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martes, 26 de mayo de 2009

Torneo Clausura

Por Jorge Fuentes
¿Y si la solución estaba en casa?

Diego Simeone sigue trabajando para armar “su” San Lorenzo. Ya sacó del freezer a varios jugadores que no eran tenidos en cuenta por Russo y les dio minutos de juego a tres juveniles de las Inferiores. Nadie puede asegurar que esos chicos van a triunfar en el Ciclón, pero al menos apareció alguien que les da una oportunidad. Bien por el Cholo.

Hace rato que San Lorenzo no saca un buen jugador de las Divisiones Inferiores. Y que se entienda, cuando se dice “un buen jugador” estamos hablando de uno bueno bueno. Un Romagnoli, un Erviti, un Saric, un Estévez, un Saja, un Gonzalo Rodríguez o un Pablo Zabaleta. Puede que no hubiese habido ninguno como los mencionados en la cantera. Pero también es cierto que la estrategia de contratar estrellas para ganar la Copa Libertadores que predominó en los últimos años (y que la mayoría de los cuervos no objetamos en su momento, hay que admitir), atentó contra el surgimiento de algún buen valor del semillero cuervo. Pero la fiesta terminó. Y no de la mejor manera, por cierto. Y hay que pagar el champagne, claro.
Por eso, San Lorenzo se encuentra obligado a modificar su política y a contar las monedas antes de hacer algún gasto. Y ante esta incipiente austeridad, lo mejor es revisar bien lo que hay en nuestra propia casa para no malgastar comprando algo que ya tenemos. Esa fue la línea que se le bajó a Diego Simeone apenas se lo contrató. Y el Cholo aceptó el desafío y ya comenzó a probar. Y, por el momento, no le va tan mal. Primero intentó con Hernán Peirone. Pero el Látigo no respondió. Confirmó que está muy lejos del nivel que mostró cuando apareció en 2004 y terminó dándoles la razón a los entrenadores que no lo utilizaron.
Después descongeló a Fabián Bordagaray, y el ex Defensa y Justicia pagó esa confianza con un gol clave en su debut ante Gimnasia y con buenas actuaciones ante Boca y Gimnasia de Jujuy. También le dio más protagonismo a Bruno Fornaroli, y el uruguayo ya comenzó gritar goles. Reforzó la apuesta por Cristian Chávez, uno de los proyectos más interesantes que tiene el club. Y el chico nacido en Lomas de Zamora empezó a ganarse su lugar. Sin brillar, es verdad. Pero al menos está sumando rodaje, algo fundamental para saber si un jugador puede ser bueno bueno o terminará siendo uno del montón.

Mirando hacia abajo
Además de los jugadores nombrados, Simeone metió mano en las Inferiores y le hizo sentir a algunos pibes lo que significa jugar en Primera División con una camiseta pesada como la de San Lorenzo. Hizo debutar a Nahuel De Vico, Axel Juárez (de buen partido ante el Lobo jujeño) y a Sebastián González, la “joyita” de la cantera, que integró el plantel del seleccionado sub 17 que disputó el Sudamericano de Chile hace un mes. Ellos, más Salvador Reynoso, Damián Martínez, Fernando Meza, Juan Cadelago y varios otros chicos más de la cantera cuerva, deberían ser el futuro de San Lorenzo.
Quedó dicho: quizás pase un tiempo prudencial y estos juveniles no puedan afianzarse. Pero al menos es justo que tengan chances de mostrarse en un contexto favorable, sin que estén obligados a entrar a la cancha a sacarles las papas del fuego a los más grandes. Además, con la camiseta del Ciclón jugó Emiliano Díaz… ¡¿Cómo no se le van a dar oportunidades a chicos que juegan con la azulgrana desde chiquitos?!

Así como en el editorial se remarca el (grosero) error dirigencial de pagarle a Simeone un premio en caso de clasificar a la Copa Sudamericana, también es justo afirmar que el Cholo está haciendo bien su trabajo. El contexto lo ayuda, es verdad. Este es el momento de probar y de sacar conclusiones de cara a un futuro que, como siempre, marca que San Lorenzo está en la obligación de pelear cualquier torneo que dispute. Los cuervos venimos de una decepción muy grande. La forma en que quedó eliminado de la Copa y del campeonato (nunca habrá que olvidarse de lo que [no] hicieron los jugadores ante Colón y San Luis de Potosí) nos dejó una profunda herida. Pero no podemos seguir lamentándonos por eso. Hay que mirar hacia adelante. Y también hay que mirar hacia abajo. Como lo está haciendo el Cholo Simeone.

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