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lunes, 24 de junio de 2013

Resultados y algo más

Lo números avalan la gestión de Juan Antonio Pizzi como DT azulgrana. Pero también lo hacen sus intenciones, su propuesta de juego y su pulso firme para tomar decisiones.

Por Aquiles Furlone

Se termina un nuevo campeonato y, como en cada final, llega el momento de los balances y las conclusiones. En este caso la idea es desglosar un poco la campaña de Juan Antonio Pizzi en el banco azulgrana.

Para empezar, hay algo claro: los resultados respaldan la gestión. Pero los fríos números no son lo único positivo de la tarea del “Macanudo” –como lo llaman en España- al frente del primer equipo de Boedo. Lo realizado en este Torneo Final reafirmó todo lo bueno que había insinuado la primera parte del ciclo.

Después de varias temporadas San Lorenzo superó la barrera de los 30 puntos (a falta de este último partido acumula 31, producto de ocho victorias, siete igualdades y tres caídas). Para eso resultó determinante la campaña como visitante, en la que el Ciclón fue el mejor del certamen y terminó invicto: cinco triunfos y cuatro empates.

La deuda en ese aspecto estuvo en el Nuevo Gasómetro, donde el equipo cosechó todos sus traspiés. De todos modos, si comparamos con otros equipos ese rubro no estuvo tan mal para los dirigidos por Pizzi, ya que sólo Lanús perdió menos (dos partidos) y hasta Newell’s, ya campeón, tiene más derrotas (cuatro).

Además, “Juanchi” sacó al equipo de la zona baja después de mucho tiempo, lo metió nuevamente en una copa internacional y sigue adelante en la Copa Argentina, que le otorga al campeón un estrella oficial y la chance de jugar la próxima Libertadores...

Más allá de eso y de los partidos malos o buenos que hubo, la propuesta suele ser más de búsqueda que de especulación. El equipo se planta en campo rival, juega adelantado y siempre intenta poner buena cantidad de gente en posición ofensiva. No es poco en el fútbol que se ve en estos días.

La apuesta por los pibes es otro punto a favor. Y Pizzi no sólo los puso. También los bancó, incluso teniendo que dejar en el banco a tipos de renombre como Jara, Stracqualursi, Piatti en su momento y hasta el propio Romagnoli. Tampoco le tembló el pulso a la hora de dejar afuera del once a jugadores en su momento titulares indiscutidos como Kalinski o Buffarini, y demostró personalidad y firmeza en una situación difícil como la que se vivió con Aguiar. Por último, su perfil bajo, alejado de las exposiciones mediáticas y sin declaraciones polémicas, ha caído muy bien en la dirigencia y buena parte de los hinchas.


Hay cosas para mejorar, seguro, en varios aspectos. Pero si de balances se trata, Pizzi está aprobado con holgura. Ahora, a ir por más en el próximo semestre.

Nota de la edición impresa 242

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