Desde Manchester, donde se codea con la elite en el poderoso City de Tevez, Mancini y los jeques árabes, Pablo Zabaleta repasa sus momentos en Boedo. Los días en la pensión, la primera ovación de la Gloriosa, sus goles a Boca y River y un deseo para el futuro… Todo en un mano a mano exclusivo con La Revista del Ciclón.
por Aquiles Furlone
A los jóvenes que se proyectan como grandes jugadores, el fútbol de estos días los extirpa prematuramente de sus clubes de origen. Ejemplos hay miles, y el de Pablo Zabaleta es uno más de esos. Consolidado en la Primera de San Lorenzo, con varias presencias en las selecciones juveniles y una proyección destacadísima, los millones europeos se lo llevaron cuando apenas tenía 20 años. Sin embargo, su estadía en Boedo no fue tan corta como podría pensarse y los hinchas le tienen reservado un buen lugar en el cajón de los recuerdos. Debutó en 2002 con Rubén Insúa como DT y en total disputó 79 partidos con la azulgrana, en los que marcó ocho goles. “Me los acuerdo todos –dice Zaba desde Manchester en diálogo exclusivo con La Revista del Ciclón-, el primero fue a Chicago de visitante, después vinieron dos contra Independiente, uno a Banfield, uno a Instituto, otro a Boca y dos a River en partidos diferentes”. Luego de la asombrosa muestra de memoria del lateral del City, se larga el mano a mano, por supuesto con el Ciclón como eje central.
¿Qué importancia tiene San Lorenzo en tu vida futbolística?
Mucha, porque fue mi primer club, el que me dio formación no sólo como jugador sino también como persona. Llegué con 12 años y me fui con 20, así que una etapa muy importante de mi crecimiento la pasé en San Lorenzo.
¿Qué recuerdos tenés de aquellos días?
Muchos, porque fueron varias etapas. Me acuerdo, por ejemplo, cuando estábamos en infantiles, haber jugado en canchas como las de Laferrere, Lamadrid, equipos de todas las categorías... Después pasé a AFA y en un momento se juntaron las categorías 84 y 85, de la cual salieron muy buenos jugadores. Más adelante subí a Reserva y cada momento tuvo sus cosas buenas.
¿De aquellos compañeros quiénes llegaron?
En esa 84/85 que te digo estaban Gonza Rodríguez, Bottinelli, Pitu Barrientos, Damián Luna, Montillo… Todos muy buenos jugadores. La mayoría fuimos subiendo juntos a Primera entre los períodos de Insúa y Gorosito.
¿Vivir en la pensión era muy duro?
Sí, como todo. Yo venía de un pueblo chico y de golpe estar viviendo en Buenos Aires no es fácil. De pronto te encontrás con un nuevo colegio, compartiendo habitación con chicos que no conocés, y todo eso no es sencillo. Pero por otro lado te independizás, lo que te hace crecer muchísimo. Por eso te diría que si bien es difícil, para mí fue una experiencia linda.
¿De chico eras hincha de San Lorenzo?
No. Mi familia siempre estuvo repartida entre River y Boca y entre mis amigos sí había algunos hinchas de San Lorenzo, pero yo nunca fui fanático de ninguno, probablemente porque al vivir en un pueblo tenía muy lejana la chance de ir a la cancha. Después, al llegar al club de tan chico uno se va encariñando y en cierto modo se hace un poco hincha.
¿Te gustaría pasar por el club cuando decidas volver?
Qué sé yo. El fútbol da muchas vueltas, yo todavía soy joven y nunca se sabe, pero está claro que en los años que estuve ahí la pasé muy bien y si me tuviera que retirar en Argentina por supuesto que me gustaría hacerlo en San Lorenzo.
Si te digo 28 de septiembre de 2002, ¿qué te viene a la cabeza?
Fue mi debut profesional, por una Copa (NdR: Sudamericana) contra el Monagas y ganamos por goleada (NdR: 5-1).
En el plano local debutaste unos meses más tarde nada menos que contra Boca, la rompiste y te ovacionaron, ¿te acordás?
Sí, anduve bien ese partido aunque perdimos 2-1. En un momento me sentía cansado y pedí el cambio. Cuando salí la gente me despidió de un modo muy lindo. Son recuerdos hermosos.
¿En Europa te cruzás con hinchas de San Lorenzo? ¿Qué te dicen?
Acá en Inglaterra hay muy pocos argentinos así que no me pasa, pero cuando vivía en Barcelona (NdR: jugó en el Espanyol entre 2005 y 2008) sí sucedía seguido. Incluso hay una peña con la que llegué a tener contacto.
Mientras la pelea en el Manchester City, donde alterna partidos de titular con otros en el banco, Zabaleta anhela encontrar en la selección la continuidad que se le auguraba cuando era juvenil (fue capitán y campeón mundial sub 20 en Holanda 2005 e integró el equipo que ganó el oro olímpico en Beijing 2008) y sueña a corto y largo plazo: “Ahora espero seguir teniendo oportunidades de mostrarme y ojalá pueda estar en la lista de la Copa América (se disputará este año en Argentina). Más adelante pensaré en el Mundial, que es lo máximo para cualquier futbolista”. Después de todo eso, si se decide a pegar la vuelta, por qué no soñar con verlo de nuevo yendo y viniendo por la derecha en el Nuevo Gasómetro…
Mientras la pelea en el Manchester City, donde alterna partidos de titular con otros en el banco, Zabaleta anhela encontrar en la selección la continuidad que se le auguraba cuando era juvenil (fue capitán y campeón mundial sub 20 en Holanda 2005 e integró el equipo que ganó el oro olímpico en Beijing 2008) y sueña a corto y largo plazo: “Ahora espero seguir teniendo oportunidades de mostrarme y ojalá pueda estar en la lista de la Copa América (se disputará este año en Argentina). Más adelante pensaré en el Mundial, que es lo máximo para cualquier futbolista”. Después de todo eso, si se decide a pegar la vuelta, por qué no soñar con verlo de nuevo yendo y viniendo por la derecha en el Nuevo Gasómetro…
por Aquiles Furlone
A los jóvenes que se proyectan como grandes jugadores, el fútbol de estos días los extirpa prematuramente de sus clubes de origen. Ejemplos hay miles, y el de Pablo Zabaleta es uno más de esos. Consolidado en la Primera de San Lorenzo, con varias presencias en las selecciones juveniles y una proyección destacadísima, los millones europeos se lo llevaron cuando apenas tenía 20 años. Sin embargo, su estadía en Boedo no fue tan corta como podría pensarse y los hinchas le tienen reservado un buen lugar en el cajón de los recuerdos. Debutó en 2002 con Rubén Insúa como DT y en total disputó 79 partidos con la azulgrana, en los que marcó ocho goles. “Me los acuerdo todos –dice Zaba desde Manchester en diálogo exclusivo con La Revista del Ciclón-, el primero fue a Chicago de visitante, después vinieron dos contra Independiente, uno a Banfield, uno a Instituto, otro a Boca y dos a River en partidos diferentes”. Luego de la asombrosa muestra de memoria del lateral del City, se larga el mano a mano, por supuesto con el Ciclón como eje central.
¿Qué importancia tiene San Lorenzo en tu vida futbolística?
Mucha, porque fue mi primer club, el que me dio formación no sólo como jugador sino también como persona. Llegué con 12 años y me fui con 20, así que una etapa muy importante de mi crecimiento la pasé en San Lorenzo.
¿Qué recuerdos tenés de aquellos días?
Muchos, porque fueron varias etapas. Me acuerdo, por ejemplo, cuando estábamos en infantiles, haber jugado en canchas como las de Laferrere, Lamadrid, equipos de todas las categorías... Después pasé a AFA y en un momento se juntaron las categorías 84 y 85, de la cual salieron muy buenos jugadores. Más adelante subí a Reserva y cada momento tuvo sus cosas buenas.
¿De aquellos compañeros quiénes llegaron?
En esa 84/85 que te digo estaban Gonza Rodríguez, Bottinelli, Pitu Barrientos, Damián Luna, Montillo… Todos muy buenos jugadores. La mayoría fuimos subiendo juntos a Primera entre los períodos de Insúa y Gorosito.
¿Vivir en la pensión era muy duro?
Sí, como todo. Yo venía de un pueblo chico y de golpe estar viviendo en Buenos Aires no es fácil. De pronto te encontrás con un nuevo colegio, compartiendo habitación con chicos que no conocés, y todo eso no es sencillo. Pero por otro lado te independizás, lo que te hace crecer muchísimo. Por eso te diría que si bien es difícil, para mí fue una experiencia linda.
¿De chico eras hincha de San Lorenzo?
No. Mi familia siempre estuvo repartida entre River y Boca y entre mis amigos sí había algunos hinchas de San Lorenzo, pero yo nunca fui fanático de ninguno, probablemente porque al vivir en un pueblo tenía muy lejana la chance de ir a la cancha. Después, al llegar al club de tan chico uno se va encariñando y en cierto modo se hace un poco hincha.
¿Te gustaría pasar por el club cuando decidas volver?
Qué sé yo. El fútbol da muchas vueltas, yo todavía soy joven y nunca se sabe, pero está claro que en los años que estuve ahí la pasé muy bien y si me tuviera que retirar en Argentina por supuesto que me gustaría hacerlo en San Lorenzo.
Si te digo 28 de septiembre de 2002, ¿qué te viene a la cabeza?
Fue mi debut profesional, por una Copa (NdR: Sudamericana) contra el Monagas y ganamos por goleada (NdR: 5-1).
En el plano local debutaste unos meses más tarde nada menos que contra Boca, la rompiste y te ovacionaron, ¿te acordás?
Sí, anduve bien ese partido aunque perdimos 2-1. En un momento me sentía cansado y pedí el cambio. Cuando salí la gente me despidió de un modo muy lindo. Son recuerdos hermosos.
¿En Europa te cruzás con hinchas de San Lorenzo? ¿Qué te dicen?
Acá en Inglaterra hay muy pocos argentinos así que no me pasa, pero cuando vivía en Barcelona (NdR: jugó en el Espanyol entre 2005 y 2008) sí sucedía seguido. Incluso hay una peña con la que llegué a tener contacto.
Mientras la pelea en el Manchester City, donde alterna partidos de titular con otros en el banco, Zabaleta anhela encontrar en la selección la continuidad que se le auguraba cuando era juvenil (fue capitán y campeón mundial sub 20 en Holanda 2005 e integró el equipo que ganó el oro olímpico en Beijing 2008) y sueña a corto y largo plazo: “Ahora espero seguir teniendo oportunidades de mostrarme y ojalá pueda estar en la lista de la Copa América (se disputará este año en Argentina). Más adelante pensaré en el Mundial, que es lo máximo para cualquier futbolista”. Después de todo eso, si se decide a pegar la vuelta, por qué no soñar con verlo de nuevo yendo y viniendo por la derecha en el Nuevo Gasómetro…
Mientras la pelea en el Manchester City, donde alterna partidos de titular con otros en el banco, Zabaleta anhela encontrar en la selección la continuidad que se le auguraba cuando era juvenil (fue capitán y campeón mundial sub 20 en Holanda 2005 e integró el equipo que ganó el oro olímpico en Beijing 2008) y sueña a corto y largo plazo: “Ahora espero seguir teniendo oportunidades de mostrarme y ojalá pueda estar en la lista de la Copa América (se disputará este año en Argentina). Más adelante pensaré en el Mundial, que es lo máximo para cualquier futbolista”. Después de todo eso, si se decide a pegar la vuelta, por qué no soñar con verlo de nuevo yendo y viniendo por la derecha en el Nuevo Gasómetro…
Ficha técnica
Pablo Javier Zabaleta
Fecha de nacimiento: 16/01/1985
Lugar: Arrecifes (Bs. As.)
Nacionalidad: Argentina
Posición: Defensor-Volante
Peso: 76
Altura: 1,77.
Debut en primera: 28 de septiembre de 2002, San Lorenzo 5 Monagas 1, Copa Sudamericana
Partidos en San Lorenzo: 79 (13 internacionales)
Goles: 8
Trayectoria: San Lorenzo, Españyol (ESP), Manchester City y Selección Nacional.
*Fue campeón con San Lorenzo por la Copa Sudamericana 2002.
Fue Campeón Mundial Sub 20 en Holanda 2005
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