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viernes, 13 de abril de 2012

Dale que va, Ciclón...

La columna del Hermano Cuervo

por Eduardo Bejuk
No me quejo, Ciclón de mis desventuras, si este año me obligás a tragar saliva, sorbito a sorbito, oprimiéndome la garganta. Dale que va. Saco la entrada, hago la fila, soporto cacheos múltiples, esquivo caballos policiales, me banco las bobas cargaditas de los acomplejados por nuestra grandeza, y le doy, porque hay que poner el pecho, y dale que va, de visitante y de local, acorralados por el promedio, castigados por la mediocridad dirigencial, devastados por un tornado, con taquicardia del minuto uno al 90, porque de sufrir no nos salvamos nunca. Y la calculadora científica. Y diez partidos por fecha que nos importan. Y pensar que ayer jugaban Bergessio, D'Alessandro y Lavezzi, ayer nomás, loco, y hoy le prendemos velas al primero que pega dos gritos, al primero que corre un poco, al técnico que se especializa en urgencias y que, si nos salva, gozará de mi eterna gratitud aunque nu
nca lo habría soñado. Pero no me quejo, San Lorenzo de mis amores, aunque este año sufra ataques de insomnio, tome pastillas para los nervios como si fueran Sugus y sienta que la vida se me va en cada corner en contra. Vos viste las tribunas, eso que llaman aguante, y escuchás nuevos himnos, el todos juntos podemos, el juramento que se renueva, porque en los malos momentos siempre te voy a acompañar. Dale Matador. Dale. Once Buffarinis en la entrega, once Romeos en el compromiso, once Carusos en la picardía y once gloriosos hinchas de San Lorenzo en el incondicional amor por los colores, para olvidarnos de este bochorno en el que nos hundieron y poder respirar un rato, nada más que un rato, tirar la calculadora a la mierda, sentir lástima por los que nos desean mala suerte y demostrarle de nuevo a todo el mundo que vos, Ciclón de las mil resurrecciones, no vas a morir jamás.

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