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martes, 26 de mayo de 2009

Tapa 188


Editorial (Pág. 3)

Por Jorge Fuentes
Y dale con los premios…

148 mil pesos es mucho dinero. Con esa cifra se puede comprar, por ejemplo, un departamento de un ambiente, chico pero luminoso, en Ramos Mejía Sur (si hay algún interesado, puede consultar en la inmobiliaria Marta González). O tres Chevrolet Meriva 0 kilómetro (naftero, con aire y dirección hidráulica). O 106 mil ladrillos huecos con ocho agujeros. Si San Lorenzo tuviera a disposición esa plata, no debería dilapidarla en un inmueble en Ramos o en tres automóviles. Eso sería un gasto sin sentido.
Pero no sería una mala idea comprar algunos ladrillos, teniendo en cuenta que hay una plaza en Boedo, que el Gobierno de la Ciudad, luego de una intensa pelea de varios cuervos, le dio al club el año pasado, en la que podría empezar a construirse algo. Sin embargo, la dirigencia de la Institución resolvió utilizar 148 mil pesos para premiar al cuerpo técnico encabezado por Diego Simeone en caso de que San Lorenzo se clasifique a la próxima Copa Sudamericana. Lo primero que hay que decir al respecto es que esa erogación de dinero es, desde cualquier punto de vista, inadmisible. Porque se está pagando un premio por algo que ni siquiera debería ser un objetivo.
La dirigencia ya ha incurrido en este tipo de política antes. Andrés Silvera y Juan Manuel Torres, por ejemplo, ya recibieron “premios” por no irse del club. Y ahora vuelve a recompensar algo que no correspondería. Porque, hay que decirlo, San Lorenzo tendría que jugar todos los años la Copa Sudamericana. Lo único que tiene que hacer es terminar dentro de los primeros cuatro equipos en la clasificación general de toda la temporada. O dentro de los primeros seis, si es que Boca y River están entre ellos (algo que ocurre habitualmente). Esta recompensa se torna más criticable aún si se tiene en cuenta que San Lorenzo salió primero en el Apertura, con lo que el camino a la Sudamericana ya estaba bastante allanado. Es más, poniéndonos un poco antipáticos, se podría proponer que el cuerpo técnico y los jugadores le devuelvan al club dinero de sus sueldos (o de sus primas, o de sus premios) si no logran clasificarse a ese torneo.
Esta situación no es culpa del Cholo, al que se le reconoce el trabajo que está desarrollando (ver páginas 6 y 7), pero es una muestra de que el DT, al igual que todos los que están dentro del negocio del fútbol, no es para nada lento a la hora de sentarse a hablar de dinero. Quedó dicho que esto es algo que los dirigentes no deberían haber aceptado bajo ningún punto de vista. Pero lo hicieron…

Otro tema a seguir. Para convencer al Pitu Barrientos para que se quede en el club se lo sedujo con la posibilidad de contratar a su hermano Hugo. Salvando las distancias, esto hace recordar a cuando se le renovó el contrato a Ramón Díaz y se sumó al plantel a sus dos hijos… Es obvio que el ex Huracán es más jugador que Emiliano y Michael juntos (muchos de los que están acá en la tribuna también lo son), pero no parece sensato incorporar a un futbolista de 32 años, que además se está recuperando de la operación en su rodilla derecha, para que tape la proyección de un juvenil del club.

No es la idea de La Revista del Ciclón tirar “mala onda”, justo ahora que las cosas comienzan a calmarse. Pero las situaciones arriba mencionadas son una señal de que vamos en camino a cometer errores tristemente conocidos.

Torneo Clausura

Por Jorge Fuentes
¿Y si la solución estaba en casa?

Diego Simeone sigue trabajando para armar “su” San Lorenzo. Ya sacó del freezer a varios jugadores que no eran tenidos en cuenta por Russo y les dio minutos de juego a tres juveniles de las Inferiores. Nadie puede asegurar que esos chicos van a triunfar en el Ciclón, pero al menos apareció alguien que les da una oportunidad. Bien por el Cholo.

Hace rato que San Lorenzo no saca un buen jugador de las Divisiones Inferiores. Y que se entienda, cuando se dice “un buen jugador” estamos hablando de uno bueno bueno. Un Romagnoli, un Erviti, un Saric, un Estévez, un Saja, un Gonzalo Rodríguez o un Pablo Zabaleta. Puede que no hubiese habido ninguno como los mencionados en la cantera. Pero también es cierto que la estrategia de contratar estrellas para ganar la Copa Libertadores que predominó en los últimos años (y que la mayoría de los cuervos no objetamos en su momento, hay que admitir), atentó contra el surgimiento de algún buen valor del semillero cuervo. Pero la fiesta terminó. Y no de la mejor manera, por cierto. Y hay que pagar el champagne, claro.
Por eso, San Lorenzo se encuentra obligado a modificar su política y a contar las monedas antes de hacer algún gasto. Y ante esta incipiente austeridad, lo mejor es revisar bien lo que hay en nuestra propia casa para no malgastar comprando algo que ya tenemos. Esa fue la línea que se le bajó a Diego Simeone apenas se lo contrató. Y el Cholo aceptó el desafío y ya comenzó a probar. Y, por el momento, no le va tan mal. Primero intentó con Hernán Peirone. Pero el Látigo no respondió. Confirmó que está muy lejos del nivel que mostró cuando apareció en 2004 y terminó dándoles la razón a los entrenadores que no lo utilizaron.
Después descongeló a Fabián Bordagaray, y el ex Defensa y Justicia pagó esa confianza con un gol clave en su debut ante Gimnasia y con buenas actuaciones ante Boca y Gimnasia de Jujuy. También le dio más protagonismo a Bruno Fornaroli, y el uruguayo ya comenzó gritar goles. Reforzó la apuesta por Cristian Chávez, uno de los proyectos más interesantes que tiene el club. Y el chico nacido en Lomas de Zamora empezó a ganarse su lugar. Sin brillar, es verdad. Pero al menos está sumando rodaje, algo fundamental para saber si un jugador puede ser bueno bueno o terminará siendo uno del montón.

Mirando hacia abajo
Además de los jugadores nombrados, Simeone metió mano en las Inferiores y le hizo sentir a algunos pibes lo que significa jugar en Primera División con una camiseta pesada como la de San Lorenzo. Hizo debutar a Nahuel De Vico, Axel Juárez (de buen partido ante el Lobo jujeño) y a Sebastián González, la “joyita” de la cantera, que integró el plantel del seleccionado sub 17 que disputó el Sudamericano de Chile hace un mes. Ellos, más Salvador Reynoso, Damián Martínez, Fernando Meza, Juan Cadelago y varios otros chicos más de la cantera cuerva, deberían ser el futuro de San Lorenzo.
Quedó dicho: quizás pase un tiempo prudencial y estos juveniles no puedan afianzarse. Pero al menos es justo que tengan chances de mostrarse en un contexto favorable, sin que estén obligados a entrar a la cancha a sacarles las papas del fuego a los más grandes. Además, con la camiseta del Ciclón jugó Emiliano Díaz… ¡¿Cómo no se le van a dar oportunidades a chicos que juegan con la azulgrana desde chiquitos?!

Así como en el editorial se remarca el (grosero) error dirigencial de pagarle a Simeone un premio en caso de clasificar a la Copa Sudamericana, también es justo afirmar que el Cholo está haciendo bien su trabajo. El contexto lo ayuda, es verdad. Este es el momento de probar y de sacar conclusiones de cara a un futuro que, como siempre, marca que San Lorenzo está en la obligación de pelear cualquier torneo que dispute. Los cuervos venimos de una decepción muy grande. La forma en que quedó eliminado de la Copa y del campeonato (nunca habrá que olvidarse de lo que [no] hicieron los jugadores ante Colón y San Luis de Potosí) nos dejó una profunda herida. Pero no podemos seguir lamentándonos por eso. Hay que mirar hacia adelante. Y también hay que mirar hacia abajo. Como lo está haciendo el Cholo Simeone.

San Lorenzo-Boca (Pág. 8 y 9)


Por Jorge Fuentes

Una historia repetida

El increíble penal no cobrado por Federico Beligoy en el clásico pasado ante Boca nos hizo zambullir en el archivo para buscar otros partidos “polémicos” contra el equipo de La Ribera. Y esa búsqueda nos devolvió una decena de encuentros en los que el Ciclón fue perjudicado. Algunas veces, sutilmente, y otras, de manera grosera.

Puede que esta nota llegue a manos de un hincha de Boca o de un periodista “serio”, de esos que minimizan el trabajo de sus colegas “partidarios” (en algunos casos, con razón, hay que admitir) y la desprecie, acusando al autor de “parcial” y de no tener objetividad. Sin embargo, los hechos que abajo se mencionan ocurrieron de verdad y terminaron perjudicando claramente a San Lorenzo en partidos ante el Xeneize.
Se buscó en el historial algún clásico en el que el Ciclón haya sido favorecido ante Boca, como para tratar de emparejar el informe… y no se encontró ninguno. Incluso se consultó a amigos hinchas de Boca (sí, todos tenemos alguno) y ellos tampoco pudieron mencionar uno con precisión. Lo que sigue, entonces, son diez partidos en los que los de negro se equivocaron en un San Lorenzo-Boca. Siempre contra los de camiseta azulgrana, claro.

31 de marzo 1935
Boca 1-San Lorenzo 0 (Árbitro: Celestino Destaillats). El primero de todos. Aseguran las crónicas de la época que el gol de Boca, convertido por Francisco Varallo, fue en “claro offside”. Antes, Ernesto Lazzatti fracturó al brasileño Waldemar Do Britos y, obviamente, lo sacó de la cancha (recordar que no había cambios). El jugador de Boca no fue sancionado.

8 de septiembre de 1968
San Lorenzo 0-Boca 1 (Árbitro: Ángel Coerezza). Miguel Ángel Nicolau lesionó a Rendo y a Veglio (le pegó un codazo), quienes debieron salir del campo de juego. Coerezza no lo expulsó y terminó anotando el único gol del partido.

4 de noviembre de 1989
San Lorenzo 2-Boca 2 (Árbitro: Francisco Lamolina). Marangoni, de cabeza, luego de hacerle foul a Docabo, marcó el primer gol del encuentro. Luego Musladini, Fabián García y Felix León le dieron cifras definitivas al clásico. Pero sobre el final, Lamolina anuló inexplicablemente el tercero del Ciclón. Esto se escribió en la revista Sólo Fútbol nº 228 “… (San Lorenzo) se pudo llevar la victoria si Lamolina no hubiera invalidado una jugada en la que Navarro Montoya perdió el balón y que luego derivó en el gol de Acosta (en realidad, fue Bernuncio) que, para nosotros, fue totalmente legítimo”.

23 de junio de 1991
San Lorenzo 1-Boca 1 (Árbitro: Juan Carlos Loustau). Uno de los partidos más recordados. Todavía hoy nadie puede explicar por qué Loustau le anuló dos goles a totalmente legítimos San Lorenzo (uno a Montenegro y otro a Czornomaz) cuando el marcador estaba 1 a 1.

1 de marzo de 1992
Boca 2-San Lorenzo 0 (Árbitro: Francisco Lamolina). Otra vez apareció Pancho. Esta vez para no ver cómo Diego Latorre paró la pelota groseramente con el brazo antes de marcar el primer gol del partido.

20 de septiembre de 1992
San Lorenzo 0-Boca 1 (Árbitro: Francisco Lamolina). Más de Lamolina. Expulsó correctamente a Néstor Lorenzo, a los 16 minutos del segundo tiempo. Pero no hizo lo mismo con Cabañas, que también debió irse a las duchas. El paraguayo, finalmente, marcó el único gol del encuentro a diez del final.

20 de noviembre de 2003
Boca 1-San Lorenzo 0 (Árbitro: Daniel Giménez). También es uno de los más recordados. El Sargento inclinó la cancha desde el comienzo, eso hizo exasperar a los jugadores del Ciclón. En ese clima enrarecido, expulsó correctamente a Capria y Morel Rodríguez. No cobró un claro penal a Damián Luna.

24 de agosto de 2004
Boca 3 - San Lorenzo 0 (Árbitro: Héctor Baldassi). Con el partido 0-0, el línea Mario Korn le anuló un gol a Pablo Michelini que estaba ¡dos metros habilitado! De inmediato, llegó el primer tanto de Boca. Ese día, Korn se retiró del referato y lo “festejó” sacándose fotos con los jugadores de Boca.

2 de noviembre de 2008
Boca 1-San Lorenzo 0 (Árbitro: Sergio Pezzotta). Cobró “mancha” en el tiro libre que derivó en el gol de Riquelme. Pero no vio como Paletta se llevó por delante a Barrientos dentro del área. Ah, Vargas pegó a lo loco pero no fue expulsado…

10 de mayo de 2009
San Lorenzo 1-Boca 1 (Árbitro: Federico Beligoy). El antecedente más inmediato. Forlín desvió una pelota con el puño en el área chica. Era penal y expulsión. Fue siga, siga…

A pesar de las irregularidades arriba destacadas, San Lorenzo mantiene su supremacía ante Boca. Pese a que a muchos periodistas e hinchas de Boca les agarró un repentino ataque de “revisionismo histórico” y recurrieron a los partidos del amateurismo (algo que para los historiales jamás se contempló ni se contemplará) para asegurar que el historial entre cuervos y xeneizes “está igualado”, la historia no puede modificarse: San Lorenzo es el único padre que tiene Boca en el fútbol argentino. Y eso que varias veces los muchachos de La Ribera jugaron con doce…
Por Gastón García
La docena es la vencida

Después de tanto buscarlo, Bruno Fornaroli pudo desahogarse y gritar un gol con la camiseta azulgrana. Fueron doce partidos pero la espera valió la pena ya que su debut en la red llegó con un doblete. En este informe, La Revista del Ciclón te cuenta cuáles fueron todos los charrúas que anotaron goles con la camiseta azulgrana.

Más que “la tercera es la vencida”, para Bruno Fornaroli el dicho popular debería ser “la docena es la vencida”. Es que nada menos que doce partidos tuvieron que pasar para que el “Tuna” se dé el gusto de gritar un gol con la camiseta azulgrana. Y fue tanta la sequía que, a la hora de mojar, este uruguayo que arribó a Boedo de la Sampdoria de Italia, lo hizo por partida doble.

Con sus dos gritos ante el casi descendido Lobo jujeño, Fornaroli no sólo le aseguró los tres puntos al Ciclón del Cholo Simeone, sino que también se metió en la lista de futbolistas orientales que hicieron goles jugando para San Lorenzo. Este doblete en la red del “Tuna”, que está a préstamo en el club, nos motivó a investigar cuántos fueron los jugadores charrúas que alguna vez gritaron un gol con la camiseta azulgrana. En esa búsqueda, La Revista del Ciclón encontró que, con sus dos festejos en Jujuy, Fornaroli se convirtió en el jugador oriental número trece en anotar un gol jugando en San Lorenzo. Bienvenido al club de “goleadores uruguayos del Ciclón”, Tuna.

El charrúa más goleador
Sebastián Abreu llegó a Boedo de Defensor Sporting de Uruguay siendo una gran incógnita para el pueblo sanlorencista. Sin embargo, desde su debut con gol incluido en la Bombonera (15/09/96, entró en el segundo tiempo y convirtió el empate contra Boca), empezó a construir su idilio con la hinchada azulgrana. En sus 76 partidos en San Lorenzo, el “Loco” Abreu convirtió 41 goles, dejando una marca de más de un 50 por ciento de efectividad. Si bien estuvo tapado por Bernardo Romeo, fue parte del plantel campeón en 2001, en el cual le convirtió 2 goles a Chacarita y uno importantísimo a Boca, en el triunfo 1-0. Lastima que después se hizo gallina…

El uruguayo más famoso
Jugó 446 partidos en San Lorenzo. Ganó cuatro títulos, fue parte del equipo que se fue al descenso y, a pesar de ser marcador de punta, también se dio el gusto de convertir seis goles con la camiseta azulgrana. No cabe ninguna de duda que Sergio Villar es el uruguayo más famoso que pasó por la vida del Ciclón.

El falso uruguayo
¿Qué hincha de San Lorenzo no recuerda aquel gol que Gustavo Matosas le convirtió a Independiente en la cancha de Vélez, en el triunfo 1-0 contra los de Avellaneda, por el Torneo Clausura 1991? Ese partido, trae aparejado a la memoria de los cuervos, el resonante “uruguayo, uruguayo” que bajó de la tribuna azulgrana, aquel 31 de agosto de 1991. Sin embargo, este informe, motivado por los goles de Fornaroli en la Tacita de Plata, nos permitió descubrir que Matosas no nació en Montevideo, ni en Punta del Este, ni en Piriápolis, ni en ninguna ciudad del Uruguay. Su nacimiento se produjo en 1967 en la Capital Federal, cuando su padre, Roberto, jugaba en River Plate. Así que eso de “uruguayo, uruguayo” debió haber sido “argentino, argentino”.

Los uruguayos que hicieron goles en SL
Abreu, Washington Sebastián. 1996/97 2000/01. 76 (8) partidos. 41 (5) goles.
Navarro, Rubens. 1983/85. 98 partidos. 11 goles.
Bueno, Eber. 1983/84. 26 partidos. 6 goles.
Villar, Sergio Bismark. 1968/81. 447 (1) partidos. 6 goles.
Saavedra, Néstor Enriomar. 1986. 15 partidos. 3 goles.
Bica, Alberto Viller. 1985/86. 31 partidos. 3 goles.
Zubizarreta, Luis. 1932. 3 partidos. 2 goles.
Noble, Alexis. 1985/87. 2 goles
Encina, Marcos. 1935/36. 12 partidos. 1 gol.
Laclau, Jorge. 1976. 11 partidos. 1 gol.
Montero, Paolo. 2005/06. 14 partidos. 1 gol.
Olivera, Juan Manuel. 2004. 7 (3) partidos. 1 gol.

Charrúas que jugaron pero no gritaron
Fernando Alvez (1995, 1 partido)
Walter Corbo (1979/80, 40)
Pablo Correa (1994, 4)
Dalmiro Farías (1940, 19)
José Fernández (1945, 2)
Jorge Ferreri (1967, 2)
Daniel Godoy (1981, 7)
Tony Gómez (1989/90, 13)
Ariel Krasouski (1985/86, 24)
Luis Malvárez (1985/89, 160)
Juan Morán (1994, 4)
Carlos Nicola (1998, 1)
Miguel Piazza (1974, 11)
Santiago Pino (1962, 3)
Mario Rebollo (1989/90, 3)
Hugo Rivero (1971, 18)
Hernán Sosa (1983/84, 48)
Julio Terra (1948, 8)
Carlos Viana (1988/1990, 3)

lunes, 25 de mayo de 2009

Partidos Locos (Pág. 12)

Por Fernando Fuentes

Y… fue por una causa Noble

Como amistoso preparatorio para el Mundial ’86, la Selección de Uruguay enfrentó a San Lorenzo en el estadio Centenario de Montevideo. Fue el 3 de abril de aquel año y el partido finalizó 1 a 1, con goles de Francescoli y del ¡uruguayo Alexis Noble! El punta oriental sólo marcó dos tantos en sus dos temporadas en Boedo. De no creer…

El jueves 3 de abril, la Selección de Uruguay disputó uno de sus últimos encuentros preparatorios con vistas al Mundial de México ’86. El rival elegido fue el San Lorenzo de Nito Veiga que estaba concluyendo su participación en el torneo 85/86 (faltaban tres fechas) y que alistaba entre los 16 a cinco yoruguas. A saber: Malvárez, Krasouski, Bica, Noble y Saavedra.
Por esas paradojas que tiene el fútbol, que hacen de este deporte uno de los más maravillosos del planeta, el que le aguó la fiesta al seleccionado oriental fue un compatriota ataviado con los colores azulgrana. Alexis Wilman Noble, de él se trata, quien anduvo sin pena ni gloria por Boedo. Sólo marcó dos goles (a Instituto y Argentinos) en los 19 partidos oficiales que disputó. Después jugó en Colombia y Ecuador y, posteriormente, fue DT en Huracán Buceo. Otro dato: su hijo, Alexis Javier, integra actualmente la plantilla de Almagro.


El conjunto de Omar Borrás, que luego caería en octavos de final de la Copa contra Argentina, presentó lo mejor que tenía. Tipos como Francescoli, Alzamendi, Rubén Paz, Nelson Gutiérrez y hasta el mismísimo Fernando Alvez, conocido nuestro, con platea preferencial en el 5-0 a Huracán en el Apertura ’95, su única intervención con el buzo del Ciclón.


El tenor del encuentro fue el típico que suele ofrecer un choque rioplatense. Esto es mucha fricción, raspaje de rodillas, coditos levantados, achura de canillas y el clásico ‘mirá cuánto calzo’. Giunta e Insua hicieron eso y mucho más contra Francescoli y William Cabrera. De hecho, el Gallego no llegó a los 90 minutos.
Pero la sorpresa la dio ese tal Alexis Noble, seguramente lo más productivo que haya hecho en San Lorenzo y en su propio país.


Selección de Uruguay (1). Rodríguez (Alvez); Diogo, Gutiérrez (Vega), Pereyra (Acevedo) y Batista (Rivero); Santín, Bossio (Saralegui) y Francescoli; Alzamendi, Cabrera (Zalazar) y Paz. DT: Omar Borrás.

San Lorenzo (1). Chilavert (Cousillas); Malvárez, Insua, Giovagnoli (Juan José Sánchez) y Alul; Madelón, Krasouski y Ortega Sánchez (Giunta); Bica, Perazzo (Noble) y Saavedra (Calbanese). DT: Nito Veiga.

Goles: PT 27’ Francescoli (U), de penal. ST 16’ Noble (SL).
Expulsado: ST 30’ Insua (SL).
Cancha: Estadio Centenario de Montevideo.
Árbitro: Da Rosa (URU)

lunes, 11 de mayo de 2009

Tapa 187




Editorial (Pág. 3)

Por Gastón García

Estatuas de cemento o muñequitos de nieve

Según la Real Academia Española, ídolo es una “persona o cosa excesivamente amada”. Si existiera un Diccionario del Fútbol, seguramente diría que un ídolo es un “destacado jugador que deleitó a los aficionados por sus excelentes dotes futbolísticas”. Pero si reducimos el espectro aún más y nos referimos a San Lorenzo, el Manual del Cuervo definiría al ídolo como un “jugador de fútbol que se ganó el afecto de la hinchada sanlorencista gracias a reunir tres condiciones fundamentales: ser un distinguido jugador de fútbol, defender con honradez la camiseta azulgrana y respetar al club por su gloriosa historia”.


La desilusión que vivimos los cuervos en este semestre fue gigantesca. La eliminación bochornosa de la Copa, luego de haber armado un equipo con grandes figuras, dejó al pueblo azulgrana en llamas. Este fracaso futbolístico fue un verdadero golpe a la ilusión y los cuervos, con el corazón herido, dictaminaron su sentencia. Sin justificar la violencia, el escrache que un grupo de hinchas le hizo al plantel en Ezeiza, representó el sentir de la gran mayoría de la masa sanlorencista. No se salvó nadie. Hasta jugadores que muchas veces recibieron notables ovaciones por la tribuna cuerva cual ídolos del club, como Rivero o Silvera, quedaron en la mira entre los principales acusados. O acaso no fueron muchas las veces que en el Pedro Bidegain se escuchó el “Riveeeero” o el “Silveeeera”.

Esta situación nos demostró que para que un jugador se gane el mote de ídolo del club, tiene que construir su figura como una estatua de cemento, que quede para toda la vida, y no como un muñequito de nieve, que a la primera salida del sol se desvanezca sin pena ni gloria. Si usted le pregunta a cualquier sanlorencista cuáles fueron los últimos jugadores que se ganaron el título de ídolos de club, entre los elegidos estarán con plena seguridad Michelini y Romeo. Vaya rareza, ninguno salió de los riñones del club.

Nos cansamos de decir en esta revista que “Michelini defendía a la camiseta azulgrana como lo hubiera hecho cualquier cuervo”, de tener la posibilidad. A ese sacrificio, Pablo le sumó un sostenido perfil bajo, títulos y un gran respeto por el club. Por su parte, Romeo, además de un montón de goles y de ser campeón en 2001, demostró que no siempre la plata está por encima de la gloria. Seguramente ese acto antimercenario que tuvo a principios de este siglo, le permite, hoy en día a Bernie, ser un tipo querido para los cuervos, a pesar de estar casi siempre lesionado y fuera del campo de juego. Estos dos jugadores sí cumplen con la definición de ídolo, del ficticio Manual del Cuervo del que hablamos al principio de este editorial.

Esta ingrata realidad que vivimos los cuervos debería servirnos como precedente para casos futuros. O mejor dicho, no tan futuros. Desde que se puso la camiseta de San Lorenzo, Hilario Navarro no deja de ser ovacionado por la tribuna cuerva como si fuese un gran ídolo del club. Si bien es cierto que el cariño a Hilario es un NO encubierto hacia Agustín Orión, escuchar corear su nombre en cada presentación del Ciclón no deja de sorprender.

No hay que olvidarse que este arquero le vendió su alma al diablo cuando pasó de Racing a Independiente sólo por unos cuantos verdes americanos. Que cayó en Boedo por otros miles de dólares más y sólo permanecerá en el club si aparece una billetera llena de morlacos. Y si bien no tenemos nada contra el actual 1 del Ciclón, los cuervos debemos empezar a cuidar nuestras gargantas y que sólo se pongan coloradas por un grito de gol. Los ídolos, ya van a llegar.

Nos reservamos este último párrafo para brindarle nuestro apoyo a dos amigos cuervos, Cachi y Vero. Esta revista está dedicada a la memoria de Gonzalito.


La columna del Hermano Cuervo

Por Eduardo Bejuk

No podrán imitarnos…

Todos tenemos un amigo hincha de Boca. Todos. Pero digo hincha bien bostero, que quizás hoy esté en la tribuna de enfrente, tratando de copiar nuestras canciones. Y cuando digo bostero, me refiero a las características que acompañan a estos simpáticos seres.

En la Universidad de Princeton se elaboró una teoría que asegura que los hinchas de Boca se reproducen mediante un ancestral sistema de clonación, que los equipara en cuanto a su elevada autoestima, nula concepción del “otro” como ser y, atención, un severo complejo de Edipo. Al parecer, los cientos de turistas yanquis que pueblan la Bombonera, convertida en gran monumento al marketing, conmovieron a los filósofos. Y a todo el mundo, digámoslo, porque Boca ya es una marca globalizada (en gran parte gracias a Diego, a quien ahora desprecian).

Desde este espacio, señores del mundo, tenemos las respuestas que a ustedes les faltan. Porque somos Cuervos y los conocemos. Y es más: los criamos. Ellos no son malos, no. Pero ahí está la clave de sus rabietas: ese Edipo no resuelto. Porque papá pasó las mil y una toda la vida, sufrió y se desangró, lloró y llora, traga saliva y se decepciona, pero llega el momento de ver a su hijo y le cambia la cara, se pone la mejor ropa, sale al sol con una sonrisa y le canta, lo primerea, se divierte y, encima, casi siempre le gana. Y el pibe rico, que tiene todo, no sabe como comprar el juguete del ingenio eterno y de la fe inquebrantable.

El secreto lo tiene papá. Si alguien de Princeton quiere redondear la teoría, que hoy se dé una vuelta por el Nuevo Gasómetro. Y entenderá quién intentó imitar a quién toda la vida.

Torneo Clausura (Pág. 6 y 7)

Por Jorge Fuentes

El Cholo inició la reconstrucción

En dos partidos (o tres, si alguien quiere agregar el inservible 2 a 0 a Universitario por la Copa), el San Lorenzo de Diego Simeone mostró algunos aspectos saludables, como la intención de ser protagonista y un espíritu combativo más cercano a lo que exigen los hinchas. No es para descorchar, ni mucho menos, pero al menos se nota una leve mejoría.

Es verdad que no había que hacer demasiado para mostrar una imagen más digna que la que había ofrecido el San Lorenzo modelo 2009 conducido por Miguel Ángel Russo, pero con el arribo de Diego Simeone algo cambió en el equipo. Siempre que llega un técnico nuevo, los jugadores “recargan pilas” y tratan de mostrarse en buen nivel para ser tenidos en cuenta. Y algo de eso puede ser que haya ocurrido. Nada del otro mundo, es cierto. Pero con la llegada del Cholo se nota una actitud más positiva en el plantel.

Por otra parte, hay que admitir que no les quedaba otra a estos muchachos. El papelón en la Copa y el más que pobre inicio en este Clausura los había puesto en el ojo de la tormenta. Y ante Racing y Gimnasia, los futbolistas (incluso los que deberán irse en junio porque no les queda otra) mostraron algo de la garra y la rebeldía que se les pidió en los primeros meses del año, cuando el pescado todavía no había sido vendido. El enojo por lo no hecho ya quedó expuesto en Ezeiza, en la cancha. Pero no vale la pena seguir machacando sobre eso. Estamos obligados a cerrar ese capítulo de una vez por todas. Ojo, de ninguna manera se propone desde aquí olvidar lo que ocurrió. Si hiciéramos eso estaríamos incurriendo en un grosero error. Hay que acordarse de todo. Y de todos los que mancharon la camiseta azulgrana. Pero, más allá de eso, sería beneficioso que dejemos trabajar a Simeone con tranquilidad. Por ahora, parece que lo está haciendo bien.

Lo mandó al frente
Lo primero que hay que destacar del Cholo es que su equipo, desde el primer minuto del encuentro ante Racing, salió a atacar a su rival. Y eso lo repitió ante Universitario de Perú y contra Gimnasia en La Plata. No lo hizo del todo bien, pero hay que reconocer que, a diferencia de lo que ocurrió con Russo en gran parte de este 2009, San Lorenzo fue al frente.

Los resultados, anecdóticos en estos casos, premiaron esa búsqueda. Y si Sergio Pezzotta no hubiese inventado ese insólito minuto ante la Academia, el Ciclón tendría puntaje ideal bajo el mando de Simeone.

Esa idea ofensiva quedó clara con los nombres que salieron a la cancha y, fundamentalmente, con sus posiciones en la cancha. Contra los de Caruso Lombardi, el Ciclón jugó con Fornaroli como único delantero definido, pero el uruguayo nunca estuvo solo en el área porque llegaban Chávez, Solari, Gómez y los laterales Adrián González y Aureliano Torres. Y contra el Lobo fue más ambicioso aún, porque terminó jugando con tres delanteros (Bergessio, Silvera y Bordagaray) más Diego Rivero por la derecha y Alejandro Gómez por la izquierda y las constantes subidas de los marcadores de punta. Quedó dicho, faltó sincronización y más juego, pero el estilo que quiere imponer el Cholo merece elogiarse.

Ahora corren
Ver que San Lorenzo gana un partido gracias a que un delantero, en el tercer minuto de descuento, se tira a los pies de un rival e impide que la pelota ingrese en el arco del Ciclón es una imagen que puede atribuirse a fines de los ’80, cuando los camboyanos dejaban piel y sangre en el césped de cada cancha que pisaban.

Sin embargo, eso ocurrió la fecha pasada ante Gimnasia y el delantero que salvó a San Lorenzo de esa manera heroica fue ¡Andrés Silvera! Y los cuervos no sabían si aplaudir, festejar, putear… Es que el Cuqui (muy buen jugador y gran goleador, hay que decirlo) fue uno de los abanderados de la imperdonable desidia mostrada por San Lorenzo en los últimos meses. No es la idea volver a tocar “el tema Silvera”, sí lo es destacar cómo la llegada de Simeone renovó el entusiasmo de los jugadores, incluso el de los más “débiles de alma”, para decirlo de una manera elegante.

El San Lorenzo de Diego Simeone recién dio sus primeros pasos. Es demasiado pronto como para afirmar que el Ciclón con él va a jugar de bien para muy bien. Pero da la sensación de que a su equipo no le va a faltar alma. Suficiente como para que los cuervos volvamos a creer.


Opinión (Pág. 8 y 9)


Por Gastón García
“Clarín miente”, dijo Kirchner…

… y parece que es verdad. El diario de la corneta dejó muy mal parada a la hinchada de San Lorenzo con una información totalmente falsa, tras el último partido que el Ciclón jugó por la Copa Libertadores. Haciendo justicia por todos los cuervos, La Revista del Ciclón, rectifica la incorrecta noticia emitida por Clarín.

“¿Qué te pasa Clarín? Utilizá el medio para informar y no desinformar a la gente”, había dicho el ex presidente de los argentinos, Néstor Kirchner, el pasado nueve de marzo. No se asuste, amigo cuervo, La Revista del Ciclón no se pasó al ámbito de la política, ni mucho menos le está haciendo la campaña proselitista a los K, en vistas de las elecciones que se desarrollaran el próximo 28 de junio. Nada de eso ocurre ni podría ocurrir, ya que como se lee en la portada, este medio está “hecho por hinchas de San Lorenzo y para hinchas de San Lorenzo”, y nuestra consigna será siempre hablar del Ciclón.

Ahora bien, si no nos convertimos en alcahuetes del matrimonio presidencial, usted se estará preguntando con justa razón a qué se deben el título y la frase inicial de esta nota. Se lo explicamos. El día siguiente al intrascendente encuentro que San Lorenzo derrotó 2-0 al Universitario de Perú (por la última jornada del grupo 8 de la Copa Libertadores), el diario de la corneta publicó en su sección deportiva que “fue una victoria amarga, con no más de 300 personas en el estadio”. Si bien es verdad que fue una victoria amarga, como dijo Clarín, tenemos la convincente autoridad (porque estuvimos en el estadio) y la imperiosa necesidad (porque defendemos a nuestro club), de aclarar que esa información fue una verdadera mentira.

Se puede tomar como válido que el día que debutó el Cholo Simeone como DT azulgrana no hubo una concurrencia masiva de espectadores en el Pedro Bidegain. Pero mal informar que “no más de 300 personas” vieron el partido, es una verdadera falta de respeto para los cuervos que esa noche estuvieron presentes en el Bajo Flores, y que se dignaron a pagar una entrada para un partido que nada valía. Cualquiera que haya estado en el Nuevo Gasómetro el martes 28 de abril, pudo apreciar que sólo los simpatizantes del equipo peruano superaron en gran cantidad la ínfima suma de 300 personas.

Y sin ser especialistas en el tema, tenemos la convicción de afirmar que no menos de 4000 cuervos fueron a alentar al Ciclón esa noche, sólo por amor a los colores, ya que San Lorenzo ya estaba eliminado del certamen internacional. Pero para que nuestras palabras no se interpreten como una defensa subjetiva, por venir de un medio hecho por hinchas de San Lorenzo, nos tomamos el trabajo de espiar a otros diarios argentinos para ver con qué nos encontrábamos y como podrá apreciar, no estamos para nada errados.

“Dalé, los mercenarios, fue otro canto repetido de los 4500 hinchas que pagaron una entrada (entre 30 y 60 pesos) para presenciar una despedida ya consumada, un amistoso triste”, comentó Olé, el diario primo de Clarín. Por su parte, La Nación informó: “Hubo cinco mil hinchas; para lo habitual, poco; para el contexto, mucho” y en otro párrafo añadió “anoche, la desolación resultó la peor imagen. Unos 5000 hinchas contrastaron con un buen número de peruanos”.

Pero como si esto aún no fuese suficiente para aclarar la barbaridad dicha por “el gran diario argentino”, hurgamos en la Web y nos sorprendimos al encontrar en el portal internacional as.com (de España) el siguiente comentario en la ficha del encuentro: “Partido de la última jornada del grupo 8 de la Copa Libertadores disputado en el estadio Pedro Bidegain, ''Nuevo Gasómetro'', ante unos 13.000 espectadores”. Nobleza obliga, vale aclarar que tampoco fue esa la cifra de cuervos en la cancha, pero el error de este medio español es más entendible, ya que seguramente haya pecado de confiar en una fuente errónea.

Lo cierto es que de los 300 hinchas mencionados por Clarín a los 5000 informados por Olé y La Nación hay una grande diferencia, como diría el riojano Ramón Díaz. Entonces, queda claro quien no dice la verdad, ¿no?

Para terminar esta nota, queremos aclarar que no es el estilo de esta revista hacer periodismo de periodistas. Mucho menos queremos caer en esa chiquitez de que “Clarín le tiene bronca al Ciclón”, o algo por el estilo como muchas veces se ha escuchado. Pero tampoco podemos permitir que ningún medio ensucie, gratuitamente, la imagen de San Lorenzo, y mucho menos la de su hinchada, a la que tenemos la obligación de defender.
No pretendemos los acostumbrados y exagerados elogios que reciben los simpatizantes de la Empresa de Avellaneda (la hinchada del periodismo), porque no los necesitamos. La gloriosa hinchada azulgrana siempre se ganó todos sus pergaminos por méritos propios. Sólo pedimos respeto y que se diga la verdad.

Por eso, queremos creer que la falsa información del diario más leído del país, fue simplemente un error. Porque si no, tendríamos que coincidir con el ex presidente en eso de “Clarín miente”, y esa no es nuestra intención.

Partidos Locos (Pág. 11)


Por Fernando Fuentes
Un paseo por las pirámides

En enero de 1964, el Ciclón pisó por primera vez suelo africano, donde completó una minigira de una semana por Egipto. Luego de vencer a un combinado del Valle del Nilo y a la mismísima Selección local, disputó su última presentación frente al club National, en la mítica ciudad de Asuán. Fue 4 a 0, con baile, en la tierra de las momias y los faraones.


A mediados del mes de Diciembre de 1963, San Lorenzo emprendió viaje rumbo a Europa y África. La gira se extendió hasta febrero del año siguiente y abarcó España, Alemania, Italia, Grecia, Portugal y Egipto. En este último destino fijaremos nuestra atención, puntualmente en el compromiso final que cumplió el Ciclón en la tierra de las Pirámides.

Luego de vencer a un combinado del Valle del Nilo por 6 a 0 (el 12 de enero) y a la Selección de Egipto por 3 a 2 (dos días después), el equipo que por entonces conducía José Barreiro recorrió 880 kilómetros, desde El Cairo hasta la ciudad mítica de Asuán, para allí ponerle el broche a la primera excursión de San Lorenzo por suelo africano.

El 20 de enero, entonces, en la ciudad más meridional del país y famosa por su presa, que reguló el desborde histórico del río Nilo para luego optimizar y fortalecer las tareas de agricultura que enriquecieron a la región, el elenco azulgrana se midió ante el club National de Asuán. Fue un 4 a 0 lapidario, con mucho toqueteo y hasta con cierta displicencia por parte de los de Barreiro, según cuentan las crónicas de la época.

Con dos del paraguayo Eladio Zárate, uno de Albrecht y otro de Veira, San Lorenzo redondeó una productiva campaña en ese país que parece un gigantesco museo al aire libre. Lo curioso del partido fue la participación del arquero Norberto Paladino (ni siquiera había debutado en Primera) en reemplazo de Agustín Irusta, quien venía atajando con regularidad en la gira. Paladino recién consiguió ver la luz de Primera en 1965, pero apenas disputó dos partidos y al año siguiente se marchó a Deportivo Italiano.

En el mismo país donde, según contó el Bambino, el Loco Doval le levantó el tul a una señorita y casi terminan todos presos (está prohibido por cuestiones religiosas), El Ciclón dejó su huella indeleble. Y ni hablar de estos dos muchachos que arriba mencionamos, con tanta odalisca suelta por ahí.

Síntesis del partido:
National de Egipto (0): Marawan; Tarek y Abunour; Abuheida, Fanguili y Sherbini; Awadein, Gohari, Soleman, Taaha y Reio.
San Lorenzo (4): Paladino; Páez y Ruiz; Sconfianza, Telch y Mariotti; E. Rodríguez, Zárate, Albrecht, Veira y Casa.
Goles: PT: 13’ Veira y 33’ Zárate. ST: 4’ Albrecht y 28’ Zárate.
22/01/64, en Aswan, Egipto

Peñas (Pág. 12)

Por Gastón García
Una carta para Viggo

Los integrantes de la Peña “Los Cuervos de Andorra” le escribieron unas líneas a quien, hace dos años, eligieron como su padrino: Viggo Mortensen. La Revista del Ciclón te muestra la carta, que intentaremos que llegue a las manos del gran embajador de los cuervos.

En la edición 183 de esta revista publicamos una nota que le hicimos a los miembros de la peña sanlorencista “Los Cuervos de Andorra”. En esa ocasión, te contamos la linda experiencia que tuvieron esos cuervos, cuando llevaron una bandera azulgrana con la leyenda “Vamos a Volver a Boedo” al estadio Velodrome de Marsella, durante el amistoso que la selección de Maradona le ganó a la de Francia 2-0.

Luego de esa charla, los mails con los cuervos andorranos continuaron y ahí nos contaron que habían elegido como padrino de la peña a Viggo Mortensen, ya que lo consideraban el verdadero embajador de los cuervos. Entre ida y vuelta de mensajes, salió la idea de escribirle una carta al gran Viggo y que le llegue a sus manos a través de La Revista del Ciclón. Los cuervos de Andorra tienen un sueño y nosotros lo compartimos con todos ustedes.

Querido Viggo...
"Primero queremos agradecerte, de todo corazón, por todo lo que haces por el Ciclón. Por llevar siempre contigo la gloriosa camiseta azulgrana. Por hablar siempre de San Lorenzo como si fuera tu padre. Por difundir los colores del Ciclón por cada rinconcito del mundo donde te toca andar.

Queremos hacerte llegar esta carta desde Andorra, para darte nuestro más cálido y respetuoso abrazo CUERVO. Lo hacemos en este momento difícil que nos toca vivir, eliminados de la Copa y sin chances en el torneo. Pero esto va más allá de los resultados, porque gane o pierda nuestro querido San Lorenzo, lo hacemos por amor a estos colores.

Queremos que sepas que en Andorra, en este principado tan pequeño de tan sólo 70 mil habitantes, hay una agrupación de CUERVOS que día a día respira San Lorenzo, como si estuviésemos en el pleno corazón de Boedo. Y sería un orgullo para todos nosotros, que te elegimos como nuestro padrino, que si en algún momento de tus viajes, andás cerca de Andorra, nos puedas contar tus experiencias CUERVAS por el mundo. Querido Viggo, acá tenés tu santuario.

Hace dos años te hemos elegido padrino de nuestra peña, “Los Cuervos de Andorra” por estar siempre hablando de San Lorenzo en cualquier parte, en cualquier lugar. Porque sos el verdadero embajador de todos nosotros, los cuervos.

Te mandamos un abrazo y soñamos con encontrarte por acá algún día".
Los Cuervos de Andorra

Correo de lectores (Pág. 13)


No se olvidan del Pana

Facundo Pittera tenía 20 años, vivía en Tablada y era fanático de San Lorenzo. El 1 de enero de 2008, en un accidente automovilístico, perdió la vida y dejó un enorme vacío en el corazón de sus seres queridos que, damos fe, son muchísimos. A más de un año de su fallecimiento, sus familiares le enviaron una carta a La Revista del Ciclón, que Facundo leía habitualmente cada vez que venía al Nuevo Gasómetro, para contarle a los cuervos que el Pana jamás podrá morir en sus corazones.

Hace ya más de un año que nos dejaste. Pero no podemos parar de pensar ni un minuto en vos porque nos dejaste una gran cicatriz en la mente y en el corazón de tus padres, hermanos, tíos, primos y abuelo.
Queremos recordarte tal cual eras: BUENO, así con las letras grandes.
Te extrañamos y siempre te extrañaremos. Tus padres estamos orgullosos del buen hijo que tuvimos. Esperamos que desde ahí arriba, donde estás, nos estés cuidando hasta el día que nos volvamos a encontrar. Porque seguro que nos vamos a volver a ver. Siempre miramos hacia el cielo y te digo que nos vamos a encontrar para darnos un abrazo. Y cuando eso suceda, estas lágrimas se convertirán en alegría.
Siempre estarás con nosotros. Con amor. Toda tu familia.