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domingo, 12 de diciembre de 2010

Un triunfo para despedir una pésimo 2010




San Lorenzo le ganó 2-1 a Banfield y cerró el año con una sonrisa.




Fue un triunfo que de poco sirve, pero hacía tanto tiempo que el Ciclón no ganaba,


que los cuervos que estuvimos en el Pedro Bidegain nos fuimos con una sonrisa a casa.




El más ovacionado de la tarde fue el fenómeno de Walter Erviti y, como durante todo el año, la Gloriosa volvió a alentar a su equipo incondicionalmente.




Ojalá que en el 2011, los futbolistas nos devuelvan una alegría.

sábado, 11 de diciembre de 2010

Abdo, el nuevo presidente

Editorial
(Edición impresa 218)
por Gastón García

Con una masiva participación de socios, Carlos Abdo se consagró ayer como el nuevo presidente de San Lorenzo al ser elegido por 2930 cuervos. De esta manera, el candidato electo por la lista "Vamos San Lorenzo" administrará al club durante los próximos tres años. El empresario, que tiene como vicepresidentes a Carlos Datria y Jorge Aldrey, resultó ganador con el 36 por ciento de los votos. En segundo lugar y haciendo una gran elección se ubicó Ramiro Monner Sans, de la lista Más San Lorenzo, con el 24 por ciento y, tercero, quedó Marcelo Moretti, de Boedo en Acción, con el 16.

La gente de Nuevo San Lorenzo, la lista liderada por Claudio Di Meglio, que en cierta forma representaba a la herencia del hasta ayer oficialismo, sufrió un duro revés y, con apenas un 8 por ciento, quedó en la cuarta ubicación. Cruzada por San Lorenzo, la fracción política de la Subcomisión del Hincha, encabezada por Claudio De Simone, quedó quinta, pero muy cerca de la lista del hasta ayer tesorero del club, Di Meglio. El último lugar, con resultados realmente lamentables, quedó para Grandeza Azulgrana, la lista que si bien encabezaba Roberto Edi, que ideológicamente lideraba el ex presidente Fernando Miele.

Según los datos arrojados por la junta electoral al cierre de esta edición, ayer concurrieron a votar 8207 socios, representando esa cifra a más del cincuenta por ciento de los habilitados por el padrón definitivo. Sin dudas, la de ayer será una jornada que quedará en la historia de la institución por la masiva concurrencia de los socios, que, entre otras cosas, prácticamente duplicaron su participación con respecto a las elecciones de 2007, en las que habían sufragada apenas 4187 cuervos. Hay que remontarse al año 1971 para encontrar con un acto eleccionario en San Lorenzo, que haya superado a los 8 mil votantes.

Haciendo un breve análisis de los resultados de ayer, la primera y más notoria conclusión a la que se puede arribar es que los socios de San Lorenzo le dijeron basta a un grupo de gente que administró al club durante nueve años consecutivos. Dentro de ese disconformismo, fue el proyecto del empresario Carlos Abdo el que más sedujo a la mayoría de los sanlorencistas. Otro de los mensajes que dejaron los escrutinios fue la importante aparición del voto a las nuevas generaciones de dirigentes, representadas por las cabezas de Ramiro Monner Sans y Marcelo Moretti, dejando atrás a la vieja guardia. Finalmente, otra señal que mandaron los cuervos a la hora de votar fue el rotundo rechazo al ex presidente Fernando Miele, quien quedó, con su lista, en el último lugar. Es evidente que para la gran masa sanlorencista, Miele no va más.

Ni bien se supo ganador, Carlos Abdo dio sus primeras palabras como presidente del club. “Es una gran responsabilidad la que tenemos. Para nuestro proyecto es muy importante la participación de los socios y vamos a invitar a participar a los integrantes de las demás listas. Sin dudas, el socio confió en nuestro proyecto y nosotros le vamos a devolver esa confianza”. Por ahora, sólo podemos decir que esperamos que así sea.

Las históricas elecciones de ayer decretaron el fin de savinismo y dieron comienzo a la era del abdismo. Más allá de los nombres, desde esta revista y como socios e hinchas del club, deseamos que los ganadores estén a la altura de la semejante responsabilidad que implica estar al frente de una institución tan grande como San Lorenzo de Almagro. Le damos la bienvenida a Carlos Abdo y deseamos que quienes no resultaron ganadores, sigan pregonando y participando por un club cada día mejor.

Nos vamos. Ojalá que los once tipos que hoy entren al campo de juego del Pedro Bidegain con la camiseta azulgrana nos regalen un triunfo para despedir el horrendo 2010 con una sonrisa. Pero antes de despedirnos, no podemos dejar de agradecerle a todos los que colaboran para que esta humilde revista, que ya tiene 219 ediciones, siga estando junto a ustedes como cada fin de semana desde hace once años. Gracias a los muchachos de la imprenta por bancarnos para que en esta edición podamos contar lo que sucedió ayer. Gracias a los que nos acompañan con sus publicidades. Gracias a los que escriben, a los que doblan, a los que abrochan y a todos aquellos que siempre nos alientan con un elogio. Nuestro esfuerzo es para todos ellos también.
Felices fiestas, cuervos.

viernes, 10 de diciembre de 2010

HOY, LOS CUERVOS A VOTAR


Hoy, 15.932 socios tendremos la gran posibilidad de elegir, a través de nuestro voto, quien será el nuevo presidente del club. para que lo gobierne durante los próximos tres años.

Es una responsabilidad enorme la que tenemos y por ende no podémos esquivarla.

Ningún socio debería obviar esta situación, por eso, si conocés a algún amigo, si tenés a algún conocido, incentivalo, llevalo, acompañalo a votar.

El club, esa pasión que llevamos bien adentro, está en nuestras manos. Somos los que pagamos orgullosamente la cuotita social los que tenemos que elegir quienes dirigirán nuestra pasión.

Por eso, queridos cuervos, si tanto amamos al Ciclón, hoy tenemos una cita con la historia.

Metamos presión desde las urnas, para que se den cuenta que queremos que San Lorenzo sea cada día más grande.

CUERVO ANDA A VOTAR Y HACELO CON CONVICCIÓN. NO TE DEJES COMPRAR POR UNA FALTA PROMESA, NI POR UN MISERABLE BILLETE. QUE TU PASIÓN NO SE MANCHA POR NADA. VAMOS SAN LORENZO CARAJO.
Distribución de las mesas

Mesas de Socios Vitalicios

Mesa 1: Socios del 94 al 4330

Mesa 2: Socios del 4432 al 6183

Mesa 3: Socios del 6185 al 7278

Mesa 4: Socios del 7279 al 8023

Mesa 5: Socios del 8024 al 8704

Mesa 6: Socios del 8705 al 9244

Mesas de Socios Activos

Mesa 8: Socios del 23 al 4682

Mesa 9: Socios del 4684 al 7535

Mesa 10: Socios del 7538 al 11392

Mesa 11: Socios del 11431 al 19727

Mesa 12: Socios del 19728 al 24768

Mesa 13: Socios del 24774 al 28028

Mesa 14: Socios del 28030 al 31157

Mesa 15: Socios del 31175 al 34043

Mesa 16: Socios del 34074 al 38143

Mesa 17: Socios del 38146 al 42230

Mesa 18: Socios del 42248 al 45060

Mesa 19: Socios del 45061 al 49687

Mesa 20: Socios del 49755 al 53584

Mesa 21: Socios del 83013 al 84824

Mesa 22: Socios del 53595 al 57901

Mesa 23: Socios del 57907 al 61419

Mesa 24: Socios del 61420 al 65090

Mesa 25: Socios del 65094 al 68268

Mesa 26: Socios del 68271 al 70380

Mesa 27: Socios del 70385 al 73678

Mesa 28: Socios del 73679 al 76387

Mesa 29: Socios del 76390 al 78097

Mesa 30: Socios del 78099 al 79585

Mesa 31: Socios del 79586 al 81265

Mesa 32: Socios del 81268 al 83012

sábado, 4 de diciembre de 2010

viernes, 3 de diciembre de 2010

Entrevista a Héctor "Gringo" Scotta

“En San Lorenzo nunca me abrieron las puertas”
(Entrevista de la edición impresa 217)
Con decir “el Gringo” alcanza para que el Cuervo de ley lo reconozca. Si a eso le agregamos que tiene el récord de 60 goles convertidos en una temporada, que llegó a los 140 gritos vestido de azulgrana y conquistó tres títulos en Boedo, ya no hay dudas sobre qué personaje se esconde detrás de este mano a mano exclusivo.

por Aquiles Furlone
Por elección propia, su rostro se ve rara vez en la platea del Nuevo Gasómetro. Por decisión de los que tienen que decidir, el suyo parece ser otro caso de aquellos mitos del fútbol a los que el fútbol optó por darle la espalda. Pero el hincha genuino, ese que hoy sufre de verdad y que en su época supo disfrutar sus goles, jamás olvida. Para ellos, esta entrevista con Héctor Scotta, quien recorre sus momentos de gloria, recuerda con nostalgia al querido Gasómetro y no deja de pegar unos palitos a quienes cree que lo merecen.

-En la última fecha que San Lorenzo jugó de local se lo vio en la cancha, algo que por lo general no sucede ¿Por qué?
-No se me da por ir, no me llama mucho la atención y por eso no me dan muchas ganas. Ese día fui porque le hacían el homenaje al Lobo (Fischer), que es un amigo, y quise estar a su lado, nada más.
-¿Tampoco mira fútbol en su casa?
Sí, y bastante. Consumo mucho fútbol por televisión. Preferentemente del europeo, que me gusta más. Fundamentalmente miro al Barcelona, para divertirme y disfrutar.

-Después de retirado, ¿trabajó en San Lorenzo alguna vez?
-No

-¿No quiso o nunca se lo ofrecieron?
No me lo ofrecieron jamás. Estuve mucho tiempo luchando para mí y para otros ex jugadores que tanto le dieron a San Lorenzo, pero nunca nos abrieron las puertas. Espero que alguna vez se acuerden. Yo voy a seguir sentado esperando…

-¿Le pasó sólo con la actual directiva o con todas?
- Con todas. Los dirigentes nunca se han acordado de los grandes jugadores, muchos de los cuales actualmente podrían estar trabajando en inferiores, como ocurre en otros clubes. Uno va a San Lorenzo y encuentra trabajando a gente identificada con otra camiseta. Yo creo que eso debería ser distinto.

-¿A usted le gustaría hacer un trabajo de ese estilo?
-Claro, me encantaría. Yo no tengo carnet, no lo saqué porque no me interesaba ser director técnico, pero tuve escuelita durante mucho tiempo y considero que algo sé. Me gustaría hacer un trabajo de base, no sólo entrenar si no también recorrer el país, buscar chicos en el Interior. Fijate que en Capital y Gran Buenos Aires ya no hay lugar para que un chico se dedique a jugar a la pelota. Se terminaron por completo los potreros, algo que en el Interior todavía se encuentra. Y eso se lo están perdiendo los clubes de acá, sino no se entiende que cada vez haya más casos de pibes que se van a Europa a los 14 o 15 años sin pasar por ninguna institución argentina.

-¿Cuánto valdría hoy un delantero como el mejor Scotta?
-(risas). La verdad, no habría precio. Por la cantidad de goles, fundamentalmente. La vida va cambiando, pero realmente yo estoy contento porque el fútbol me dio todo lo que tengo.

¿Cómo fue aquello de marcar 60 goles en una temporada, hito que usted logró en 1975?
-La verdad, no sé bien, porque si te fijás, aquel fue un equipo de mitad de tabla y nada más. Pero las ganas de un goleador están siempre latentes y aparte tenía como puntero izquierdo a un fenómeno como el Negro Ortíz, que ni me tenía que mirar parar saber dónde tirarme la pelota. Hay muchos grandes jugadores de hoy en día, como Riquelme, que me hubieran hecho hacer muchos goles más. De todos modos no me puedo quejar ya que tuve grandes pasadores como el propio Ortíz, Veglio, Telch, García Ameijenda o Chazarreta.



-¿Fue ese su mejor año?
Sí, porque en el ‘72 jugué solamente 18 partidos y me fracturé. Y pensar que muchos decían que yo no iba a poder volver a jugar…

-¿Cuál fue el mejor San Lorenzo que integró?
-Todos fueron bastante buenos. El del ‘72 fue notable y el del ‘74 no tenía tan buen fútbol pero sí muchísimas ganas y un gran temple.

-¿Cómo ve el presente y el futuro del club?
-Futbolísticamente, mal. No hay grandes figuras y el actual es un equipo mediocre al que le faltan muchos jugadores de jerarquía. Después, al club en general no lo veo muy bien. Ahora espero que el que llegue ponga toda la energía en darle lo mejor a San Lorenzo, en hacer algo por el socio, porque la verdad, uno va cada tanto y no ve muchos cambios.

¿Cómo se sentía jugar en el Viejo Gasómetro?
-Eso no se puede contar, hay que haberlo vivido. La cancha tenía mucha madera, mucho fierro, entonces en el vestuario se sentía todo. Además tenías a la gente casi al lado. Ibas entrando en clima mientras te cambiabas. Como el Gasómetro no hubo nada igual…

El veredicto del hincha del Ciclón

San Lorenzo, en descenso directo

La campaña del Ciclón ni siquiera merece el calificativo de “discreta”. Los pobres números que exhibe el equipo de Ramón Díaz en la tabla así lo demuestran. Pero eso no es lo peor. La falta de jerarquía del plantel no da para ilusionarse con una pronta mejoría.

por Jorge Fuentes

De los últimos 27 puntos, San Lorenzo sumó cinco. Esta penosa cosecha es la que normalmente padece cualquier equipo que pelea por no perder la categoría. Y, lastimosamente, esta es la triste y cruda realidad que vive el Ciclón. La tabla no miente. El equipo de Ramón Díaz está en el lugar que se merece. Evidentemente, hay varios motivos que explican por qué San Lorenzo está atravesando este indeseable momento. Para arrancar, hay que mencionar lo más evidente de todo, lo que los cuervos observamos una vez por semana: al plantel le sobran jugadores “del montón” (para decirlo de una manera elegante) y le faltan futbolistas de jerarquía. Y uno no se refiere a la inexistencia de un Lionel Messi o de un Iniesta en la plantilla azulgrana. Ni siquiera se pide un Verón o un Riquelme, por poner un par de ejemplos vernáculos. Con que haya alguno que se la dé redonda al pobre Pipi Romagnoli y un delantero que haga más goles que Tula, ya estaríamos mucho mejor.

La responsabilidad en la conformación del plantel, está claro, es de la dirigencia. Y allí hay otro punto a analizar. Si San Lorenzo es uno de los equipos del mundo que más laterales izquierdos tiene, algo debe estar funcionando mal. Diego Placente, Aureliano Torres, Nelson Benítez y Germán Voboril son las cuatro opciones que tiene Ramón Díaz para un puesto que casi no utiliza ya que, muchas veces, decide jugar con una línea de tres en el fondo. Encima, cuando decide jugar con cuatro atrás utilizó a José Palomino, un central, como tres. Los dirigentes no deberían haberlo permitido, por más insistente que sea el entrenador. También tendrían que haber puesto algún reparo a la hora de contratar a ciertos jugadores. Las llegadas de Diego Herner o Sebastián Balsas, por ejemplo, son injustificables. No haberse animado a decirle “no” al técnico fue su mayor pecado.

¿El gran DT?
Extrañamente, la figura de Ramón Díaz aun permanece inmaculada para muchos hinchas de San Lorenzo. Su personalidad carismática y su notable currículum, especialmente en la página que hace referencia a su trabajo en 2007, le permiten ser inmune a un descontento popular. Ni siquiera en esta penosa campaña el Pelado ha recibido algún tipo de recriminación desde la tribuna. A todos los que idolatran al DT riojano, entonces, no le caerá muy en gracia este artículo. En el párrafo anterior ya se ha dejado entrever, de manera no tan solapada, algunas críticas hacia su persona. Placente y Balsas llegaron por expreso pedido suyo. Aureliano Torres y el Burrito Rivero, hoy confinados al olvido, siguieron en el club gracias a sus ruegos. Y Menseguez arregló un fabuloso contrato para seguir en el Ciclón sólo porque el Pelado así lo exigió. A estas decisiones futbolísticas, como mínimo polémicas, hay que sumarle el escaso tacto que tuvo el DT para manejar al grupo. Este ha sido, desde siempre, el talón de Aquiles de Ramón desde que es entrenador. En Núñez, más allá de su merecida condición de prócer, pueden dar fe de ello. Y en Boedo también podemos atestiguarlo. En 2008 lo sufrimos. Y todavía lo seguimos sufriendo… Si bien Agustín Orión, Adrián González, Santiago Hirsig y compañía son grandes culpables de lo que ocurrió en aquella ocasión, no se puede soslayar que el Pelado fracturó al grupo cuando trajo a sus hijos Emiliano y Michael a la Primera de San Lorenzo, como si el Nuevo Gasómetro fuera “el living de su casa”, como escribimos en aquella ocasión, aun mareados por la borrachera post festejo del Clausura 2007, algo que no nos impidió criticar al DT cuando lo único que recibía el riojano eran elogios y estampitas. Y ahora vuelve a ocurrir algo parecido. En los entrenamientos hay caras largas, grupos por acá, gente cuchicheando por allá… todo en un clima bien espeso. Esta vez, el desencadenante fueron las largas veladas de póker en la concentración que protagonizaron varios integrantes del plantel. La falta de profesionalidad de los futbolistas es para reprochar. Que el técnico no haya podido manejar la situación, también.

La tabla de posiciones no miente. San Lorenzo se viene en picada. Protagoniza un descenso directo que aun no tiene piso. Culpables, como vimos, hay varios. Pero no hay tiempo para peleas inútiles. El ejemplo de River, un grande agobiado por la Promoción, está ahí nomás, para que lo veamos y aprendamos. Hay que despertarse ya mismo. Antes de que sea demasiado tarde.

Aunque no lo veamos, el Gasómetro siempre está

El 2 de diciembre de 1979 se jugó el último partido en el templo de avenida La Plata. a 31 años, lo recordamos con nostalgia pero con la satisfacción de que siempre estará presente en nuestra memoria.
(Nota de la edición impresa Nº 217)
por Eduardo Bejuk

De todos los milagros que hizo San Lorenzo, ninguno cómo éste. Porque a pesar de los años, de las gambetas del olvido, de la bajada de línea moderna, de las brumas que esconden las verdades, el Gasómetro de Avenida La Plata fue capaz de resistir. Y vivir para siempre, sin revelar el secreto de la juventud interminable. Está ahí. Como la última vez que alguien pateó la pelota en su césped, aquel clásico contra Boca que le cerró las puertas a la emoción de tablón crujiente.

Está ahí. En las viejas hazañas de Farro, Pontoni y Martino, con 90 goles en un campeonato de ensueño; en los gritos contagiosamente optimistas de Sanfilippo y Scotta; en la invicta fe de Los Matadores; en cada jugador que se jugó la vida yendo a trabar. Nunca se irá el Gasómetro. Nunca. Yo lo veo inconfundible, como cuando mi vieja me llevó en brazos, andá a saber a qué partido, orgullo de sacar chapa porque alguna vez estuve ahí.

Vos, por ahí, no. Sos pibe. Creciste con el Nuevo Gasómetro. Y te contaron mil veces que hubo un templo maravilloso, donde desfilaba la Selección Nacional, donde Santana tocó la guitarra, donde Troilo le sacó lágrimas al bandoneón. Y donde se hizo carne la mitología cuerva en su máxima expresión: los cantitos inéditos, las rimas que nadie conseguía imitar, los papelitos que empalidecían el verde billar de nuestros sueños. Está ahí. Cerrá los ojos y recordalo con su estruendo de voces sanlorencistas.

Cerrá los ojos e imaginalo como te lo describió tu abuelo, con todo el combo de pizza en la esquina, tranvía cargado hasta la manija, banderas en la espalda para acompañar la caminata hacia el triunfo seguro. Está ahí. Con los cuatro goles del Bambino en media hora, para que la hinchada de Boca prefiriera retirarse de la casa paterna con el orgullo roto. Está ahí. Sin descensos, sin mácula, traicionado por innombrables que le dieron la espalda a la gloria de nuestros colores.

Cada vez que pases por Avenida La Plata lo vas a ver erigido en su grandeza, repleto de sol dominical, hermoso como lo concibió el padre Lorenzo Massa. Patea Scotta, se manda el Sapo Villar, la para el Lobo Fischer, sale jugando Albretch, gambetea el Bambino y vos, con la vista clavada en el cielo, ves cómo el grito sube y sube, imparable, desde los tablones a la eternidad. “¡El-ci-clón, el-ci-clón!”, graznan los cuervos. Y el Viejo Gasómetro, siempre ahí, más joven que nunca, les da un abrazo que les acaricia el alma.