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miércoles, 22 de mayo de 2013

Metros de pasión


En ese metro, el que yo compré para vos, Ciclón de mi vida, en ese metro hizo una gambeta el Pipi, veterano pero genial, un poco rengo y con canas. Y un defensor de Boca pasó de largo, él definió, y en la tribuna de José Marmol ellos sufrieron, más que una madre dando luz a un hijo.

Y en ese metro se paró el Bambino, con el mismo saco mostaza del 95, y levantó los brazos, y le lloró la mejilla de tanta ovación.
En ese metro, yo pensaba, quizás tomó aire Scotta, antes de pegarle con alma y vida,
para hinchar la red e inflarme el pecho, hasta explotarlo de emoción.
En ese metro llovió sudor de Matadores, brotó el barro que maquilló a los Carasucias, en ese metro Sanfilippo se imaginó un gol de taco a Roma, y el Lobo Fischer la aguantó entre sus piernas encolumnadas, y la pelota le susurró su destino de gol.
En ese metro cuadrado lo soñé a Coloccini levantando la Libertadores, Farro-Pontoni-Martino tiraron cien mil paredes celestiales, en ese metro quizás se elevó Lángara para cocinar un pucherito de gallina para cuatro, y ahí, justo en ese metro, Jacobo Urso dejó la vida por los colores, sin metáfora, con alma de héroe.
En ese metro, el Negro Ortiz podía gambetear y tirar el centro, y el Sapito Villar labrar un mágico surco, y los Camboyanos cavar una trinchera de sentimiento, a pesar de los años y los momentos vividos.
Ese metro es mío, tuyo, de mi viejo, de tu hermano, en ese metro caben mil avalanchas, toneladas de papelitos, toda la gloria de esta camiseta inmortal, en ese metro está cada tarde que me besé el CASLA del pecho, cosido a mano por mi vieja, y me sequé las lágrimas con un gorrito descolorido, al que me aferro como una cábala infalible. 

Me costó mucho comprártelo, Ciclón de mi vida, pero acá está, bajo el sol eterno de Avenida La Plata, y allí quedará por siempre, con el pasto de mis días felices, para que los más pibes lo rieguen, lo cuiden, lo amen, y no lo dejen morir nunca, por amor a San Lorenzo, metro a metro, en esta llanura azulgrana que me tapiza el corazón.

Para todos los que compraron; para los que juntan el mango; para los que quisieran y no llegan; para todos los Cuervos del mundo.

Palabras escritas por el cuervo Eduardo Bejuk en su sitio de Facebook

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