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viernes, 10 de junio de 2011

Que no sea Turco en la neblina

(Edición impresa 227)


Pese a ser mirado con cierta desconfianza por los hinchas, debido a su pasado y a sus confusas salidas de Godoy Cruz y Emelec, Omar Asad estrena su cargo de DT de San Lorenzo y eso alcanza para que las esperanzas de retomar el buen camino se reactiven en Boedo. Hoy comienza una historia que ojalá tenga el mejor de los finales.

por Aquiles Furlone


Ya perdimos la cuenta de cuánto duró la novela, pero lo concreto es que esta tarde, por fin, San Lorenzo estrenará nuevo técnico y eso, más allá de las particularidades de cada caso, siempre es un buen motivo para renovar las esperanzas. Mucho más después de un torneo tan malo como este Clausura que, por suerte, ya va quedando en el olvido.


Las idas y vueltas fueron eternas desde que, tras la salida de Ramón Díaz, el presidente Carlos Abdo anunció que su reemplazante sería Omar Asad. Hubo dudas, especulaciones, silencios misteriosos (el del propio entrenador) y sobre todo mucha incertidumbre. Pero finalmente la semana pasada el Turco estampó su firma, se calzó el buzo y dio su primera conferencia de prensa como DT Cuervo.

Consciente de lo que le esperaba (le espera) y con los pies sobre la tierra, Asad fue claro en su presentación: “Entro con un crédito menor a cualquier técnico, pero el respeto me lo tengo que ganar con trabajo. Por la historia uno arranca en desventaja, pero sé a lo que vengo”. Su pasado en Vélez y aquel festejo bastante provocativo del que fue protagonista destacado, hacen que el grueso del público azulgrana lo mire de reojo.

Sin embargo, está muy claro y hay que entenderlo: como todo técnico, es un profesional y, lógica pura, mientras mejor le salga su trabajo, más rédito encontrará su carrera. Lo que intranquiliza un poco es revisar su corto currículum como DT y ver que de los dos clubes que dirigió, se fue en no muy buenos términos.

En Godoy Cruz, después de un año espectacular, pidió una fortuna para renovar mientras coqueteaba con otros equipos y terminó volando a Ecuador para dirigir al Emelec, del que terminó casi escapando para recalar en Boedo. ¿Qué pasará el día de mañana si después de una buena campaña con el Ciclón empiezan a tentarlo de otros lugares?...

El tiempo dará la respuesta. Mientras tanto, mejor repasar su estadística para reafirmar aquello de renovar la esperanza. Después de seis años dirigiendo las inferiores de Vélez, con muy buenos logros, el Tomba le dio la chance de saltar a Primera y el Turco respondió con creces: tomó al equipo en Promoción y en el primer torneo lo ubicó tercero con 37 puntos. En el siguiente finalizó quinto con 29 unidades y logró la clasificación a la Libertadores, hecho histórico para los mendocinos.

De Ecuador se fue con el equipo puntero (ahora comparte la cima con Liga pero a dos fechas del final mantiene intactas las chances de ser campeón) y el porcentaje del total de su carrera no es para nada despreciable: 59,77 por ciento de puntos obtenidos, con 28 triunfos, 20 empates y 10 caídas.

San Lorenzo es el primer grande en su vida profesional (incluyendo su etapa como jugador) y el mayor desafío de su carrera. Que sea lo mejor para todos, Turco…

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