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miércoles, 1 de junio de 2011

Fanático del Ciclón y de las figuritas



(Edición impresa 226)

Un hincha de San Lorenzo además de ir a la cancha mata el vicio azulgrana coleccionado figuritas cuervas. Tiene en su casa más de 1400 pero sigue buscando desenfrenadamente. Te contamos su historia, la de un verdadero Cuervo de ley…

por Gastón García
Según la apreciación que expone Wikipedia el coleccionismo se entiende como una afición que consiste en la “agrupación y organización de objetos de una determinada categoría”.

Además, la Enciclopedia Libre de Internet explica que el arte de coleccionar puede ser muy variado porque depende del gusto de cada persona y que existen en el mundo algunos temas que son más populares y tiene una especie de mercado propio.



Algunos de esos coleccionismos han adquirido un nombre propio. Por ejemplo, cuando alguien habla de Filatelia se está refiriendo al arte de juntar estampillas. En ese grupo de los que tienen un nombre propio podríamos ubicar a la Numismática (monedas), la Filolumenia (cajas de fósforos), o la Notafilia (billetes de banco).



También existen los coleccionismos sin una nominación específica, en donde podríamos encadenar una innumerable cantidad de ejemplos. Para simplemente mencionar algunos, podemos hablar de los coleccionistas de armas, de autógrafos, de bolígrafos, entre otros, o bien de camisetas de fútbol, como el caso del amigo cuervo Gastón Grippi, quien mereció una nota en esta sección ediciones atrás.

Cuervofilia, Cuervotelia o Cuervolocura...

Como bien dice en su portada, esta revista es “Hecha por hinchas de San Lorenzo para hinchas de San Lorenzo”. Por eso, si nos pusimos a hablar de coleccionismo sí o sí esta nota tendría que tener alguna relación con el Ciclón. Y así es.



En este caso, nos vamos a referir a un fanático azulgrana que una tarde de 2007 le picó el bichito y se puso a juntar figuritas de San Lorenzo. Hoy, tiene más de 1400 en su domicilio, todas ordenadas y guardadas cariñosamente y, como él se encarga de contar, este “hobby” le permitió “aprender mucho mejor la historia del club” y conocer “las caras de los fabulosos jugadores que vistieron la casaca azulgrana”.

El nacimiento de una pasión
Maximiliano Copa, 36 años, es un socio de San Lorenzo (N° 29.596) que vive junto a su mujer y dos hijos en Devoto (CABA). Y justamente esa devoción que tiene por el Ciclón lo llevó un día a ponerse a investigar y coleccionar figuritas del club que ama.



Pero el nacimiento de este entretenimiento tiene un condimento especial que él mismo se encarga de relatar. “En el Clausura 2007 viajé a Rosario (contra Newell´s, gol de Méndez) en unos de los micros que salieron de la sede de Avenida La Plata y me senté junto a otro muchacho un par de años más grande que yo. Compartimos el viaje, el partido y la vuelta a casa con mucha alegría sabiendo que el triunfo que nos traíamos era muy importante para el campeonato. No intercambiamos teléfonos pero el destino nos volvió a cruzar en ese mismo estadio un año de después”.



Como siempre remarcamos en esta revista, San Lorenzo es una pasión que trasciende el sentimiento por una camiseta. Ser del Ciclón es llevar un estilo de vida distinto al de los demás mortales. Por eso, la vida de cada cuervo está rodeada de otro o de muchos cuervos más.


Podríamos decir, sin que ningún peronista se enoje, que para un hincha de San Lorenzo, no hay nada mejor que otro hincha de San Lorenzo.



Y así le ocurrió al dueño de esta historia. “Ese segundo viaje a Rosario del que te hablaba yo había ido solo en mi auto y al entrar a la cancha a la primera persona que veo es a él. Nuevamente compartimos el partido (0-1) y desde esa vez comenzamos a ir a la cancha juntos”, cuenta Maximiliano.



Y fue esta amistad cuerva la que hizo que llevó a Maxi a volcarse al coleccionismo de fichus. Así lo recuerda: “Un día, antes de ir a la cancha, pasé por su casa a ver lo que tenía ya que me había comentado que coleccionaba cosas de San Lorenzo. Tenía revistas, láminas, banderines y también figuritas. Me deslumbró todo y ahí me picó el bichito de las figuritas, sobre todo porque no ocupaban tanto espacio”.

Maximiliano tiene armada una base de datos en la cual detalla cada una de las más de 1400 figuritas azulgranas que posee. Además, las fichus están guardadas en tres carpetas y separadas por folios según la década, año, álbum o colección a la cual corresponda. Si bien no tiene claro cuántas le puede faltar, porque hay muchos años de los cuales no tiene información, su “tesoro” se va agrandando con el paso del tiempo. Ahora, quizás de manera más lenta porque se hace “más difícil la búsqueda”, aclara. Alguna vez pago más de 60 pesos por una sola. También se fue hasta Moreno exclusivamente a buscar otra. Y hasta llegó a entregar decenas de figuritas de otros cuadros para conseguir unas de San Lorenzo (Ver El top...) que son las que más le gustan. Hoy, es su glorioso tesoro, que si bien tiene un valor económico muy importante es el sentido afectivo y emocional el que le impediría venderlo, “salvo una causa de fuerza mayor”, aclara. Así se va otra historia azulgrana, sencilla pero llena de San Lorenzo, digna de un verdadero Cuervo de Ley.

El top four
Como debe ser normal en cada coleccionista, siempre hay alguna pieza que es la más querida o la más linda o bien la más valorada. En el caso de Maximiliano, hay cuatro que le mueven el piso. Corresponden al álbum “Pony” de 1946 y son el escudo del Ciclón, Farro, Pontoni y Martino. Su debilidad por estas cuatro tiene una explicación y él la cuenta: “Ninguno de los coleccionistas que conozco las tienen y por eso debe ser que las valoro tanto. Son muy lindas y además corresponden a uno de los mejores equipos del fútbol argentino de todos los tiempos. Las conseguí en un canje con un coleccionista de Córdoba al que le tuve que entregar todas las figuritas que tenía de otros cuadros a cambio”.

Las más viejas
Las figuritas más antiguas que posee son tres que corresponden a la década del ’20, aunque no se sabe exactamente a qué año. Son de las colecciones que venían con los cigarrillos Dollar y las tres son fotos de formaciones: una del equipo de 1926, otra de un equipo de intermedia (no especifica el año) y la tercera sólo dice San Lorenzo. Además, tiene cinco de chocolatines Águila que son también de 1926 de de jugadores: Suárez, Etchegaray, Souza, Fossa y Monti (el doble ancho). A la hora de pensar en las más difíciles de conseguir, Maxi comenta: “Seguro son las que no tengo, muchas de la década del ‘20 al ’40. Sé que hay un montón de figus que no he visto nunca y por lo tanto no sé cuántas existen y eso me motiva a seguir buscando”.

¿Querés cambiar?
Como la búsqueda cada vez es más fina y los parques (Centenario y Rivadavia) ya fueron explotados, cada vez se le hace más difícil conseguir figuritas nuevas. Por eso Maximiliano nos pidió que publiquemos su mail, así, sí algún lector comparte el mismo hobby, quizás puedan hacer algún intercambio. El mail es: maximilianocopa@hotmail.com

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