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martes, 10 de noviembre de 2009

Entrevista a Claudio Marasco


“El secreto de aquel equipo fue la gente”

A 27 años del ascenso de la Primera B, Claudio Marasco posa con la remera de MuMu y cuenta que le ofrecieron mucha plata por la casaca pero que no la vende por nada del mundo. Cuervo hasta la médula, el Chapulín fue el talento juvenil de aquella formación, al punto que la gente iba más temprano para verlo en Reserva. Hoy dirige a la Sexta de Almirante Brown.

Por Fernando Fuentes

Si en River la gente no comía para ver a Walter Gómez, en San Lorenzo también hubo muchos que salteaban el almuerzo para observar en Reserva a Claudio Marasco. El Chapulín, sencillamente, la descosía. Descolló en el viejo torneo de Proyección 86, donde conformaba una dupla tremenda con Claudio Pérez, otro que la movía lindo. El Chapu, en esa época, era peso pluma, rapidísimo y sabía de memoria el manual del potrero. Era un gambeteador empedernido y, pese a su contextura frágil, se bancaba las murras y el juego brusco. Por algo lo puso el Toto Lorenzo en ese torneo de 1982, cuando andaba por los 17 años. A 27 años de aquel 6 de noviembre, cuando el Ciclón consumó el ascenso ante El Porvenir, el ex delantero se prestó con alegría a la charla con La Revista del Ciclón.

¿Qué recuerdos tenés de esa época?
Fue una época de enorme tristeza por el descenso y una alegría después con el ascenso. Fijate que nos tuvieron que echar de la cancha de Vélez porque todos los que vivían cerca se hacían de San Lorenzo.


¿Cómo era la previa de los partidos?
Mirá, yo era un pibe de Sexta. A mí me vio el Toto Lorenzo en una práctica y me subió a Primera. Los más grandes, como Quinteros y el Gorrión López, me decían ‘viví esto pibe, nosotros a tu edad no lo pudimos vivir’.


En tu caso fue especial porque además sos hincha.
Y sí… Sacando a mi familia y a mi hijo, fue la satisfacción más grande que me dio la vida. Aparte, toda mi familia es fanática de San Lorenzo; por eso, ascender y quedar en la historia del club es muy gratificante.


¿Cómo se fue dando tu llegada a Primera?
Cuando (Ángel) Román me dijo que me quería ver Lorenzo, yo pensaba que era una joda. En mi categoría yo era suplente de un chico que se llamaba Velázquez. Ahí, el Toto me dijo ‘cámbiese que lo quiero ver’. Imaginate, yo temblaba. Me puso para los suplentes y me marcó el Gorrión López, y ese día me salieron todas. Lorenzo paró la práctica y les dijo a los titulares ‘¿por qué no le pegan una patada a este pendejo de mierda?’


¿Y el debut?
Fui como número 17. Contra Gimnasia y Esgrima en cancha de Ferro. No me olvido más la concentración en el hotel Escorial. De desayunar mate cocido y pan a comer jamón crudo con melón, y que te atiendan… Ese día Rinaldi se levantó con fiebre y entré faltando un minuto. Íbamos 1 a 1. Y me hicieron el penal.


¿Cuál fue el secreto de ese equipo?
Yo creo que la gente, el aliento. Nadie nos ayudó. No era fácil: los equipos eran duros, no teníamos cancha, teníamos que alquilar. Por un lado fue una desgracia el descenso y por el otro, se benefició porque volvió mucha gente a la cancha.


¿Por qué no seguiste en Boedo?
Pasó que hubo cambio de técnico y el Bambino Veira no me tuvo en cuenta. Trajeron un par de delanteros (Navarro y Bueno) y no me bancaron como me deberían haber bancado. Me dieron a préstamo a Chacarita y luego a Lanús.


Sabés que la gente se emociona con la camiseta de MuMu…
Sí, sí. Pasa que se usó poco. Mirá, yo no hice plata con el fútbol, en San Lorenzo no tenía sueldo y con el ascenso me pude comprar un Fiat 600, me acuerdo que vino el Flaco Cousillas, que era el capitán, y me dio la plata. Un día fui a la cancha con esta remera y me la quisieron comprar, pero es un recuerdo inolvidable y no la voy a vender nunca, a pesar de que necesitaba la plata. Es parte de mi vida, la usé yo ¿viste?


Ya pasaron 27 años, Chapu.
Sí… espero que la gente no se olvide de este equipo. No tengo nada contra Los Matadores, es más, mucho son mis ídolos, pero nosotros pusimos el pecho en una situación muy difícil y a veces se olvidan de eso. Nunca recibimos una invitación para algún acto oficial y eso a nosotros nos duele.


¿En qué andás?
Hace dos años que estoy dirigiendo a la Sexta de Almirante Brown. El club me abrió las puertas y hay muy buenos valores. El anhelo es trabajar en el club donde te iniciaste, me gusta trabajar con los chicos. Me duele no haber tenido la chance de dirigir en San Lorenzo.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Chapuuuuu tuve la Alegria de conocer a tan Grande Persona , cuando jugaba yo en Almirante Brown hace 3 años.. Recuerdo muy bien sus consejos y su Aliento antes de los Partidos !!! Dario Fontana.