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viernes, 13 de abril de 2012

El Ciclón, contra todos y contra todo

(Pág. 6y7 de la edición impresa 233)

Los astros parecen haberse alineado en contra de San Lorenzo. Ya no solo se sufre por el bajo promedio sino que también hay que padecer violentos temporales inéditos en el país. Pero pese a todos los contratiempos y a las ganas de vernos de rodillas que tienen muchos, los cuervos la siguen peleando. Como lo hicieron en toda su historia.

por Jorge Fuentes

Sobran los temas negativos sobre los cuales hacer hincapié para explicar el presente de San Lorenzo. Pero para qué ser reiterativos. Qué ganamos recordando el bajo promedio que amenaza al Ciclón con la pérdida de categoría. O los descalabros dirigenciales que ponen en peligro el normal desarrollo de la vida institucional. O la división del plantel entre Miglioristas y Bottinellistas. O la tormenta del 4 de abril, que dejó la Ciudad Deportiva en ruinas y hasta sacudió al Pedro Bidegain, motivo por el cual hoy estamos en la casa de nuestro hijo mayor. Ya se ha hablado demasiado de todo esto, casi en cadena nacional. Por eso, la idea de este artículo es tirar alguna buena noticia. Algo a lo que podamos aferrarnos para alimentar la histórica, eterna e invencible fe que caracteriza a los cuervos. ¿En serio hay buenas noticias? Sí, alguna hay. Veamos

-La llegada de Caruso. Un amigo de quien esto escribe dijo hace un tiempo: “Una vez que pensaste en Caruso Lombardi, lo tenés que ir a buscar. No podés perder el tiempo”. Y San Lorenzo hace rato que estaba pensando en Caruso. Antes de la llegada de Leo Madelón. Y después también. Incluso, hasta tuvo abrochado su arribo en dos ocasiones, pero el presidente Carlos Abdo, presionado por el vice Jorge Aldrey, el dirigente que fogoneó la llegada de Madelón, y hasta por el presidente de Futbolistas Argentinos Agremiados, Sergio Marchi (amigo de Leo), dio marcha atrás en ambas oportunidades. La derrota ante Vélez, lógica por la realidad de los dos equipos, pero preocupante por la casi nula resistencia que ofreció el Ciclón, hizo que el ciclo de Madelón se terminara derrumbando. Y allí apareció Ricardo Caruso Lombardi. Y cuando aparece Caruso significa que hay un incendio de proporciones mayúsculas por apagar. Y el tipo ya hizo lo suyo. Se la pasó hablando en todos los medios, le sacó presión a los jugadores y logró que San Lorenzo rescatara un puntito ante Racing, en Avellaneda. Está claro que su llegada no significa que el Ciclón se salve del descenso. Pero sí influyó para que, de a poco, se evapore el clima derrotista que sobrevolaba en Boedo.a hablado demasiado de todo esto, casi en cadena nacional. Por eso, la idea de este artículo es tirar alguna buena noticia. Algo a lo que podamos aferrarnos para alimentar la histórica, eterna e invencible fe que caracteriza a los cuervos. ¿En serio hay buenas noticias? Sí, alguna hay. Veamos.

-Uno que juega como hincha. Con apenas un par de corridas y con la simple receta de no dar ninguna pelota por perdida, Julio Buffarini ya se ganó a la gente de San Lorenzo. Se aprovechó, es cierto, del poco nivel de exigencia que tiene hoy el pueblo azulgrana, pero sus ganas transmitieron energía positiva hacia afuera y, por lo visto contra Racing, también hacia adentro de la cancha, donde sus compañeros cambiaron la abulia exhibida ante Vélez por una actitud más combativa contra la Academia. Ojalá que los rendimientos del ex Ferro sigan creciendo. Y que el efecto contagio se prolongue hasta el final del torneo.

-La gente siempre está. Los destrozos que dejó el temporal en la Ciudad Deportiva y en el Nuevo Gasómetro parecieron ser el colmo de la mala suerte. Porque el Ciclón está como está por culpas propias (en gran parte), por culpas ajenas (algunos arbitrajes, por ejemplo) y porque la Ley de Murphy, esa que asegura que si una cosa puede salir mal va a salir peor, está empecinada en poner a San Lorenzo como ejemplo. Pero como no hay mal que por bien no venga, ya que estamos con las máximas, la gente de San Lorenzo volvió a demostrar que cuando canta “te juro que en los malos momentos, siempre te voy a acompañar” es de verdad. Porque varios centenares de cuervos se acercaron a la Ciudad Deportiva a ofrecer su corazón. Y su mano para ayudar al club, ya sea corriendo un tronco caído o levantando un alambrado derrumbado. En medio de la desdicha, los hinchas de San Lorenzo volvieron a decir presente. Esa muestra de amor fue la mejor noticia de los últimos tiempos. Y la confirmación de que ni un bajo promedio ni una terrible tormenta los podrá detener. Porque si el Ciclón se cae, allí estarán ellos para ponerlo de pie.

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