Miele y sus rencores

(Edición impresa 227)

por Gastón García

En las últimas elecciones cuervas, Fernando Miele intentó reinsertarse en la vida política de San Lorenzo de Almagro. Si bien su nombre no figuró en ninguna de las seis listas que se presentaron, fue de público conocimiento, al menos en el mundillo azulgrana, que el ex presidente era el líder político de Grandeza Azulgrana, la agrupación encabezada formalmente por Roberto Edi.

La jugada había sido bastante clara: Edi al Gobierno, Miele al poder. Un lindo plagio a una vieja fórmula peronista. Por suerte, les salió bastante mal. De las seis listas presentadas, la que apoyaba Fernando Miele resultó última y apenas recolectó el voto de 577 socios. Ese resultado fue prácticamente el certificado de defunción de Miele en San Lorenzo. Desde aquel diciembre, ya nada se supo del hombre que en 2000 quiso vender la imagen del club a una empresa privada. Sin embargo, días atrás el ex mandatario cuervo decidió romper su silencio sepulcral y le brindó una entrevista al nuevo diario Libre.

Reproducimos parte de sus lamentables declaraciones:

“Dicen que el estadio es trasladable, pero si lo mueven se romperá todo. En el predio de Carrefour apenas entraría el campo de juego. ¿Cuándo llueva por dónde se sacaría el agua? Se inundaría todo Boedo. Dicen que nos echaron los militares, pero el club le vendió los terrenos a la empresa Almagro Construcciones. ¿En eso qué tienen que ver los militares?”

“No, ¿para qué lo quiero? –por su carnet-, cuando juega hago zapping, no me interesa. Yo ya cumplí mi ciclo. Es un club con una mentalidad muy de barrio, y tiene ciertos hinchas sin nivel”.

Está más que claro que Miele habla desde el resentimiento. Sus palabras, totalmente contraproducentes con la linda gesta que hoy moviliza a todo el pueblo azulgrana, son una real muestra del rencor reprimido que lo aqueja por su nefasto final en el club que él alguna vez supo conducir.

Nos molesta lo que dijo. Nos duele a todos los que tenemos encendida esa ilusión de que San Lorenzo, alguna vez, vuelva al lugar donde supo nacer y crecer. Muchos sostienen que hacerse eco de sus declaraciones es darle trascendencia. Probablemente tengan razón. Pero nosotros sentimos la necesidad de volver a repudiarlo. Por eso lo hacemos.

Y a esos 577 cuervos que volvieron a confiar en él, solo les pedimos y recomendamos una cosa: jamás olviden las palabras de quien fue su supuesto líder político. “Para qué quiero mi carnet, cuando juga San Lorenzo hago zapping, no me interesa”. Háganse un cuadrito y convénzanse: MIELE, NUNCA MÁS