregó una sana cuota de tranquilidad (por ahora, no hay rastros de sus clásicas “salidas de cadena”). Incluso, hizo dos goles clave, uno para pasar a Tigre en la Copa y otro para abrir el partido ante Chacarita. Los cuatro supieron estar a la altura de la confianza que Simeone había puesto en ellos. Y al Cholo hay que anotarle estos cuatro porotos a su favor.
Vamos los pibes
La aparición en Primera de varios juveniles es el otro aspecto saliente del trabajo de Simeone como técnico del Ciclón. Quizás, el más importante. El surgimiento de Gonzalo Rovira, Sebastián González, Gonzalo Bazán y de Axel Juárez, entre otros, es la mejor noticia que recibió San Lorenzo en los últimos tiempos. No cabe duda de que el futuro del club está en las Inferiores. Terminada la época de estrellas, y con una deuda agrandándose peligrosamente, el semillero era la gran solución. Y el Cholo se animó a recurrir a la cantera y terminó dándole una gran mano a la institución y, además, dejó en ridículo a los que aseguraban que “San Lorenzo no tiene Inferiores”…
Es temprano para balances, es cierto. Paro vale parar un poco la pelota y decir que Diego Simeone está haciendo un gran trabajo. Por ahora, su “apuesta arriesgada” le hizo muy bien al Ciclón. Dejemos que siga apostando, entonces.
Por Jorge Fuentes
Es cierto que el balance de un trabajo hay que realizarlo cuando se llega al final de la tarea. Ese es el momento preciso en el que se evalúa si los objetivos fueron alcanzados o si quedan algunos puntos pendientes en la columna del debe. El fútbol no escapa de esta lógica, pero permite hacer alguna especie de revisión previa al desenlace definitivo.
De hecho, muchas veces los formas de buscar los objetivos (léase títulos, en el caso del Ciclón) son un objetivo en sí mismo, más allá de si se llega a arribar al puerto deseado. Partiendo de esta premisa, se puede decir que el San Lorenzo de Simeone ya logró algo que todos los hinchas agradecen: ser un equipo protagonista, en cualquier cancha y ante cualquier circunstancia.
Puede que a veces lo haga de manera equivocada o sin tanta lucidez, pero el Ciclón prioriza atacar para generar el error del rival a esperar a que la victoria llegue por obra y gracia de la fortuna o de alguna falla accidental del contrincante. Aquí está la faceta más elogiable de Simeone: esa actitud irrenunciable de ir al frente. Pero tiene otras que también merecen subrayarse.
No me importa lo que digan
En la edición 191, en este mismo espacio, se pusieron en duda varias de las decisiones que había tomado Simeone antes del inicio de este torneo. “El Cholo y una apuesta arriesgada”, se tituló en aquella ocasión. ¿Cuáles eran esas “dudas” que se planteaban? El visto bueno del DT para las llegadas de Migliore y Kily González, la insistencia para que se quede Jonathan Botinelli, uno al que le quedaba poco crédito con los hinchas, y la decisión de darle la cinta de capitán a Diego Rivero, un jugador que tenía un pie en Rosario Central y que estaba enfrentado con la tribuna, luego de un gesto desubicado a la gente en el 0-1 ante Vélez, después de la indigna eliminación del Ciclón en la Copa.
Y luego de ocho fechas en el Apertura, y clasificado a cuartos de final de la Sudamericana, hay que decir que el rendimiento de los jugadores mencionados le terminó dando la razón al técnico. Migliore, más allá de su exabrupto ante Tigre, es uno de los puntos más altos del equipo. Transmite seguridad y parece ser muy importante para el ánimo del grupo. Mientras mantenga este nivel, su discutido pasado seguirá archivado y sin abrirse.
El Kily, con 35 pirulos, está mostrando un compromiso y una profesionalidad que los más jóvenes (incluidos los que juegan en la Selección) deberían observar con atención. Ya sea como lateral por izquierda, como volante central o como carrilero, su aporte es muy valioso. Hasta marcó un gol clave en Cusco, para abrochar el pase a cuartos de final.
Bottinelli parece haber dejado atrás el nerviosismo que tantas veces le (nos) jugó en contra y ofrece una solidez que sus compañeros (y los hinchas, claro) agradecen. El Burrito, en tanto, está mostrando el nivel más alto desde que llegó al club en 2006. A su habitual despliegue le agregó una sana cuota de tranquilidad (por ahora, no hay rastros de sus clásicas “salidas de cadena”). Incluso, hizo dos goles clave, uno para pasar a Tigre en la Copa y otro para abrir el partido ante Chacarita. Los cuatro supieron estar a la altura de la confianza que Simeone había puesto en ellos. Y al Cholo hay que anotarle estos cuatro porotos a su favor.
Vamos los pibes
La aparición en Primera de varios juveniles es el otro aspecto saliente del trabajo de Simeone como técnico del Ciclón. Quizás, el más importante. El surgimiento de Gonzalo Rovira, Sebastián González, Gonzalo Bazán y de Axel Juárez, entre otros, es la mejor noticia que recibió San Lorenzo en los últimos tiempos. No cabe duda de que el futuro del club está en las Inferiores. Terminada la época de estrellas, y con una deuda agrandándose peligrosamente, el semillero era la gran solución. Y el Cholo se animó a recurrir a la cantera y terminó dándole una gran mano a la institución y, además, dejó en ridículo a los que aseguraban que “San Lorenzo no tiene Inferiores”…
Es temprano para balances, es cierto. Paro vale parar un poco la pelota y decir que Diego Simeone está haciendo un gran trabajo. Por ahora, su “apuesta arriesgada” le hizo muy bien al Ciclón. Dejemos que siga apostando, entonces.
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