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lunes, 24 de junio de 2013

Tranquilos e ilusionados

Después de haber sufrido mucho, San Lorenzo, al fin, encontró la paz que tanto buscaba. Alejado de la zona baja de la tabla de los promedios, el Ciclón encarará la próxima temporada con objetivos más acordes a su gloriosa historia. El ánimo de los hinchas luce renovado. Enhorabuena.
  
Por Jorge Fuentes

Parece que fue ayer, pero fue hace un año. Poco o mucho tiempo, de acuerdo a cómo quiera mirarse. Lo concreto es que San Lorenzo hace un año se estaba yendo a la B. En realidad, y para ser estrictos con el recuerdo, mañana se cumple un año de aquel partido ante San Martín de San Juan, en el que San Lorenzo estuvo 55 minutos en la B Nacional, hasta que llegó el inolvidable cabezazo de Walter Kannemann, homenajeado con total justicia en esta edición de La Revista del Ciclón (ver páginas 10 y 11), y regularizó el ritmo cardíaco de los cuervos. Luego llegaron los partidos ante Instituto por la Promoción, la confirmación de que el Ciclón seguía siendo de Primera y un alivio inconmensurable. Un alivio que, al poco tiempo, volvió a transformarse en preocupación. Porque, claro, el promedio seguía siendo exiguo. Esos 91 puntos, apenas uno más que Newell’s e Independiente, nos recordaban que en la temporada 2012/2013 no íbamos a estar muy cómodos. Que tendríamos que sumar bastante como para no tener que volver a pasar por la agonía que acabábamos de padecer. Y después de mucho lucharla, al fin pudimos respirar con cierta tranquilidad. Las 57 unidades reunidas durante esta temporada (pueden ser 60 si gana hoy) no sólo nos permitieron volver a guardar la calculadora, también hicieron que nos diéramos algunos “lujos” que teníamos olvidados, como llegar con chances matemáticas de pelear el título hasta la fecha 17 en este Torneo Final que hoy se va o como clasificarse a una competencia internacional. Un escenario diametralmente opuesto al que vivimos hace doce meses.

El futuro ya llegó

Las causas de este rotundo cambio que ha experimentado San Lorenzo son múltiples y variadas. Pero todas ellas tienen que ver con la gestión que están realizando el presidente Matías Lammens y compañía. Aquí también es necesario cotejar las fotografías de hace un año y las de hoy. Con más socios, notables mejoras en los ingresos y un ordenamiento institucional que está a la vista de quien quiera verlo, el club se ha “normalizado”. Y esa normalización también llegó al fútbol. San Lorenzo es hoy un equipo en el que se puede confiar. Puede jugar mejor o peor, pero los hinchas ya sabemos que el Ciclón recuperó ese protagonismo que había perdido y que tanto extrañábamos. Y lo mejor de todo es que lo ha hecho de la mano de unos cuantos juveniles formados en el club, algo que hacía rato no sucedía. Después de haber vivido lo que vivimos el año pasado cuesta plantearse objetivos grandes, pero este San Lorenzo invita a hacerlo. Este mismo plantel más algunos refuerzos (un arquero y un delantero son esenciales) puede hacer que el Ciclón peleé bien arriba en los torneos que le toque disputar.


Así estamos los cuervos. Tranquilos e ilusionados. Esperando ganar estar tarde/noche para, quién dice, terminar como subcampeones del Torneo Final. Esperanzados con la Copa Argentina, que puede abrirnos la puerta para ir a jugar esa maldita y nefasta Copa Libertadores. Y envalentonados de cara al próximo torneo, sabiendo que con levantar un poco el nivel que viene exhibiendo en la etapa final de este campeonato, San Lorenzo va a estar en la pelea por el título.

Nota de la edición empresa N°242

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