Otra ilusión en marcha
Por Jorge Fuentes
Cuesta ser original y diferenciarse de los editoriales que se escribieron en esta revista en los inicios de torneos pasados. En todos los anteriores hubo algunas palabras que se repitieron invariablemente. Los términos ilusión, esperanza, expectativa, optimismo y fe, en orden aleatorio, nunca faltaron en las notas de esta página ante cada comienzo de campeonato. Y en esta oportunidad, tampoco van a estar ausentes. No hay motivos como para andar inventando algo diferente así porque sí. Si, en definitiva, esas palabras explican a la perfección lo que sentimos hoy los hinchas de San Lorenzo.
Hay ilusión luego del triunfo ante Atlético de Tucumán, en un reducto del que no muchos van a salir airosos. Por más que sea una perogrullada decirlo, ganar en la primera fecha, y encima de visitante, es fundamental para que el equipo tome confianza y pueda trabajar con toda tranquilidad.
Hay esperanza porque, salvo la salida de Renato Civelli, el plantel no sufrió una gran sangría como en otras ocasiones. Y, se sabe, ante mayor conocimiento, mejor rendimiento. El equipo de Simeone terminó dejando una imagen aceptable en el torneo pasado (buenos triunfos ante Huracán, Boca y Newell`s, regular partido contra Argentinos y derrota injusta con Lanús) y se espera que el funcionamiento continúe en alza en este campeonato.
Hay expectativa en lo que puedan realizar los tres jugadores que llegaron a reforzar el plantel. A priori, da para entusiasmarse. El uruguayo Emiliano Alfaro se cansó de hacer goles para Liverpool el año pasado. ¿Por qué no pensar que puede seguir festejando con la azulgrana? Sebastián Rusculleda puede aportar recorrido por la izquierda y una muy buena pegada (ya dio una muestra el sábado pasado, cuando estrelló un hermoso tiro libre en el travesaño). Y Nelson Benítez viene a colaborar en un sector de la cancha en la que el Ciclón venía teniendo problemas.
Hay optimismo en que Pipi Romagnoli se recuperará de su lesión y aportará su talento para que San Lorenzo encuentre la luz en los momentos en los que las ideas se nublan. En que Diego Rivero seguirá siendo el motor y el alma del equipo. En que Bernardo Romeo aprovechará sus chances y colaborará con goles clave. En que Migliore, Aguirre y Bottinelli armarán una muralla en el fondo. En que Fabián Bordagaray seguirá haciendo goles y golazos. En que Pintos continuará dejando el pasto gastado del lateral derecho de las canchas de tanto desbordar. En que Aureliano Torres y Papu Gómez harán un gran campeonato y podrán recomponer su relación con la gente. En fin, en que todos los que les toque ponerse la azulgrana dejarán el alma en cada pelota.
Y hay fe. Claro que hay fe. Porque si no la hubiera no seríamos hinchas de San Lorenzo. Esa fe fue la que motorizó al pueblo azulgrana a levantar al club en circunstancias adversas. Esa fe es la que tenemos hoy, y la que nos lleva a gritar bien fuerte que “esta campaña volveremo a estar contigo”, una frase que es más que una estrofa de un cantito tribunero, sino que es un juramento que nos sale desde el corazón.
Sí, es verdad. Ese “esta campaña volveremo a estar contigo” también se repite. En la tribuna y en la revista. Pero no hay caso. No se puede ser original en este tipo de ocasiones. Ahí está San Lorenzo en la cancha. Y en las tribunas hay ilusión, esperanza, expectativa, optimismo y fe. Arranquemos de nuevo entonces, como todos los años: “Cuervo, mi buen amigo…”.
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