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viernes, 29 de abril de 2011

La columna del Hermano Cuervo

Deja vú
(Edición impresa 224)


por Eduardo Bejuk

A esta altura, la pregunta es recurrente, un deja vú interminable, un cruel fantasma que nunca nos abandona: ¿por qué siempre la misma decepción?

Equipos que se refuerzan al comienzo del campeonato (a veces mejor, a veces con jugadores sin nivel para vestir la camiseta de San Lorenzo); equipos que arrancan bien (y le ganan a Boca, inevitablemente); equipos que coquetean con la punta (y a veces la alcanzan) y que finalmente, inexorablemente, se derrumban para no levantarse jamás. Y se va el técnico, empieza la danza mediática (esta vez, más conversada que nunca) y nosotros, desde la tribuna, desorientados, mascullamos la bronca. Y la decepción.

Vaya pesadilla.

¿Qué te pasa, Ciclón?

Lo que más duele es la apatía, el tránsito sin rumbo, la nostalgia por aquellos tiempos donde se peleaba algo importante hasta el final. Al cierre de esta edición, ignoramos quién será el próximo conductor futbolístico. Algo es claro: hace falta una profunda depuración del plantel, numeroso por demás; una bajada de línea para volver a las fuentes (algo ensayó el Bambino, con su famoso inflador mediático, durante esta semana convulsionada); y un proyecto que nos devuelva la identidad, el orgullo deportivo y muchos Carasucias de las Inferiores, para asegurar el futuro. Que el espíritu de la caravana a la Legislatura, ya legendaria, contagie a los muchachos. Y que, ganando o perdiendo, seamos San Lorenzo. Como todos los locos de la tribuna. Estoy seguro de que se puede. Hoy es un buen día para empezar.

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