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martes, 10 de noviembre de 2009

Sobra corazón, falta fútbol


San Lorenzo disputó ante River de Montevideo el peor partido de la temporada y por eso se quedó afuera de la Copa Sudamericana. No se le puede achacar falta de esfuerzo (eso vale destacarse), pero sí hay que decir que el equipo no tuvo ni ideas ni inteligencia para jugar ante un rival que casi no marcó. Para tener chances en el campeonato, los jugadores van a tener que amigarse con la pelota.

Por Jorge Fuentes

Débil y anunciado, el penal de Pablo Pintos terminó siendo la última, y lastimosa, imagen de San Lorenzo en la edición 2009 de la Copa Sudamericana. Sin embargo, luego de asimilar ese terrible e inesperado mazazo, los cuervos dejaron pasar unos segundos para empezar a aplaudir a esos jugadores que tan mal habían jugado un rato antes y que acaban de despedirse tristemente de un torneo que pintaba lindo para el Ciclón.

¿Por qué hubo reconocimiento y gratitud, entonces? Porque los jugadores se lo ganaron, viejo. Esos aplausos del final, espontáneos, sinceros, fueron una muestra de que la gente no come vidrio. Porque a este equipo no hay nada para reclamarle desde el aspecto anímico. Se matan en la cancha, corren hasta el final, festejan cuando ganan y lloran cuando pierden, como se lo pudo ver a Pintos y algún otro por ahí.

Por eso, los hinchas, como hacía rato no ocurría, se sienten identificados con estos jugadores. Y aunque les duela el alma o le peguen patadas a los escalones, como el Hermano Cuervo Eduardo Bejuk, tienen la lucidez para separar peras de manzanas y darse cuenta de que este San Lorenzo está acorde a la historia de la institución. Antes de que a algún vitalicio o simpatizante con varios años de tribuna les agarre un síncope por la afirmación anterior, se aclara: cuando se dice “acorde con la historia” uno se refiere al esfuerzo y al orgullo con el que estos jugadores están defendiendo la azulgrana, no porque dentro de la cancha haya algún Martino, algún Omar Higinio o algún Bambino Veira. ¿Aclarado? Ya está amigo, vuelva a sentarse y siga leyendo…

Decíamos, la gente aplaudió aun en la derrota. Una pena que la mayoría de los medios no lo haya destacado, como sí lo hicieron cuando la gente se expresó en contra de los jugadores que dieron lástima en la pasada Copa Libertadores. Otra aclaración: no se defiende de ninguna manera los escupitajos de Ezeiza, pero sí la expresión de genuino desencanto popular de aquel feo domingo ante Vélez, post eliminación copera…

Y pongan juego…
Hecho el anterior reconocimiento, llegó el turno de hablar de fútbol. Y ahí sí que hay varias íes sin puntos. Porque lo (no) hecho ante River de Uruguay da para alarmarse. En un partido en el que los jugadores tenían tiempo de parar la pelota, ir a comprarse un choripán, comerlo, y volver a tomar el balón sin que nadie se lo haya sacado, resulta inexplicable que San Lorenzo no haya generado ni una jugada de gol, más allá de ese cabezazo de Pintos, luego de un tiro libre. En ese contexto, la ausencia de Leandro Romagnoli (y hasta de Menseguez) se hizo muy notoria. Fue una pena que esto haya ocurrido justo en un partido decisivo, pero bueno, ya está… quelevamoacé.


El Torneo Apertura todavía nos está esperando. Pero para sacar definitivamente la chapa de candidato, San Lorenzo deberá aportarle algo de lucidez futbolística a su enorme corazón. Es cierto que sin el Pipi (¿vuelve contra Independiente?) todo es más complicado, pero aún sin él, este equipo puede y debe jugar mejor.

Faltan siete fechas. 21 puntos. Es bastante. Si el Ciclón pone un poquito más de juego, quizás esos aplausos de agradecimiento se transformen a fin de año en grandes ovaciones. De esas que suelen escucharse de vez en cuando en la esquina de San Juan y Boedo.

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