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sábado, 20 de agosto de 2011

Correo de lectores



(Edición impresa 229)

Ahora, además de cuervitos son socios como papá




A un papi cuervo de Haedo se le cae la baba luego de haber asociado a sus dos hijos a San Lorenzo. Un ejemplo de amor al club y de entender que San Lorenzo nos necesita. Ojalá muchos lo copien. Compartimos su carta, donde nos cuenta, orgulloso, su historia.

Cuando en la sede les entregué los carnets a mis hijos Juana y Santiago Lorenzo fui el hombre más feliz del mundo. Pero también el más agradecido. En ese mismo instante se me llenaron los ojos de lágrimas, me invadieron el alma los recuerdos de toda mi vida. Lo sentí a mi abuelo, “el Lito”, explicándome por qué yo era de San Lorenzo. Sentí su mano en mi hombro caminando juntos hacia la cancha. Sentí que lo volvía a ver, como aquella última vez en Rosario, en el ’95, que al segundo de que la gente invadió la cancha se me apareció al lado mío y llorábamos juntos de pasión… había fallecido el año anterior. Agradecido también de mi viejo, ese que me llevó a todos lados desde muy chico, que me enseñó que todo el mundo primero debe saber, antes que mi nombre, que yo soy cuervo. ¡Gracias, Pá! No hay herencia en el mundo que se compare a la de ser hincha del Ciclón. Si con este amor yo soy rico gratis. Por último, agradecido a Dios que me da la posibilidad de estar evangelizando a mis hijos en esta locura para que crezcan con los valores de San Lorenzo. Juana y Santiago Lorenzo son mi vida, mi vida es San Lorenzo, que San Lorenzo, entonces, sea la vida de ellos.

Federico López Ranieri, socio 49.155

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