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sábado, 31 de octubre de 2009

Editorial

Los fantasmas de Santa Fe

Por Jorge Fuentes

Algo debe pasar en Santa Fe. Evidentemente, en esa ciudad hay algo que afecta los cerebros de los jugadores de San Lorenzo de Almagro. Como si fuera una especie de Triángulo de las Bermudas en el que el juicio de algunos futbolistas azulgranas desaparece misteriosamente.

Ocurrió en el torneo pasado, cuando el equipo de Miguel Russo perdió 3 a 0 con el Sabalero y sufrió las estúpidas expulsiones de Jonathan Santana, Gonzalo Bergessio y Jonathan Botinelli, en lo que fue el partido previo al papelón realizado en la Copa ante San Luis, en México. Y volvió a ocurrir hace tres días, cuando parecía que ese tipo de acciones irresponsables ya habían quedado totalmente sepultadas.

Esta vez, lo que sucedió fue más insólito y vergonzoso aún. Dos jugadores del Ciclón se pelearon en el entretiempo, a los manotazos, y el árbitro se vio obligado a expulsar a uno de ellos cuando los primeros 45 minutos ya habían concluido. “San Lorenzo, a las piñas”, fue el título que eligieron la mayoría de los noticieros para graficar lo sucedido, en lo que fue la gran noticia del lunes, que hasta llegó a eclipsar a los ecos del superclásico. Justo ahora que San Lorenzo venía dando pasos seguros, en silencio, escalando peldaño a peldaño en el Apertura y en la Sudamericana, a Pablo Pintos y a Renato Civelli se les ocurrió dirimir sus diferencias futbolísticas (ojalá sea sólo eso) a trompadas limpias y a la vista de todas las cámaras. Increíble. Insólito. Imperdonable.

Sergio Pezzota echó correctamente al uruguayo y nos dio una mano al no expulsar también a Civelli, como correspondía. El partido, entonces, quedó en un segundo plano. Porque no fue la derrota en sí lo que más dolió. De hecho, el Ciclón sigue ahí nomás de la punta. Lo que más preocupa es que volvieron aparecer los fantasmas que tanto nos lastimaron en los últimos tiempos. “Otra vez un plantel que se autodestruye y que se va a volver a cagar en la gente”, fue el pensamiento generalizado.

Para colmo, tampoco ayudó la actitud de Diego Simeone, protestando todos los fallos del árbitro (en la mayoría ni siquiera tenía razón). Esos gestos ampulosos le terminaron agregando más nerviosismo a una situación de por sí frenética.

Otra vez Santa Fe. Otra ves esos fantasmas. Pintos, Civelli, Cholo, muchachos: Por favor, traten de no desilusionarnos. Ni siquiera le pedimos que salgan campeones de alguno de los torneos que están jugando, con que sigan dejando el alma en la cancha como lo vienen haciendo, nos alcanza. Y si tienen que pegarse algunos coscorrones, que sea afuera de la cancha. Desde ya, muchas gracias.

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