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viernes, 25 de mayo de 2012

Puede pasar cualquier cosa


(Edición impresa 234)
Calculadora en mano los hinchas de San Lorenzo no podemos parar de sacar cuentas, algo que ocurrió durante todo el campeonato. El panorama viene complicado, pero nada es imposible. Menos, cuando se trata del San Lorenzo de los Milagros.

Por Gastón García

A cuatro fechas del final de la temporada el futuro de San Lorenzo es totalmente incierto. Y, como reza el título de esta nota, “puede pasar cualquier cosa”. Según como se den los resultados, propios y ajenos, el Ciclón podría zafar de todo, jugar una Promoción o, asusta escribirlo, irse al descenso en forma directa.

Está claro que esta situación no viene de ahora. Desde aquella derrota frente a Lanús (0-1) por la primera fecha del Apertura 2011, los cuervos, o algunos cuervos, empezábamos  presentir que algo malo se acercaba. Muchos preferían esquivar la realidad sosteniendo que todo era una paranoia producto de lo que le había sucedido a River. Otros, realmente intuíamos que el futuro inmediato no era nada alentador. Por algo será que desde esta revista, ya en la última edición de la temporada 2010/11, el título nota fue “La Promoción que no miramos”, dando a entender que no solo River estaba en graves problemas. El tiempo, lamentablemente nos dio la razón. 

Se tuvo que ir el Turco Asad, que nos dejó un desastre, y su lugar lo ocupó el camboyano Madelón. Pero los malos resultados continuaron y también arrastraron a Leonardo Carol, a quien, evidentemente, le quedó bastante grande el buzo de entrenador azulgrana. Luego llegó el turno de Caruso Lombardi. 

Pero claro, cuando el DT de los milagros arribó a Boedo, ya era bastante tarde. No hay duda alguna que la llegada de Caruso generó un cambio de actitud en el plantel. Como hacía mucho que no ocurría, San Lorenzo llegó a estar seis partidos sin conocer la derrota (dos triunfos y cuatro empates). Pero no fue suficiente. Ante el primer traspié (Unión) vino la hecatombe. Claro, Caruso llegó tarde, cuando las cartas ya estaban casi echadas. 

Ahora estamos parados en una situación que asusta. Nos pasó Tigre (que arrancó la temporada ¡17 puntos abajo nuestro!), no pudimos alcanzar a Banfield (que apenas consiguió ¡dos de los últimos 21!) y, en consecuencia, estamos dependiendo de los recién ascendidos, que, para colmo de males, todos hicieron campañas de dignas para buenas. Así las cosas, con Olimpo destinado a perder la categoría (¡No le pudimos ganar en la temporada!), saber quiénes serán los otros tres condenados será una acertijo difícil de descifrar. Son cinco equipos (San Marín de San Juan, Rafaela, Tigre, Banfield y San Lorenzo) para tres lugares. Seguiremos sufriendo. Con la calculadora en la mano y esperando el milagro. 

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